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Capítulo 2
Rival en el amor
Palabras:1544    |    Actualizado en:10/02/2023

Deanna agarró con fuerza la mano de su prima antes de que aterrizara sobre su rostro. En ese momento, sus ojos eran claros, con la mirada firme.

No había ningún rastro de que estuviera borracha.

Sacudió la mano de Jeannie hacia un lado fácilmente y se acercó a ella de forma intimidante. "¿Dices que te robé a tu hombre? ¿Acaso no te das cuenta? No tengo necesidad de hacer algo como eso, solo mírate a ti misma. ¡Eres muy poco atractiva! Jamás podrías satisfacerlo".

Soltando una risa de desprecio, Deanna subió las escaleras.

Pero la ira de Jeannie había alcanzado su nivel más alto, de modo que salió corriendo tras ella hecha una furia.

"¡Perra, detente ahora mismo!", rugió.

Sin embargo, antes de que pudiera alcanzarla, la puerta de la habitación se cerró de golpe en su cara.

Jeannie se perdió los estribos y la locura dominó su razón. Pateó la puerta una y otra vez exclamando alaridos de frustración.

Sin embargo, en pocos minutos, una dulce canción y el sonido del agua corriendo se escucharon desde el interior del dormitorio.

Deanna, en efecto, se estaba duchando en el baño.

Miró la sangre en su ropa interior blanca y frunció el ceño.

Ella siempre había planeado y soñado que su primera vez sería una ocasión romántica y especial. Jamás imaginó que perdería su virginidad de forma tan salvaje, dentro de un auto.

Dario era un hombre rudo, no sabía cómo ser tierno con las mujeres.

Sin embargo, a pesar de esa situación, el corazón de Deanne se hinchó con una sensación de triunfo. Dario nunca les prestaba particular atención a las mujeres, pero ella había logrado seducirlo y tener sexo con él esa noche.

Al recordar el rostro inexpresivo del hombre mientras fumaba, ella soltó un bufido de burla.

¡Era muy bueno fingiendo ser casto!

Pero ella comprobó por sí misma la lujuria fogosa que él no podía disimular en sus ojos cuando la tuvo en su regazo.

Deanna recobró el sentido al pensar en esos ojos profundos. Sacudiendo la cabeza, tiró su ropa interior a la papelera.

Ya habían pasado tres meses desde su regreso, pero Vernon no le permitía trabajar en el Grupo Miller.

Parecía obvio que él tenía miedo de que terminara descubriendo la verdad.

Tomando en cuenta que su tío le había prohibido el acceso a la compañía familiar, Deanna decidió trabajar en la empresa de Dario. Tenía que familiarizarse con la gente del círculo empresarial de la ciudad para averiguar lo que realmente ocurrió con la muerte de sus padres.

Al día siguiente, cuando Deanna se despertó, Jeannie ya se había ido a la empresa.

Rápidamente bajó las escaleras y se encontró con su tía, Lisa Miller, pero ni siquiera se molestó en dirigirle la palabra.

Como Vernon no estaba en casa, ellas no tenían que fingir ningún tipo de cordialidad.

Deanna comió un desayuno sencillo y se fue de inmediato a la empresa de Dario.

Al llegar, llamó a la puerta de la oficina del CEO. Para su total consternación, fue su prima quien la abrió.

La sonrisa en el rostro de Jeannie se desvaneció al instante apenas la vio.

"¿Qué estás haciendo aquí?", preguntó la mujer con frialdad.

Deanna le sonrió y se metió dentro, pasando por su lado.

"Estoy aquí por Dario, obviamente".

El hombre estaba sentado en su escritorio, hojeando atentamente unos documentos. Sin embargo, sus cejas se levantaron cuando escuchó la voz de Deanna.

Jeannie caminó pavoneándose hacia el escritorio para bloquearle la vista.

Aunque en su interior estaba furiosa, hizo todo lo posible por fingir amabilidad y parecer considerada. "Dario está ocupado en este momento. Si tienes algo que decir, puedes comunicármelo a mí directamente".

Deanna se encogió de hombros, descartando esa propuesta. "Tú no eres la esposa del CEO, no eres nadie para comunicarte mis asuntos laborales con él".

Jeannie apretó los dientes cada vez más irritada y trató de contener el impulso de darle una bofetada a su prima. "¿Qué estás diciendo? ¡Estamos comprometidos! Nos vamos a casar pronto".

"Bien, pero por ahora no eres su esposa. ¿Tengo razón o no?".

Ignorando a su prima, Deanna le pasó nuevamente por un lado y se paró frente al CEO.

"¿Qué pasa?", Dario dejó el documento que revisaba a un lado y la miró fijamente.

Su actitud era distante y fría, como si nada hubiera pasado entre ellos la noche anterior.

Parecía como si solo fueran dos conocidos casuales que no tenían nada especial que ver el uno con el otro.

Deanna, por supuesto, no se sorprendió por su comportamiento. Era típico de un hombre como él reaccionar de esa manera.

Aun así, los ojos de la mujer destellaron de burla y cambió su expresión rápidamente, mostrando una dulce sonrisa.

"Dario, han pasado tres meses desde que regresé. ¡No puedo quedarme en casa todo el día! Es demasiado aburrido. Quiero trabajar en tu empresa. ¿Puedes contratarme?", preguntó ella, inclinándose hacia él sensualmente.

Por la postura que adoptó, su escote quedaba un poco expuesto solo para él.

No había duda de que se veía realmente atractiva.

Jeannie, al ser testigo de lo que ocurría, estaba a punto de explotar de rabia. Aunque nunca creería que los dos se habían acostado juntos.

Después de todo, ella había estado saliendo con Dario durante más de un año. Y por más que había intentado seducirlo, él nunca hizo ningún avance físico hacia ella. Por lo anterior, la posibilidad de que su prima había tenido éxito era impensable.

Además, al comprobar la frialdad de Dario hacia Deanna, se sintió aliviada.

De igual forma, tampoco permitiría que ella trabajara en la empresa de su prometido.

"Deanna, te acabas de graduar", comentó Jeannie fingiendo que le preocupaba. "Este es un momento muy valioso en tu vida. ¡Explora el mundo y diviértete! ¿Por qué tienes tanta prisa en empezar a trabajar? Tu tío no quiere que trabajes en el Grupo Miller porque se preocupa por ti, él no podría soportar ver que haces un esfuerzo innecesario".

Al escuchar sus palabras, Deanna soltó una risita de burla. "¡Vaya! ¿En serio? Pensé que, en realidad, él tenía miedo de que yo pudiera descubrir algo...".

La sonrisa de Jeannie se congeló al instante.

"¿Qué estás diciendo? ¿De qué podríamos tener miedo?".

"¿Quién sabe?", respondió la otra y miró a Dario de nuevo.

"¿Puedes hacer esto como un favor por la ayuda que te ofrecí anoche?", insistió Deanna con una expresión pícara.

¡Qué descarada era!

Al final, ella fue quien tomó la iniciativa de seducirlo la noche anterior.

La mirada de Dario se posó en la exquisita piel del cuello de Deanna por un segundo antes de enfocarse nuevamente en su trabajo.

"Nuestra empresa no contrata a personas perezosas".

Los ojos de Jeannie se iluminaron de alegría, pues dedujo por la respuesta que no había pasado nada entre ellos y que su prima solo acababa de inventar una vil mentira.

"¡Lo sabía! No puedes unirte a la compañía de Dario y simplemente holgazanear".

Deanna, nuevamente, ignoró sus palabras. Se apoyó aún más en el escritorio y pestañeó con seducción. "Te prometo que trabajaré muy duro. ¿Qué te parece si soy tu secretaria personal?".

Jeannie no pudo soportarlo más. "¡Deanna Miller!", exclamó alterada.

"¿Qué?", la otra mujer le lanzó una mirada desafiante. "¿Tienes miedo de que te lo robe?".

"Por supuesto no. Confío plenamente en Dario".

Jeannie lo agarró del brazo y se inclinó más cerca de él para demostrar la intimidad de su relación.

Sin embargo, el hombre frunció el ceño y la empujó hacia un lado, alejándola.

La irritante reacción de su prometida lo hizo cambiar de opinión.

"Mi empresa llevará a cabo una campaña de contratación en tres días. Puedes inscribirte si así lo deseas", informó con indiferencia.

"¿De verdad? ¡Muchas gracias!".

El rostro de Dario se suavizó un poco cuando vio el rostro sonriente de Deanna.

Debía admitir que ella tenía una sonrisa adorable y contagiosa.

De repente, él se levantó del escritorio, abrió la puerta y salió.

"Me voy a una reunión", anunció antes de desaparecer.

"Dario...", murmuró Jeannie persiguiéndolo.

El rostro de Deanna se iluminó con una sonrisa triunfante. ¡Entrar en el círculo empresarial era el primer paso para llevar a cabo su plan!

Ella había jurado frente a las tumbas de sus padres que descubriría la causa de sus muertes y por qué el Grupo Miller quebró, sin importar el esfuerzo que hiciera falta o las cosas que tuviera que hacer.

Después de pensar por un momento, se arregló los mechones sedosos del cabello, salió y se metió en el ascensor.

Mientras tanto, Dario miraba su teléfono dentro de la sala de conferencias.

Revisaba la transmisión en vivo de las cámaras de seguridad dentro del edificio.

Deanna caminaba con confianza mientras sus altos tacones resonaban en el pasillo.

Una sonrisa apareció en el rostro de Dario cuando vio cómo el suave cabello de la mujer ondeaba con el viento.

Al segundo siguiente, recordó lo atractiva que se veía la noche anterior.

Supuso, por su comportamiento dentro del auto, que ella tenía una amplia experiencia en seducir a los hombres.

Este pensamiento hizo que la expresión en su rostro se transformara. Al instante, la sonrisa se desvaneció. Con el ceño fruncido, tiró el teléfono con ira.

"Comencemos la reunión", ordenó.

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1 Capítulo 1 Como el fuego2 Capítulo 2 Rival en el amor3 Capítulo 3 La fiesta4 Capítulo 4 Determinación5 Capítulo 5 Entrevista6 Capítulo 6 Codicia7 Capítulo 7 Una tarea personal8 Capítulo 8 Vamos a casarnos9 Capítulo 9 Ella no tuvo la oportunidad de disfrutarlo10 Capítulo 10 Ayuda11 Capítulo 11 No te creas tan especial12 Capítulo 12 Renuncia13 Capítulo 13 Nadie te va a ayudar14 Capítulo 14 Tacones altos15 Capítulo 15 Haciéndose el desentendido16 Capítulo 16 Quién soy yo para ti17 Capítulo 17 Rumores18 Capítulo 18 Transferencia de trabajo19 Capítulo 19 Más atención20 Capítulo 20 Confesión21 Capítulo 21 Saltar del acantilado22 Capítulo 22 Ya está lleno23 Capítulo 23 Casarse24 Capítulo 24 Que espere25 Capítulo 25 Satisfacerte26 Capítulo 26 Él me gusta27 Capítulo 27 Una mascota28 Capítulo 28 La verdadera identidad de Decker29 Capítulo 29 Sé mi novia30 Capítulo 30 Una forma de escapar31 Capítulo 31 Tortura32 Capítulo 32 La amante33 Capítulo 33 Sinceridad en el trato34 Capítulo 34 Una pareja perfecta35 Capítulo 35 Salvándolo36 Capítulo 36 El señor Archer es mejor37 Capítulo 37 Parte de su familia38 Capítulo 38 Acepto39 Capítulo 39 Me están incriminando40 Capítulo 40 Una cena de celebración41 Capítulo 41 Persuasión42 Capítulo 42 Mis habilidades y capacidades43 Capítulo 43 Es muy ambiciosa44 Capítulo 44 Sin miedo a la muerte45 Capítulo 45 Todo es mi culpa46 Capítulo 46 Te amo47 Capítulo 47 El encuentro inesperado48 Capítulo 48 La cena en la familia Miller49 Capítulo 49 ¡Solo yo te amo con todo mi corazón!50 Capítulo 50 Chismes51 Capítulo 51 Autocontrol52 Capítulo 52 Aléjate de mí53 Capítulo 53 Tal y como quieres54 Capítulo 54 Mejor pareja55 Capítulo 55 Consulta divina56 Capítulo 56 Ira57 Capítulo 57 Ella se va58 Capítulo 58 Sin corazón y desagradecida59 Capítulo 59 Admite tu error60 Capítulo 60 Te lo mereces61 Capítulo 61 Una cita a ciegas62 Capítulo 62 El regreso de Dewey63 Capítulo 63 Confianza64 Capítulo 64 Deanna no está65 Capítulo 65 El golpe66 Capítulo 66 Persuadiéndola para que se tomara la medicina67 Capítulo 67 Tú no me amas68 Capítulo 68 Confesión69 Capítulo 69 Me casaré contigo70 Capítulo 70 Estamos saliendo71 Capítulo 71 Le gustas72 Capítulo 72 Regalo de disculpa73 Capítulo 73 Dote74 Capítulo 74 Dario me enseñó bien75 Capítulo 75 El testamento76 Capítulo 76 Celoso77 Capítulo 77 Principal sospechosa78 Capítulo 78 Tendencias79 Capítulo 79 Ayudarla80 Capítulo 80 Humillación81 Capítulo 81 Verse con Vance82 Capítulo 82 La paliza83 Capítulo 83 Usarse el uno al otro84 Capítulo 84 Enséñale una lección85 Capítulo 85 Premio86 Capítulo 86 Tu noviecita87 Capítulo 87 Documentos clasificados88 Capítulo 88 Resuélvelo en privado89 Capítulo 89 Promiscua90 Capítulo 90 Demandarlo91 Capítulo 91 Citación judicial92 Capítulo 92 La sesión del tribunal93 Capítulo 93 Perder94 Capítulo 94 Una disculpa95 Capítulo 95 Desaparición96 Capítulo 96 Gracias por cuidarla97 Capítulo 97 Te extrañé demasiado98 Capítulo 98 Ella no es adecuada para ti99 Capítulo 99 Una condición: tú y yo nos casamos100 Capítulo 100 Una cita