DEUDA DE SANGRE: UNA PASIÓN CON EL MAFIOSO
e roble. Aria abrió los ojos lentamente, intentando recordar dónde estaba. Por un instante, pensó que había sido un
madera y a control. Se incorporó despacio, el corazón palpitando con una mezcla de rabia y miedo. En una esquina
ecía un cuadro detenido. Todo en esa casa era or
a puerta interrump
culina desde el otro lado-. El señor
y se miró al espejo. Sus ojos seguían ardiendo, pero su reflejo no
do al final de la mesa, leyendo unos documentos. La luz del sol le rozaba el perf
-dijo sin lev
otro extremo, erguida, con las
secuestradores -dijo,
en ese gesto había una calma q
bra -respondió-. Eres
u ego, de su venganza? No tengo nada que v
documentos y los
, sin una pizca de emoción-. Tus padres firmaron acuerdos que no cumpl
servó con
hace no es just
. Vittorio se levantó despacio. Sus pasos reson
con frialdad-. Harás lo que te diga. Cuando te lo
de pie, el ro
e atr
enas, con una sonrisa
hombre que ya no t
muda. Aria lo sostuvo con la mirada, y aunque el m
aja-. No puedo detener lo que haga, per
instante más, luego
lo ve
odeado de papeles, planos y teléfonos encendidos. El a
iones de oro y cargamentos que cruzaban fronteras con nombres fals
unciarse, sosteni
Este están listas. Falta re
Vittorio sin lev
unos segundos
que la chica de
a, su expresión volvió a
é te r
Vittorio. No entiende las re
tó en la silla, c
de me arrebataron más que dinero. Aria es la ún
a d
intentar
torio-. A veces el miedo es un
go en su mirada decía q
ería informarle que An
arqueó
lo p
enido en cualquier lugar. Alto, rubio y con un acento neoyorquino que no había p
dijo sonriendo-. ¿Cuá
evantó y estr
York te mantiene
erme, y los negocios tampoco. Por cierto, el trato d
intió con u
da margen para la
ó unos segundos, l
tante que de costumbre. ¿
bozó una so
deba pre
de antes de que tu apellido pesar
o volvió a su silla, tomó un cigarro si
a Aria V
arqueó
Queens? Pensé que
torio-. Pero eso no borr
ene que ve
adelante, apoyando los c
lia hace años. Traicionó esa alianza, cost
oltó un si
aste com
aquí hasta que los Valverde entiendan lo que s
ncio unos segundos, lueg
-dijo al fin-. Pero esto... est
ebilidad -replicó Vittorio-. N
hacer con ella
ana, hacia el jardín dond
Su presencia aquí es r
studió, cruza
peligroso, Vittorio. Las emocione
ueven -respondió con f
aunque la duda s
deuda vive
ró la cabez
e. Es la de
cuadros antiguos que decoraban las paredes. Había intentado abrir una puerta lat
fundible, grave, contenida. Se detuvo al borde de
deuda vi
una persona, sino un símbolo, un recordatorio. Y eso la llenó de una nueva clas
e juró a sí misma que encontraría la manera de
ficina. Luca regresó con un par de documentos, pero Vittori
s que habl