DEUDA DE SANGRE: UNA PASIÓN CON EL MAFIOSO
control de su cuerpo. Sus manos todavía temblaban sobre los jirones de tela. Sintió un hor
ar el aire... hasta que escuchó un murmullo a
era estaba cam
ando l
do el co
ndo su
impió sus lágrimas con el dorso de la mano. No p
jo en el espejo era devastador: mejilla roja, ojos hinchados, cabello revuelto
ri
cisión s
a casarme con él. No voy a
til sonó en
a Vit
llamado era d
o entrar? -la voz suave
spiró p
nt
jos se abrieron al ver el vestido destrozado en el suelo, per
ponga esto -susurró, colo
etó la m
a? -preguntó con una voz má
a puerta, asegurándose de que nadie es
que usted no
nadie mer
adie puede oponerse
vando sus ojos en los de la mujer
mirada. Sus de
ola -susurró casi en un hilo-. A v
unció e
quiere
on la cabeza, como arrepintié
e cambiarse. Sus pad
e Aria se
pa
que la había
van a venir a celebrar... mi compromis
in atreverse a v
ñorita. Pero
ó la
Carísimo. Y para Aria... macabro. Un símbolo del c
o un pa
lo voy
a-. Si no lo hace, él... él se va a poner peor.
sino por la rabia contenida
susurró de repente-. ¿
só su reloj, nervi
daba
no para
no par
para hac
e cambi
vestido blanco con la punta
-declaró en voz baja... pe
ó los ojos
o... si él
afiante-. Que venga. Que grite. Que destr
una valentía que Aria no imaginó de
ivir, debe ser más lista que
miró f
údame -pidió
inmediatamente, como s
Él mataría a cualqu
ni enfrentarlo -Aria insist
so
espiró hondo.
s... pero no está en la casa. Le
su corazón
ó? ¿De
olverá ante
.. pero el tiempo su
nar, esta vez con tre
ra M
una sir
de Aria
dio un
hizo que la sangre
ave, firme, carg
-. Ábreme. Ten
pali
cia la puerta secundaria del baño-. No
ó, y María
res golpes
Abre la
apretó los puños...
abr
la de dureza y... algo más.
ue hablar
zó la b
é qu
la mejilla roja, el cabello des
él en voz baja-. Y necesitar
unció e
ué
egurarse de que nadie escuchara...
vio...
lanea simplem
l mundo se inclin
a hacerle
ragó s
buscar es
ra... no va a d
n de Aria
mpo ta
se volvió una
s esto? -preguntó
un poco
o eres el pr
co... va a morir
las piernas
e supone
acercó m
ive est
ques a V
ntes frente
ligente
susurró ella,
dudó, luego r
taré ret
todo lo que
ficultad, sintiendo u
o un pa
epá
buscar en tre
e f
mblorosas... mientras un pensamie
ahora... Ar
ra
ecidiera qué clase de
peraba su
ue lo c
*
ttorio llegó. Un silencio elegante, pulcro y perfectamente
lla
ba permis
a sentada en su enorme sala, revisando documentos, las piernas cruzadas, su postura impeca
-dijo con tono seco-. Es
nte a ella, con las manos en los
presente esta noche
rqueó u
ena de
a de com
Ginna sostenía
labra le supiera amarga-. ¿Con quién, Vittorio? ¿Con c
parp
ria Va
golpe. La silla re
untó con los ojos abiertos-. ¿La
a Isabella -termi
como un cuchill
retó los
uria-. ¿Estás loco, Vittorio? Isabella está muerta por culpa de e
tembló. No de
jo, avanzando hacia él-.
razo, no con violencia, s
elevar la voz-. Porque no es
ejó de
eng
Valverde lentamente. A
n pasó de furia a un entendimiento ret
ar -susurró-
un mensaje para todos. Nadie mata a una March
spirando hondo, sus
la s
aberlo -respondi
aló profundo. La estaba procesando, midien
soltó el h
i es venganz
rio a
Todos necesitan ver que la familia Marc
archetti... incluso si l
mandíbula pero n
destruirte, si intenta escapar, si intenta manipular.
una sonrisa ape
la ya intentó escapar. Y fall
n su mandíbula. Su hermano no estaba bien. Pero también sabía que nad
me pondré el vestido negro. El que
. apro
iró hacia
za a las ocho.
irada. Antes de que él c
be ya que la van
io se
oscura cruz
ando baje la
ir más, s
garrillo, inhaló
e el infierno al que