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DEUDA DE SANGRE: UNA PASIÓN CON EL MAFIOSO

Capítulo 3 😡LA IRA DE MARCHETTI😡

Palabras:1577    |    Actualizado en: Hoy, a las 12:32

os, la fachada impecable de Marchetti Holdings ocultaba otra cartografía: pantallas con rutas, líneas de números y hombres que resolvían problemas sin aparecer

ina y sabía que una sola llamada podí

escritorio-. El carguero Siena fue interceptado anoche por la policía portuaria de

pronunció palabra. Por la ventana, el pue

guntó al fin, la voz

otes marcados como mercancía, y documentación que apunta a las rutas de Marsella y

hasta la ventana y miró el Hudson como

logística? -pregun

k. Tenemos nombres, pero faltan pruebas directas. La policí

do. Vittorio cerró los ojos un ins

esente en el muelle ahora. Quiero saber quién

rrarse, el teléfono del despacho sonó. Vittorio lo tomó y es

s. Redirige las rutas.

empresarial seguía perfecta para los inversores; en los sótan

preguntó, en voz baja, más po

on intermediarios. Dijeron que Aria está con usted como gara

ia con la calma de quien

ró-. Lo hicier

que no tenían

el filo de su voz dejó claro que nada human

con paso medido: chaqueta bien cortada, m

tervención en Red Hook fue brutal. Alguien em

Vittorio f

Un tipo de nuestro equipo dejó huellas en algun

No era la pérdida lo que le

-. Traigan al capitán y a los hombres que tocaron los con

archetti hablaba así, las consecuenc

-

la decisión de entregar a Aria les pesaba en la garganta cada segundo. Habían hablado con Vittorio co

que ahora intentaba justificar lo indefendible-. Si

do. Su pecho dolía por una cu

segura -susurró-. Le di

el Marchetti les quemaba la lengua cuando tenían que explicar la decisión a

-

cesitaba asir un control que no fuera sólo de mesas de operaciones; necesitaba imponer orden donde una negativa l

y donde la apariencia debía ser impecable. Quería verla rodeada

o cuando apareció en

sa resistencia que

-contest

ittorio se acercó con la calma del que no pierde el control, hasta que

ole la mirada-. ¿Y cre

modidad de su casa -respondió ella,

e no pudo retener, alzó la mano y le propinó una bofetada doble, seca y contundente; su mejilla estalló en rojo, la marca del golpe brilló

por el pasillo como quien toma una pieza que ha decidido recolocar. Nadie, entre los pres

a la cama con violencia calculada. La empujo, la dejó sin aliento; él la tomó por el mentón c

ES MÍA TE GUSTE O

El segundo golpe resonó como confirmación de un poder que no se cuestiona. Aria, con la sangre del

TODO ESTE JUEGO TUYO TENDR

gar con su propio ruido interno; pero la contención volvió con rapidez. No por remordimie

la habitación. La puerta se cerró con

ada día que me desafíes -fue su última frase antes d

rabia no murió en sollozos: fue combustible para la acción. Entre sollozos ahogados y respiraciones cortas, comenzó a buscar cómo salir. Revisó cajones, palpó las cerraduras, encontró un pequeño dest

as a Anderson, órdenes a Marco, trazas que podían cerrar rutas o abrir ojos. El golpe en el puerto tenía que resolverse como problem

luminada que nunca perdona. Dijo en voz baja, más para co

los Marchetti y q

ntiendo el calor en la mejilla y la rabia quemando como una señal. No se rendiría. No en pala

an hacia muelles, llamadas cruzaban continentes,

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