El Lamento De Mi Alma Perdida
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uestros padres y me trataba como basura. Mi prima Ximena,
valor para enfrentarlo y escapar de e
tasma, lo veo cons
do ahora, mocosa insolente?", gritaba
víbora que me había atormentado durante años, ni
el final. Fue el com
d sale a la luz, destruyendo todo lo que él creía saber
ítu
ata
a hasta mucho después de que mi cuerpo hubiera dejado de existir. ¿Por qué, Gabriel?
empre fuiste un problema. Un peso." Cada palabra era una bofetada. Cada vez. Anoche, el destino decidió q
lo veía. Ahora, él se arrastraba por la casa, una sombra de lo que fue. Su mente, antes tan aguda
Fue como quitarme un peso de siglos de encima. Tenía dieciocho años. Dieciocho años de
e fugaz. Un breve estallido de sensaciones antes de la oscuridad. Agradecí que fuera rápido. Agr
eca de trapo rota en el asfalto. Pero yo no era mi cuerpo. Yo era una brisa fría, un susurro invisib
riatura". Lágrimas sinceras, al menos esas sí lo eran. Mi nueva forma, esta alma errante, siguió a mi cuerpo inerte. Fl
urros médicos, términos que ya no importaban. Después, el destino final de todos los cuerpos: la mo
nombre. No encontraron nada. Ni cartera, ni identificación, ni teléfono. Era una incógnita, incluso en la
. Mi cartera, mi teléfono, todo lo que me conectaba con el mundo, había desaparecido la noche anterior. Robado. Qué conveniente para mi her
levaba. Mi mente estaba hecha un desastre esa noche. Dolor, rabia, y la desesperación de escapar. La enfermera, una mujer de mediana edad con ojos
una extraña sensación de alivio? Mi alma, ahora libre, quería respuestas. ¿Cuánto tardaría e