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DEUDA DE SANGRE: UNA PASIÓN CON EL MAFIOSO

Capítulo 8 💐 FIESTA DE COMPROMISO PARTE: 2💐

Palabras:2671    |    Actualizado en: Hoy, a las 12:42

sirvientes anunciara que algo irreversible estaba por suceder. Aria permanecía frente al espejo de cuerpo entero, aún c

e todo, e

dorament

bello recogido con delicadeza y un vestido blanco que delineaba su figura c

rvó con los o

... parec

no so

o están prisio

o que Vittorio había elegido. A Aria le ardía la piel solo

la puerta la

voz de Luc

nhaló profundo. Tomó fue

rthur, s

nteligente. No

-

vestido flotaba tras ella como una nube blanca. Todos los invitados -polít

nces l

tor

e oscuro, impecable, imponente. Pero lo que la

hipno

como si fuera una visión imposible, u

o vibró. Sus ojos se hundieron en ella con un

suyo, lo notó y so

jefe -murmuró en v

er chasqueó la lengua sin

dio un paso hacia ella. No la tocó, pero su s

jo con voz baja, conten

saliva, sin

-

ás pálidos que nunca, caminaron como fantasmas entre lo

o al padre-. Me alegra que hayan venido

e Aria tra

remos ver a

torio-. Está hermosa. Co

tercambiaron

un paso adela

or favor... podríamos

enas, ladean

smo. ¿Qu

r respi

se. Nos hemos arrepentido. Podemos pag

una calma tan afilada q

Porque si llegan a repetirlo, si algún invitado oye algo semejante

zo ahogado. El padre la

fav

ás, tan cerca que so

ruten la cena. Feliciten a su hija. Y vivan. Porq

edaron pet

us padres y sintió un nudo en la garganta. Pero no podía movers

osa, pequeña, frágil. Su herm

go al baño, por fa

rvó. Sus labios s

o te t

día respirar por p

-

seguro. Sus ojos estaban l

temblando-. Arthu

ue su corazón

é? ¿

amos al compromiso -dijo con rapidez, revisa

negro, sin marca. Aria si

diera sin que nadie te viera... que

como quien sostiene

on la voz quebrada-.

a abraz

ses -lloró-. No quie

Te lo prometo -mintió Aria

mundo se estaba desmoronando y que ese peq

-

giró la cabeza para verlas volver. Sus ojos se clavaron en Aria. El

caminó ha

ora -

el piso desapare

-

crán- tomó su lugar. Todos los invitados hicieron silencio. Vittorio se po

abrió un

matrimonio, por la vía civil, a Vi

ia latía tan fue

miraba sin

scurso. Aria apenas escuch

legó la fr

or el poder que me concede el Est

ensordece

n hilo frío le re

sino con posesión absoluta- y la besó frente a todos. Un beso

que no e

domi

n men

on, Aria tenía lo

udió despac

s, jefe. La

io lo

-

música del

extendi

osa

ó saliva

la con una fuerza que no necesitaba esconder. No hablaba.

n voz baja-. Aunque llores. Aunque lu

iró el

soy

rio s

o

pret

e encanta

un escalofrí

-

acia una mujer elegante, de vestido negro, u

nn

ana de

sento a Ginna Marchetti

pies a cabeza con una m

ano -dijo con una sonrisa sutil, peligrosa-

jó la voz

más lista qu

un nudo en

sonrió sa

deslizándole un ded

ltó el pequeño teléfon

sin duda

che no ser

ipio de su ve

a era una M

asada con

tenía un ar

th

nsaba p

saba r

siendo la espos

*

er que me confiere el Estado... los declaro marido y mujer". Aria sintió un peso helado caerle al pecho, como si un candado invisible se cerrara sob

ta. Él, con su porte cruel y atractivo. Ella, una muñeca de cristal vestida de blanco, preciosa, pero quebrada por dentro. Carter los observaba desde la barra, con media sonrisa

acía más difícil sostenerse. Sentía la mano de Victtorio apretando su ci

arla, moviéndola suavemente e

lma. Había bailado con él apenas unos minutos cuando el mareo la golpeó. Int

o notó. Lo

on tono grave, como qu

e un momento -respondió e

apartado del salón, entre dos columnas de mármol, donde los invitados no podían escuc

ula con fuerza, obl

on un filo amenazante-. Escucha

intiendo que el estó

o... -continuó él, acercándose más, casi rozando s

si se desprendió d

rio lo

o

absolutam

calma más cruel que un grito-

s ojos, pero no permitiría que él viera sus lágrima

sonrisa torva, satisfe

fiero. Silenciosa

tado, obligando a su

ie debe sospechar que acabas de entender

lón, donde los invitados los miraban expectantes, creyendo que eran la pareja perfecta reci

impecable con un vestido negro de terciopelo, se acercó con u

oz suave-. Bienve

una pequeña ca

alento para fingir cor

gnoró con

-. Porque ahora eres la esposa de mi hermano, y eso significa... qu

apenas logró que sus labios

rcó entonces

una exagerada reverencia que hiz

su terror-. No te preocupes, princesa. Todos sobrev

ina, pero Carter solo bebió de su

coro mientras negociaban favores entre susurros. Cada tanto, Victtorio se inclinaba para besarla en la mejilla o tomar

cía sentirse aún más atrapada. Quería correr, gritar, desaparecer. P

acercarse bajo el pretexto

ntras la abrazaba para la foto-.

sin mover los labios-.

llas, observaba la esc

ó, Sofía tomó la mano

surró-. No me dejes

nrió co

to hac

on una sonrisa que helaba la sangre-. Aria estará

No te quedes mucho tiempo lejos de

ctamente la amenaza encub

Carter se movía entre los invitados con mirada calculadora, Luca patru

n disfrazada d

icttorio volvió a

oscuro-. Vamos a saludar al

, pero lo conocía lo suficiente para

audían la alianza, el matrimonio convenido, el poder que se unía al poder. Nadie sabía la

Victtorio la atrajo por la cintura,

voz orgullosa y pose

apellido junto al suyo. Su respirac

ador, observando a Aria como

Victtorio-. Y ta

Aria como una piedra. Obediente.

n. Las luces se atenuaron para el

sobre su hombro. Su mirada estaba completamente fija en ell

ras la hacía girar-. Si intentas escap

intura con

novio frente a ti. Y con

o intenso, como si

día l

día g

eo oscuro, como si su sufrimiento lo excitara, como si verla ata

ó y los invitad

Ari

ba vacía

do se había abie

e que comenzara el brindis fu

ar... aunque me

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