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DEUDA DE SANGRE: UNA PASIÓN CON EL MAFIOSO

DEUDA DE SANGRE: UNA PASIÓN CON EL MAFIOSO

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Capítulo 1 💭EL SUEÑO QUE NO OLVIDA💭

Palabras:1433    |    Actualizado en: Hoy, a las 12:31

o transformado en un mapa de sangre, los labios entreabiertos como si buscara un nombre que ya no podía pronunciar. Los disparos y la música

sperado, se había contenido, había convertido la furia en cálculo; pero el sueño le recordó

-. Reúne los expedientes de Isabella. Revisa todo lo re

que cuando Vittorio pronunciaba ciertas palabras una maquina

-

la voz de Vittorio no era una voz, era una ley. Colgó con la mandíbula apretada y miró a su mujer, Helena, que no pudo articular so

ria todavía con la garg

erla con la mirada primero, para saber si era

da -tartamudeó-. Quiere que... que ofrezcamos

brió la cara. Aria apartó la mirada, tr

a, la palabra salió como una o

io del pasillo, como si

aspereza contenida-. Si nos negamos, nos aplast

ria-. Llamamos a abogados, a la pol

ó con los ojo

rnos? -la madre suplicó, la voz rota-. Alonso ya habló co

lonso lo levantó con manos sudorosas. Era Luca. La llamada no fue larg

ertas transacciones. Hay una solución: entregar a su hija como garantía. Si se niegan, la deuda a

. Aria sintió cómo la san

preguntó Alonso, pero s

e quien ordena y no pide permiso-. Piénsenlo como... una garantía física. Si cu

la, las manos en la cara. Ar

, con la voz corta

uien ve caer la casa que l

n -susurró-. Lo sie

pegaba del suelo. La rabia se le anudó en la garganta y quiso gritar, romper la ventana, culparlos,

la culpabilidad la

zos, se acercó y to

ella -murmuró-

ndena que la convertía en mercancía. Al final, cuando las palabras se agotaron, cuando todo e

-

ba, intentando memorizar cada fachada, cada farola, como si pudiese retener su vida en una postal.

lencio calculado; la decoración, un equilibrio entre arte y autoridad. Vittorio la esperaba en el centro

ue siempre parecía medir las cosas en escal

presencia palpable, pero más potente aún era

Esto es una barbaridad. Mis pad

arbilla como quien ag

n pagarlos -replicó-. Aquí, lo que cuenta es

que ver con el frío de la noche. Su respu

traición -aseguró-. Se

a sombra que se desplazó sobre sus ra

Valverde. He venido a equilibrar una balanza.

a, como quien intenta con

nada -dijo-. No fui l

io-. Pero yo no busco cu

cuenta de que no había apelación posible; la amenaza que había vibr

susurró-. ¿Q

nstante más. Su mirada f

ado, su hermana estará segura. En c

azón, como si fuera el único sonido humano en la casa. No había golpes

e entrelazaron formando una especie de claridad: si la iban a convertir en prisionera para proteger a su h

-dijo con voz controlada-, no s

a sólo oscuridad. Había en esa sonrisa una promesa de tor

ó-. Entonces sabre

-

su madre que parecían más viejos de repente. No podía perdonarlos ahora, ni quizás nunca. Pero en aquella noche en la que la ciudad seguía

con los dedos temblorosos de alguien que ha esperado demasiado para vengarse. Dos años de

había c

-

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