"No es extraño. De hecho, se ve bien".

Esas palabras bastaron para que Coralie se sintiera feliz.

Aunque al principio se sonrojó y no supo qué decir, varios segundos después se las arregló para responder: "Okey, está bien".

Ya no necesitaba cambiarlo.

"¡Guau! ¡Qué lindas piernas!".

"¿Por qué nunca había visto a esta belleza? ¿Vive en esta ciudad? ¿Cómo se llama? ¿Quién es?".

De pronto, se empezó a formar un gran alboroto, especialmente entre los hombres.

Dario levantó la cabeza para ver de qué se trataba y fue entonces cuando sus ojos se posaron en Deanna, quien caminaba lentamente hacia el lugar. Quizás era porque todos la estaban observando que parecía sentirse un poco tímida.

No obstante, la poca ropa que traía puesta puso enojado a Dario.

¿Cómo podía ser tímida vestida así?

Para empezar, si fuera tímida, no se hubiera puesto esa ropa. ¡Era como si estuviera coqueteando con todos los hombres presentes!

Pero antes de que ella pudiera verlo, Dario apartó la mirada y volvió a hablar con Coralie.

"Hola, hermosa, ¿vienes sola? ¿Te gustaría tomar una copa conmigo?".

"¿Me darías tu número? Soy soltero y sin ningún compromiso".