Una madre en apuros
Lo primero que hice, luego de tranquilizarme, fue llamar a Julie, esta comenzó negándolo todo y al final terminó admitiéndolo. Encima querían seguir viéndome la cara de tonta.
Le pedí una explicación, porque…en todo esto ella era la adulta, a Elián no se le podía considerar como tal y mi única pregunta era ¡¿Cómo diablos pasó?! ¿Por qué hizo tal cosa? ¡Y encima quedar embarazada! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!
La niña, Johanna, tenía seis años de edad, ¡seis años llevaba yo sin saber sobre esto!
Elián era consciente de que tenía una hija, pero no lo asimilaba como un padre, solo sabía eso y ya está, era como su hermana o su amiga, así lo describía Julie.
Después de eso llamé a mi tío y le hice el mismo reclamo de porqué no se me contó esto antes.
¿Era yo la única que veía esto mal? Me parecía algo horrible.
Desde siempre ellos han estado juntos y yo siempre creí que Elián la veía como a una hermana y que en cierto modo no me quería a mí porque eso amenazaba ese lazo entre él y Julie, pero…¿acaso él estaba enamorado de ella o ella de él? ¿Qué era realmente lo que pasaba aquí? Yo estaba desconcertada. No había otra forma de describir la manera en la que me sentía al saber esto.
Los días fueron pasando, Elián apenas me dejaba comer y beber dentro de la casa, seguía enojado, como si yo tuviera alguna culpa de algo, intenté explicarle que nos estaban presionando para vender este lugar, pero él solo se empeñó en repetir una y mil veces que este lugar era suyo, que este era su hogar.