Bajo mis ordenes
toy haciendo
un título no vale ni sirve para nada. No conseguí trabajo de lo que amo, y mi primer empleo es pasarme
as calles. A pesar del frío, la gente está haciendo compras de última hora, también hay niños haciendo bailes
espués de haberme visto recibirme y era lo único que tenía. Me aclaro la garganta mientras
mo mi nuevo jefe, un señor de mediana edad con a
me dijo que viniera, señor
mos mucho movimiento -me interrumpe antes
hombres durmiendo sobre las mesas, y los demás empleados e
acerco a mis compañeros para intentar presentarme. Se ven
zando una pequeña sonrisa. Ambos me mir
ortura -contesta uno de ellos-
señala-. Suerte en tu prim
ieza a dar miedo de lo que puede llegar a pasar y m
yor parte del día hay que limpiar vómitos, no dan propina, te tratan como u
stejar el año nuevo. El trabajo se incrementa al doble, y los pocos e
, pero en el camino alguien me agarra
mura un hombre muy apuesto, de ap
ndo al cielo. Trago saliva y trato de volver a la tierra, lo miro de arriba abaj
r trabajando -replico acomodando
inquiere, volviendo
e sirve para comer -co
arían en un mes multiplic
continúo con mi camino.
o con sarcasmo-. ¿Y
te conozco, ni tú a mí, pero eres la única opción que tengo. Eres bonita, se nota que eres trabajadora y yo estoy desesperado. Necesito una mujer p
todos lados, algo que me hace poner bastante nerviosa, sobre
cer que me echen del único trabaj
lama el señor que me
¿Vas a permitir que ese tipo te trate así, como una esclava, cua
aga? ¡Ni siquiera t
iez minutos, te aseguro que te cuento mi vida entera
este tipo, puede ser un criminal... ¿Pero diez mil dólare
ander Byrton -agrega el oj
n centavo! -repite mi jefe, dejá
e el delantal y tirándolo al pi
pero ahora solo quiero escapar de este lugar y es
dice que será