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Amor Ardiente: Nunca Nos Separaremos

Capítulo 3 Mostrar su amor

Palabras:975    |    Actualizado en: 05/06/2019

Karen puso los ojos en blanco y dio unas palmaditas en la cabeza de Debbie. "Ese no, tonta. ¡Estoy hablando del hombre al que besaste!".

"Espera, ¿qué? ¿Besaste al señor Hilton? Eres toda una alborotadora, ¿no es así, Debbie?", comentó Jeremías con una sonrisa. Había sido el primero en reaccionar. Estaba tan sorprendido con lo que acababa de escuchar que pisó fuertemente el acelerador.

Su padre era el gerente general de una empresa financiera en Alorith, y conocía a Carlos desde hacía años.

Kristina recordó quién este último era apenas escuchó su nombre. "¡Oh, Dios mío! ¡Debbie, acabas de besar al señor Hilton! ¡Ven aquí! ¡Déjame besarte para sentir sus labios y oler su aroma!".

Rápidamente se arrojó sobre su amiga.

"¡Detente!", exclamó ella mientras la empujaba con molestia. Luego, secó el agua del rostro de Karen con un pañuelo desechable. Aquella nueva información la había dejado tan perpleja que se olvidó de disculparse con ella.

"Carlos rara vez aparece en los medios. ¿Cómo sabes que es él?", preguntó seriamente.

"Lo sé porque cooperó con mi padre en una ocasión, y lo conocí", respondió Karen impacientemente.

"¿Estás segura de que es él?", insistió Debbie.

La verdad era que estaba a punto de derrumbarse.

"¡Cien por ciento segura!".

Aunque haber besado a Carlos Hilton debía ser un gran honor, Karen estaba sorprendida de que Debbie, quien nunca había coqueteado con hombres, fuera tan atrevida.

De repente, le entró un gran desasosiego. Estaba condenada.

Al darse cuenta de esto, Karen palmeó la mano de Debbie para consolarla. "Escuché que muchas mujeres quieren acostarse con el señor Hilton, pero él las rechaza a todas. No tienes ninguna posibilidad, Debbie. Pero si quieres ver el lado positivo, no todas pueden jactarse de haberlo besado".

Ella apartó la mano de su amiga. "Carlos no se lo merece", dijo con tristeza.

"Bueno, de todos modos, tenemos que celebrar. ¡Vamos de compras mañana! ¡Y luego pidamos a Debbie que nos invite a cenar!", exclamó Kristina con emoción.

Debbie la miró con los ojos en blanco y se recostó en el asiento trasero, sumiéndose en sus pensamientos. Ni siquiera prestó atención al entusiasmo de sus compañeros de clase.

A diferencia de ellos, se encontraba muy angustiada.

Tres años atrás, se había casado con Carlos, y los trámites del matrimonio estuvieron a cargo de su asistente.

Una vez que todo finalizó, Carlos le pidió a Phillip que le diera a Debbie lo mejor, sin importar lo que ella necesitara.

Durante esos tres años, recién esa noche tuvo la oportunidad de ver a su esposo.

Carlos mantenía un perfil bajo y nunca aceptaba entrevistas. La prensa ni siquiera tenía permitido publicar sus fotos en Internet.

Sin embargo, un día tuvieron un desliz y subieron una foto de Carlos, en la que se lo veía sosteniendo el brazo de una actriz en una conferencia de prensa. Sin embargo, solo aparecía de espaldas. No era de extrañar que a Debbie le hubiera parecido muy familiar.

Y acababa de besarlo en el bar... Si Carlos hubiera firmado el acuerdo de divorcio, ahora sería su exesposo.

Una hora más tarde, ella llegó a casa. Para su decepción, Carlos aún no había firmado el acuerdo. Estaba tan angustiada que ni siquiera logró tranquilizarse cuando se acostó para dormir. Simplemente se retorció y dio vueltas en la cama durante toda la noche.

Al día siguiente, Debbie paseó de la mano con Karen y Kristina por la Plaza Internacional Shining. No obstante, tenía círculos oscuros debajo de sus ojos, ya que había pasado una noche de insomnio.

Llevando bolsas de compras, Jeremías y Dixon Stevenson siguieron a las chicas a dondequiera que fueran. Las tres llevaban horas comprando, y los chicos se encontraban exhaustos.

Jeremías ya no podía soportarlo más, así que les dio una palmadita en los hombros. "Señoritas, nunca antes las había visto mostrarse tan enérgicas en largas caminatas. ¿Por qué no se toman un descanso?".

"¿Para qué?", preguntó Kristina y señaló una tienda. "Estamos aquí, y es nuestra última parada".

Jeremías juntó las manos y respiró aliviado. "¡Muchas gracias!".

Las tres jóvenes entraron a la tienda mientras susurraban entre ellas. La vendedora vio que Debbie estaba sosteniendo una caja de labiales, y esbozó una sonrisa. "Buenas tardes, señorita. Ese labial es bastante popular aquí. Puede llevárselo si desea. Tiene suerte de que aún nos quede uno para usted".

Debbie miró la etiqueta de precio. El labial costaba alrededor de ciento treinta mil dólares. '¿Debería comprarlo?', se preguntó a sí misma.

"¿Acaso has olvidado que eres rica, Debbie? Conduces un auto valorizado en decenas de millones de dólares. ¿Por qué estás tan indecisa? Esos labiales solo cuestan más de cien mil dólares. Puedes permitírtelo. Si estás dudando, entonces yo decidiré por ti. ¡Tienes que comprarlo!", insistió Jeremías.

"Ese auto no es mío. Solo lo uso por el momento", respondió Debbie.

En realidad, el vehículo le pertenecía a su esposo, no a ella. No tenía nada que presumir.

De repente, no muy lejos, se produjo una conmoción.

Debbie levantó la mirada para ver qué estaba pasando. Sus ojos se abrieron de la sorpresa, y casi dejó caer la caja de labiales.

Varias personas estaban entrando a la tienda en la que ella y sus amigos se encontraban. El recién llegado era un hombre que vestía un costoso traje oscuro que hacía destacar su alta y erguida figura. Tenía unos ojos profundos y tranquilos, pero su aura era tan imponente que la gente retrocedía para darle el paso.

'Este hombre es... ¡Oh, no! ¡Es mi esposo! Pero, ¿quién es la mujer que está a su lado? Tiene la piel clara y una figura perfecta. Es absolutamente deslumbrante', pensó Debbie, maravillándose para sus adentros.

Era inusual que Carlos tuviera novia, y mucho menos que se mostrara públicamente con ella yendo de compras. '¿Acaso está tan ansioso por mostrar su amor?', se preguntó Debbie.

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1 Capítulo 1 Acuerdo de divorcio2 Capítulo 2 Atrapa a esa mujer3 Capítulo 3 Mostrar su amor4 Capítulo 4 No puedes permitírtelo5 Capítulo 5 No merece estar en el centro comercial6 Capítulo 6 Dame su información7 Capítulo 7 Darle una lección8 Capítulo 8 No quiero ensuciarme9 Capítulo 9 Encuentro con Carlos10 Capítulo 10 Confrontación11 Capítulo 11 Disculpa12 Capítulo 12 Hablar personalmente13 Capítulo 13 No quiere divorciarse14 Capítulo 14 Fiesta de lanzamiento15 Capítulo 15 Seducir a hombres ricos16 Capítulo 16 Cayendo juntos17 Capítulo 17 Mil millones de dólares18 Capítulo 18 Video19 Capítulo 19 A Nueva York20 Capítulo 20 Encontrar con un rival fuerte21 Capítulo 21 Carlos coqueteando con Debbie22 Capítulo 22 Carlos supo la verdad.23 Capítulo 23 La mudanza24 Capítulo 24 Conduciendo hacia la Universidad25 Capítulo 25 Parece, pero no es un chico26 Capítulo 26 Capitulo Hermano27 Capítulo 27 Sede del Grupo Hilton28 Capítulo 28 La comida de la disculpa29 Capítulo 29 Quemado30 Capítulo 30 El Presente31 Capítulo 31 Quién acosó a mi novia32 Capítulo 32 ¿Jefa ¿Qué demonios 33 Capítulo 33 Quiero disculparme contigo34 Capítulo 34 Una pelea35 Capítulo 35 Se lo merecía36 Capítulo 36 Rebelde37 Capítulo 37 Carlos, el nuevo profesor.38 Capítulo 38 Cariño39 Capítulo 39 El castigo40 Capítulo 40 Capitulo En el cementerio41 Capítulo 41 Soy un hombre casado42 Capítulo 42 Él es tan guapo43 Capítulo 43 Yo soy tu marido44 Capítulo 44 La clase de baile45 Capítulo 45 Clase de inglés46 Capítulo 46 La lección de inglés.47 Capítulo 47 Capitulo ¡Tú ganas!48 Capítulo 48 De regreso de Singapur49 Capítulo 49 Teniendo un dolor de cabeza50 Capítulo 50 Se reveló la verdad51 Capítulo 51 ¡Qué sinvergüenza!52 Capítulo 52 Un buen besador53 Capítulo 53 Ellos me engañaron54 Capítulo 54 Un conflicto55 Capítulo 55 Nadie tiene permitido irse56 Capítulo 56 Arrodíllate y discúlpate57 Capítulo 57 No tienes que hacer nada más que contar el dinero58 Capítulo 58 ¡Qué hombre tan miserable!59 Capítulo 59 ¿Vives con un hombre 60 Capítulo 60 ¡Qué sorpresa!61 Capítulo 61 Tratos y membresías62 Capítulo 62 Tú vales diez mil millones63 Capítulo 63 Quítate los zapatos64 Capítulo 64 Estoy casada65 Capítulo 65 Fracasado66 Capítulo 66 Tranquiliza a tu marido67 Capítulo 67 En el Cine68 Capítulo 68 Un corazón roto69 Capítulo 69 Viene por ella70 Capítulo 70 ¡Haz pedazos la maldita tienda!71 Capítulo 71 Un hombre autoritario72 Capítulo 72 ¿Te atreves a mencionar a Carlos Hilton 73 Capítulo 73 No vas a casarte con Olivia Murphy74 Capítulo 74 Deberías usar vestidos más a menudo75 Capítulo 75 Ella es mi esposa76 Capítulo 76 Cuidado con Megan77 Capítulo 77 La pelea78 Capítulo 78 El regalo79 Capítulo 79 Los celos alteraron su mente80 Capítulo 80 Tres condiciones81 Capítulo 81 Que pise descalzo un puercoespín82 Capítulo 82 ¡Cachetéalo!83 Capítulo 83 La Bofetada84 Capítulo 84 Lo siento85 Capítulo 85 Un hombre inocente86 Capítulo 86 Sé buena contigo misma87 Capítulo 87 Herido88 Capítulo 88 Enamorándose89 Capítulo 89 Seducción90 Capítulo 90 En el hospital91 Capítulo 91 Ten cuidado92 Capítulo 92 Carlos, me gustas93 Capítulo 93 He oído lo que dijiste94 Capítulo 94 Vamos a casa95 Capítulo 95 ¿Qué es lo que quieres comprar 96 Capítulo 96 ¿Cómo pudiste 97 Capítulo 97 No necesitas una esposa98 Capítulo 98 ¿Estás tratando de disculparte 99 Capítulo 99 Déjame darte calor100 Capítulo 100 Mi voluntariosa esposa