Un amor pasional: bailar en el fuego
Autor: XIMENA NOYOLA
GéneroRomance
Un amor pasional: bailar en el fuego
Tres días después, Deanna se dirigía hacia la sede principal de Yonder caminando con paso firme y seguro mientras se arreglaba el traje que decidió usar.
La prenda, perfectamente confeccionada a su medida, acentuaba su esbelta cintura y sus largas piernas. El largo y sedoso cabello estaba atado en un moño con varios mechones del flequillo enmarcando sus mejillas, haciéndola lucir muy femenina y seductora.
Ella era la tercera entrevistada del día. Sentada afuera de la habitación, la mujer esperaba pacientemente su turno. En poco tiempo, las otras dos candidatas salieron y alguien la llamó por su nombre.
Deanna se levantó de inmediato y entró con un aire de confianza a la oficina. Una vez en el interior, vio que Dario estaba sentado en el centro, vestido con un traje negro y corbata a juego.
Parecía un ejecutivo exigente.
Su rostro se veía tan frío como siempre, pero los ojos se entrecerraron al verla entrar.
Ella hizo todo lo posible por no mirarlo y mantener una actitud profesional. Tomando en cuenta su propio talento y potencial, creía que tendría una oportunidad segura de trabajar para la empresa.
Deanna esbozó una sonrisa llena de cortesía y se presentó.
"Mi nombre es Deanna Miller. Me gradué de...".
Sin embargo, el CEO se puso de pie antes de que ella terminara su oración.
"No pierdas el tiempo presentándote. No pareces la candidata adecuada para Yonder".
Los demás entrevistadores se giraron al mismo tiempo para mirarlo.
Confundidos, todos se preguntaban qué le pasaba al CEO ese día.
¡Ni siquiera se molestó en escuchar la presentación de la candidata antes de tomar una decisión!
Dario caminó hacia la puerta y anunció: "La entrevista ha terminado".
Dicho, cerró la puerta tras él con un fuerte golpe.
Deanna se mordió el labio inferior con la cara totalmente enrojecida por la vergüenza.
Los entrevistadores nunca antes se habían encontrado con una situación así.
"Lo sentimos mucho, señorita Miller. Pero ya se puede ir. Solo debe esperar el resultado", dijo uno de los entrevistadores con una sonrisa de disculpa.
Ella solo sonrió con la misma actitud cortés con la que entró. "Les agradezco a todos por darme una oportunidad. Hasta luego".
Deanna salió con la barbilla levantada, pero le rechinaron los dientes con ira. ¡Sabía que Dario la estaba humillando a propósito!
Decidida, caminó a grandes pasos hasta el ascensor y subió hasta el piso dieciocho. Tan pronto como las puertas se abrieron, se encontró con Bruce.
"¡Señor Prescott!", los ojos de la mujer se abrieron con sorpresa.
Tenía la intención de reunirse con Bruce para preguntarle algo, pero no esperaba encontrarse con él allí.
Bruce le sonrió. "¡Deanna! ¿Qué haces aquí?".
"Vine para una entrevista. Pero el CEO, que es el prometido de mi prima, tuvo un trabajo importante que hacer, por eso vine a buscarlo".
Ella era una mujer muy atractiva. El ajustado traje parecía acentuar sus facciones, además era alta y de complexión delgada.
Al detallarla durante unos segundos, Bruce tragó saliva perceptiblemente.
"Tu prima se va a casar pronto con el señor Archer. ¡Pronto serás parte de su familia! ¿Aun así debes asistir a la entrevista?".
"Sí, por supuesto", confirmó Deanna riéndose. "Quiero pasar por el proceso de contratación profesional, como corresponde. No necesito usar influencia familiar en mis logros laborales. ¿Pero qué está haciendo usted aquí, señor Prescott?".
Bruce volvió a examinar su cuerpo con ojos brillantes antes de responder: "Hay un cambio en la junta directiva y vine a ver qué estaba pasando".
"Ah, entiendo". Deanna asintió con decepción.
Luego de una pausa significativa, agregó: "Anoche fue la primera vez que lo vi desde la muerte de mis padres. Quería hablar algo con usted, pero es obvio que está muy ocupado por los momentos. Será mejor en otra oportunidad".
Bruce, sin embargo, dijo de inmediato: "Ahora estoy libre. Todavía queda una hora para que comience la reunión. ¿Por qué mejor no vamos a mi oficina y tomamos un café?".
"¡Me parece genial!", aplaudió ella, fingiendo exagerada emoción por la propuesta.
"De acuerdo, vamos entonces". Bruce extendió la mano y sostuvo la cintura de Deanna con una fuerza deliberada.
La frente de ella se arrugó al sentir su contacto y frunció el ceño. Sin embargo, fingió estar tranquila y habló con Bruce casualmente, riéndose de vez en cuando con coquetería.
Dario vio, de forma inconsciente, el video de vigilancia del corredor en su oficina.
De repente, sus ojos se volvieron más helados que antes.
No podía creer que Deanna llegaría tan bajo como para juntarse con un hombre mucho mayor que ella solo por conseguir el puesto de trabajo en Yonder.
En ese momento, la secretaria le informó el cronograma de actividades del día.
El CEO le gritó frustrado: "¡Sal ahora mismo!".
La mujer se estremeció de miedo cuando escuchó su rugido de furia, pero se vio obligada a informarle de todos modos de los compromisos que tenía: "Señor Archer, pero...".
"¿No escuchaste lo que dije?".
La secretaria se estremeció de pavor al ver la mirada amenazante con que él la observaba y salió corriendo temblando de miedo.
Mientras tanto, Bruce le dio una taza de café a Deanna dentro de su oficina.
"Escuché que habías estado estudiando en el extranjero durante algunos años. Debiste haber estado muy sola", comentó el hombre con los ojos lascivos fijos en su cuerpo.
El asco que ella sintió hizo que la bilis subiera por su garganta. Sintió ganas de vomitar y lo maldijo en su interior.
Bruce había sido amable con Deanna cuando sus padres aún vivían. Por eso se sorprendió al verlo expresar abiertamente sus deseos inapropiados hacia ella.
"Bueno, en realidad no fue gran cosa. Estaba enfocada en mis estudios", refutó sonriendo para cambiar de tema. "Señor Prescott, supe que usted vivía también en el extranjero. ¿Por qué regresó de repente?".
Bruce soltó una risa entre dientes. "Cuando las personas envejecen, prefieren regresar a su ciudad natal para pasar el resto de su vida. No obstante, muchas cosas cambiaron mientras estuve afuera. Afortunadamente, tu tío ha estado apoyando al Grupo Miller muy bien. Lo siento mucho por lo ocurrido con tus padres. Estoy seguro de que ahora están en un lugar mejor".
Al escuchar eso, Deanna lo miró fijamente y preguntó sin rodeos: "¿Sabe cómo murieron mis padres?".
Bruce se sentó junto a ella, extendió el brazo y le dio unas palmaditas en el dorso de su mano.
"Supe que tuvieron un accidente automovilístico. Mis condolencias".
Deanna apretó los dientes frustrada, controlando su disgusto. Hizo un esfuerzo por no alejarse de ese hombre repugnante de inmediato e insistió: "Recuerdo que mis padres colaboraron con usted cuando aún estaban vivos. ¿Tiene alguna idea de por qué mi familia quebró y por qué mi tío regresó del extranjero y se hizo cargo de la empresa?".
Bruce, esta vez, agarró la mano de la mujer y la acarició.
"Es una larga historia. Si quieres saberlo, podemos discutirlo mejor en otro lugar".
La evidente lujuria en sus ojos hizo que a ella se le revolviera el estómago. Pero forzó nuevamente una sonrisa y retiró la mano con lentitud. "Señor Prescott, por favor, revele algo de información ahora para que pueda juzgar si es necesario hacerlo".
Ante la evidente propuesta de intercambio, el deseo de Bruce explotó en un instante como pólvora.
Envolvió su brazo alrededor de la cintura de Deanna y acercó la boca a su oído.
Justo cuando estaba a punto de decirle algo, la puerta se abrió y Dario entró.
Al instante, Bruce la soltó y se puso de pie. "Dario, la reunión aún no ha comenzado, ¿verdad?".
"Aún no has terminado tu entrevista. ¿Quién te permitió irte?", le reprochó Dario a la mujer mirándola fijamente.
Bruce sonrió tratando de interceder por ella: "Ustedes dos serán familia pronto. No creo que necesites entrevistarla. Dario, tú puedes...".
Sin embargo, el CEO lo ignoró y le gritó a la mujer otra vez: "¡Sal de aquí!".
Deanna se mordió el labio inferior con frustración y se levantó.
"Señor Prescott, necesito asistir a la entrevista ahora. Lo visitaré pronto para continuar nuestra conversación".
Sin decir nada más, Dario salió de la oficina a grandes pasos.
Deanna aceleró el paso y lo alcanzó. "¿No dijiste que no era la candidata adecuada para el puesto?".
Él se dio la vuelta y la presionó bruscamente contra la pared.
Su figura imponente y musculosa eclipsaba el menudo cuerpo de ella.
"¿Así que fuiste a ver a Bruce?", le reprochó.
Ella se puso nerviosa después de enfrentarse con la mirada profunda de sus ojos helados.
"Sí, él era amigo de mi padre. Solo quería preguntarle sobre algo".
Dario se burló. "¿En serio? ¿Y querías discutirlo en su cama?".
La sangre en el rostro de Deanna se drenó en un instante y sus mejillas quedaron pálidas, como un fantasma. Después de todo, no era de extrañar que él la despreciara. Dario había asumido que ella era una mujer salvaje y promiscua, dispuesta a acostarse con todos para conseguir sus intereses.
De repente, su rostro se transformó con una sonrisa sarcástica al recordar la sangre en su ropa interior cuando perdió la virginidad.
Vengarse era su objetivo principal. No le importaba lo que los demás pensaran de ella, pues nadie más que sí misma sabía su verdadera naturaleza.
Deanna respiró hondo y levantó la cabeza para mirarlo, con ojos desafiantes.
"Me importa un carajo lo que pienses de mí. No te gustaba que yo trabajara para tu empresa. ¿Por qué no puedo pedir ayuda a otra persona?".
Dario, de repente, envolvió su brazo alrededor de su cintura y la atrajo hacia él. Sus rostros quedaron solo a pocos centímetros de distancia el uno del otro.