Es solo un divorcio
Autor: JERÓNIMO RADA
GéneroRomance
Es solo un divorcio
"Volveré a casa apenas termine lo que estoy haciendo", dijo Becky.
Al otro lado de la línea, Stevie también sintió un nudo en la garganta, y dijo: "Está bien, tu madre y yo te estamos esperando".
"Nos vemos, papá".
Tras colgar la llamada, la chica se llevó las manos a la cara por la vergüenza que le generaba el hecho de que sus padres se preocuparan tanto por ella por culpa de su cruel marido.
Siendo una mujer adulta, sentía que era injusta con sus padres.
Agarrando el teléfono, Jessie esperó en silencio a que Becky soltara todo, y unos cinco minutos después esta última se fue calmando poco a poco. Luego su amiga le entregó un pañuelo, que ella aceptó agradecida al tiempo que se secaba las lágrimas. "¿Me prestas algunas cuentas de redes sociales de la empresa de tu primo?", consultó Becky con voz ronca.
Había que destacar que la famosa Savoy Entertainment estaba bajo la dirección de Payne Walker, el primo de Jessie, que en función de promocionar a diario a sus estrellas, contaba con varios perfiles importantes en las distintas plataformas de la red.
Aunque Jessie se quedó atónita por un segundo, de inmediato pareció darse cuenta de qué era lo que realmente le estaba pidiendo Becky, y murmuró: "Espera, ¡le preguntaré ahora mismo!".
"De acuerdo, gracias".
Con esto, los ojos cansados y enrojecidos de Becky miraron por la ventana hacia el edificio de Crowbar Technologies, sonriendo con amargura.
¿Cómo pudo haber pensado alguna vez que podría hacer que Rory se enamorara de ella?
Lo había intentado durante tres años hasta que por suerte entendió que no podía ganarse el corazón de un hombre al que le gustaba otra persona.
Tenía que sentirse afortunada porque al menos había descubierto eso antes de haber desperdiciado más de su juventud.
No obstante, de repente su expresión se oscureció. Todos esos años ella había asumido la culpa y sufrido innumerables agravios que no estaba dispuesta a pasar por alto así como así.
Por su parte, tan pronto como Jessie terminó de hablar por teléfono, notó que su amiga miraba por la ventana luciendo bastante distraída.
Dado que estaba oscuro afuera, la mitad de la cara de Becky parecía estar envuelta en sombras.
No tenía dudas de que su mejor amiga todavía estaba deprimida.
"Oye, divirtámonos un poco esta noche", dijo con entusiasmo, haciendo que Becky se volteara hacia ella. "Mmm... no cuentes conmigo, quiero descansar un poco".
Encogiéndose de hombros, Jessie encendió el auto y arrancó. Más adelante, parándose en un semáforo en rojo, la chica miró a su amiga para decir: "Pareces estar de buen humor".
"Bueno, lloré la muerte de mi perro durante varios días, pero Rory no merece mis lágrimas".
Había desperdiciado tres años de su vida y ahora renacería de sus cenizas como un fénix. Siendo ese el caso, ¿por qué estaría triste?
Las palabras de Becky sorprendieron a Jessie, que no esperaba que su amiga comparara a Rory con su perro fallecido.
Sin embargo, después de reflexionar un poco, se dio cuenta de que sus palabras tenían sentido. A fin de cuentas, Rory no era tan leal como su mascota, ¡así que no se merecía ni una sola lágrima!
Por lo tanto, a pesar de que al principio había estado preocupada por ella, daba la impresión de que subestimó su capacidad de recuperación.
Esa noche, Becky se había ido a dormir antes de las diez. A su vez, Jessie se quedó hasta tarde peleando con la gente en internet, por lo que cuando a la mañana siguiente salió tambaleándose de su habitación con los ojos somnolientos, su amiga ya estaba a punto de salir.
Becky era una mujer muy bonita que tenía unos ojos hermosos y unos rasgos delicados que la hacían particularmente atractiva.
Ese día su atuendo era simple pero tenía un toque sensual que destacaba. Llevaba un suéter marrón oscuro con unos jeans azules y un par de zapatos Oxford negros. Para complementar, su largo cabello colgaba suelto alrededor de sus delgados hombros. Era la combinación perfecta entre ternura y sensualidad.
Lógicamente, Jessie estaba muy satisfecha con la forma en la que se veía su amiga, pues aunque su ropa no parecía llamar demasiado la atención, aun así lucía encantadora.
¡Era genial!
"Voy a salir", anunció, saludando a Jessie.
Enseguida su amiga corrió hacia ella para darle un cálido abrazo, diciendo: "¡Adelante, cariño! ¡Hoy es el comienzo de tu nueva vida!".