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Capítulo 6
Codicia
Palabras:1304    |    Actualizado en:10/02/2023

Cuando sus ojos se encontraron, Dario presionó su boca contra la de Deanna y le dio un beso apasionado.

Enseguida, mordió su delicado labio como si la estuviera castigando deliberadamente hasta que el sabor de su saliva se mezcló con el de la sangre.

"Dios, ¿eres un perro o qué?", la joven se quejó mientras se limpiaba la boca, la cual se veía más sexy que antes.

Habiendo recuperado la compostura, Dario se burló: "¿No era esto lo que querías?".

De pronto, a Deanna se le ocurrió una idea, por lo que apoyó las manos en su pecho mientras murmuraba: "¿Qué pasa si quiero más?".

"No seas codiciosa".

"Es tu culpa por ser demasiado encantador".

Al segundo siguiente, Dario encendió un cigarrillo y dijo tranquilamente: "Si quieres, puedes ser mi asistente. Pero con una condición".

Frunciendo el ceño con curiosidad, Deanna preguntó: "Ajá, ¿cuál es?".

"Tienes que estar a mi entera disposición", mientras decía esto, Dario recorrió a la joven con la mirada de la cabeza a los pies.

¡No era necesario ser tan inteligente para saber cuáles eran sus sucios pensamientos!

Ante esto, Deanna asintió e hizo otra pregunta: "¿Quieres continuar con este trato incluso después de casarte?".

Por supuesto, ella insinuaba que debía haber un límite de tiempo para su relación.

Pero Dario le dio una calada a su cigarrillo y sacudió la cabeza como si nada pasara: "No te preocupes. Para ese entonces, seguro estaré cansado de ti".

"Okey, como tú digas".

Así y tras una entrevista, Deanna consiguió con éxito un trabajo en Yonder como asistente de Dario.

Al enterarse de la noticia, Jeannie corrió a la empresa sin dudarlo. Y cuando vio que el escritorio de Deanna estaba justo frente al de Dario, ella apretó los puños hasta que se clavó las uñas en la piel.

Vestida con un elegante traje blanco que acentuaba su esbelta cintura, Deanna se veía guapísima. Incluso con el simple hecho de entregarle unos documentos, fue inevitable para Dario voltear a verla.

Con la sangre hirviendo de rabia, Jeannie llamó a la puerta e irrumpió en su oficina.

Una vez dentro, se acomodó un mechón de cabello suelto detrás de la oreja y forzó una sonrisa a Dario: "Hola. Como asumí que Deanna te molestaría si trabaja aquí, hablé con mi padre al respecto. Él dijo que le ofrecería un puesto en nuestra empresa".

Ansiosa, ella no esperó a que él le contestara, sino que se giró para mirar a Deanna y continuó: "¿No dijiste que solo necesitabas un empleo y que no te importaba la compañía para la que fueras a trabajar? Deberías comenzar con trabajos básicos, ganar experiencia y seguir adelante. Trabajar en Grupo Miller te daría más oportunidades".

Mientras hablaba, Jeannie se esforzó por parecer preocupada por Deanna.

"¡Ups! Creo que es un poco tarde para eso", ella explicó con una sonrisa, "Ya terminé todos los procesos y hasta firmé el contrato".

Si se uniera a Grupo Miller, la joven no tendría la libertad de hacer nada y no era tan estúpida como para tomar tal decisión.

"Oh, no te preocupes por el contrato, realmente no tiene tanta importancia. Dario, ¿por qué no hablas con el departamento de recursos humanos al respecto? Después de todo, Deanna no consiguió el trabajo precisamente por su inteligencia".

Jeannie creía que Deanna era una completa tonta y usaba otros medios como su cuerpo y belleza para complacer a los hombres y lograr sus objetivos.

Sin embargo, para su total sorpresa, Dario golpeó la mesa y declaró convencido: "Ella derrotó a los otros candidatos y consiguió este trabajo por sí misma".

"¿Qué?", exclamó Jeannie, atónita, "¡Debes estar bromeando!".

Sin embargo él no respondió. De hecho, estaba igual de sorprendido por el excelente desempeño de Deanna en la entrevista que programó para ella.

Dario también pensaba que Deanna solo sabía cómo seducir a los hombres y no esperaba que tuviera un gran potencial para el trabajo. Pero por el contrario, resultaba que ella estaba más que calificada para ser su asistente.

"Jeannie, por favor hazte a un lado", dijo Deanna, dirigiéndole una mirada retadora y sosteniendo una pila de documentos en las manos.

"¡Eres una...!", Jeannie susurró con impotencia y se quedó inmóvil en su lugar.

"Dario va a tener una reunión pronto y su trabajo se retrasará si no te quitas de mi camino", con eso, Deanna se giró y le guiñó un ojo al hombre.

De repente, el ambiente en la oficina se volvió romántico de alguna manera. Ante tal interacción entre ellos y el hecho de que iban a tener una reunión, Jeannie no tuvo más remedio que hacerse a un lado.

Pronto, el momento de la junta llegó, y Deanna y Dario salieron hacia la sala de reuniones.

Al sentirse como una extraña, a Jeannie se le revolvió el estómago.

Aunque sentía que Dario no tenía una buena impresión de Deanna, detestaba que estuvieran cerca. Con esto en mente, ella sacó su teléfono y llamó a Vernon.

Por otro lado, tan pronto como entró a la sala de conferencias, los ojos de todos se posaron en Deanna.

No era simplemente por su belleza. Además de eso, la gente tenía curiosidad por saber por qué Dario había elegido a una mujer tan hermosa como su asistente.

Por su parte, aunque sintió la extraña mirada de todos encima, la joven decidió ignorarlos y se concentró en su trabajo. Luego, ajustó el proyector y se giró para mirar a Dario, diciendo: "Señor Archer, ya podemos comenzar la reunión".

Su tono profesional sorprendió a este último, quien sentía como si ella se hubiera convertido en otra persona completamente diferente.

Cuando Deanna volvió a su asiento, Bruce resopló con desdén: "Esta reunión es solo para los altos ejecutivos de la compañía. No cualquiera tiene permitido asistir".

Obviamente, todos sabían que sus palabras estaban dirigidas a Deanna.

Compartiendo sus pensamientos, algunos de los presentes expresaron su descontento.

"Yonder siempre ha seguido un estricto proceso de contratación. ¡No puedes quedarte con el puesto solo por tu buena apariencia!".

"No desperdiciemos nuestro tiempo y mejor abandonemos la reunión".

Mientras miraba a las personas que la criticaban una tras otra, Deanna sintió que sus palmas comenzaban a sudar y no tenía idea de qué hacer.

Todo el mundo se había puesto en su contra, y a pesar de que miró a Dario en busca de ayuda, él se comportó como si no la conociera.

Sabiendo que estaba sola, la joven respiró hondo y se dirigió a sus compañeros: "Me convertí en asistente del señor Archer solo después de pasar la entrevista formal. Y si no me creen, entonces vean el video. Búrlense y critíquenme tanto como quieran, pero por favor no cuestionen el juicio del señor Archer".

En cuanto la escucharon, todos se quedaron callados, pues lo que ella insinuó fue que criticarla significaba criticar a su CEO.

Como era de esperar, temiendo que los corrieran de su trabajo, nadie se atrevió a ofender a Dario.

Observándola sin parpadear, Bruce no tuvo más opción que reprimir su ira, y fue en ese momento que Deanna se dio cuenta de su verdadera personalidad.

Él le había dicho que tenía una buena relación con su padre, pero parecía que eso era mentira. Evidentemente, estaba tratando de hacerle las cosas difíciles y además estaba del lado de Vernon.

Pronto terminó la reunión y la multitud se dispersó al mismo tiempo que Deanna guardaba los documentos.

Justo cuando estaba a punto de irse, se percató de que Dario seguía en la sala de juntas.

De pronto, él se le acercó, levantó su barbilla con el dedo y preguntó: "¿Cómo te atreves a usarme?".

"¿De qué hablas? No entiendo", susurró Deanna, fingiendo inocencia.

"Odio cuando la gente me usa. Y de una vez te advierto que si vuelve a suceder, tendrás que enfrentar terribles consecuencias", amenazó Dario.

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1 Capítulo 1 Como el fuego2 Capítulo 2 Rival en el amor3 Capítulo 3 La fiesta4 Capítulo 4 Determinación5 Capítulo 5 Entrevista6 Capítulo 6 Codicia7 Capítulo 7 Una tarea personal8 Capítulo 8 Vamos a casarnos9 Capítulo 9 Ella no tuvo la oportunidad de disfrutarlo10 Capítulo 10 Ayuda11 Capítulo 11 No te creas tan especial12 Capítulo 12 Renuncia13 Capítulo 13 Nadie te va a ayudar14 Capítulo 14 Tacones altos15 Capítulo 15 Haciéndose el desentendido16 Capítulo 16 Quién soy yo para ti17 Capítulo 17 Rumores18 Capítulo 18 Transferencia de trabajo19 Capítulo 19 Más atención20 Capítulo 20 Confesión21 Capítulo 21 Saltar del acantilado22 Capítulo 22 Ya está lleno23 Capítulo 23 Casarse24 Capítulo 24 Que espere25 Capítulo 25 Satisfacerte26 Capítulo 26 Él me gusta27 Capítulo 27 Una mascota28 Capítulo 28 La verdadera identidad de Decker29 Capítulo 29 Sé mi novia30 Capítulo 30 Una forma de escapar31 Capítulo 31 Tortura32 Capítulo 32 La amante33 Capítulo 33 Sinceridad en el trato34 Capítulo 34 Una pareja perfecta35 Capítulo 35 Salvándolo36 Capítulo 36 El señor Archer es mejor37 Capítulo 37 Parte de su familia38 Capítulo 38 Acepto39 Capítulo 39 Me están incriminando40 Capítulo 40 Una cena de celebración41 Capítulo 41 Persuasión42 Capítulo 42 Mis habilidades y capacidades43 Capítulo 43 Es muy ambiciosa44 Capítulo 44 Sin miedo a la muerte45 Capítulo 45 Todo es mi culpa46 Capítulo 46 Te amo47 Capítulo 47 El encuentro inesperado48 Capítulo 48 La cena en la familia Miller49 Capítulo 49 ¡Solo yo te amo con todo mi corazón!50 Capítulo 50 Chismes51 Capítulo 51 Autocontrol52 Capítulo 52 Aléjate de mí53 Capítulo 53 Tal y como quieres54 Capítulo 54 Mejor pareja55 Capítulo 55 Consulta divina56 Capítulo 56 Ira57 Capítulo 57 Ella se va58 Capítulo 58 Sin corazón y desagradecida59 Capítulo 59 Admite tu error60 Capítulo 60 Te lo mereces61 Capítulo 61 Una cita a ciegas62 Capítulo 62 El regreso de Dewey63 Capítulo 63 Confianza64 Capítulo 64 Deanna no está65 Capítulo 65 El golpe66 Capítulo 66 Persuadiéndola para que se tomara la medicina67 Capítulo 67 Tú no me amas68 Capítulo 68 Confesión69 Capítulo 69 Me casaré contigo70 Capítulo 70 Estamos saliendo71 Capítulo 71 Le gustas72 Capítulo 72 Regalo de disculpa73 Capítulo 73 Dote74 Capítulo 74 Dario me enseñó bien75 Capítulo 75 El testamento76 Capítulo 76 Celoso77 Capítulo 77 Principal sospechosa78 Capítulo 78 Tendencias79 Capítulo 79 Ayudarla80 Capítulo 80 Humillación81 Capítulo 81 Verse con Vance82 Capítulo 82 La paliza83 Capítulo 83 Usarse el uno al otro84 Capítulo 84 Enséñale una lección85 Capítulo 85 Premio86 Capítulo 86 Tu noviecita87 Capítulo 87 Documentos clasificados88 Capítulo 88 Resuélvelo en privado89 Capítulo 89 Promiscua90 Capítulo 90 Demandarlo91 Capítulo 91 Citación judicial92 Capítulo 92 La sesión del tribunal93 Capítulo 93 Perder94 Capítulo 94 Una disculpa95 Capítulo 95 Desaparición96 Capítulo 96 Gracias por cuidarla97 Capítulo 97 Te extrañé demasiado98 Capítulo 98 Ella no es adecuada para ti99 Capítulo 99 Una condición: tú y yo nos casamos100 Capítulo 100 Una cita