Errores imperdonables, deudas impagas
rio, un sonido ás
orde del muelle de carga-. Eres lib
sto cuando la alcanzó, la sonrisa del secuestrador se volvió ven
ras caía al agua
nzó al agua tras ella. Sus cuerpos desa
on, escapando en la noche justo cuando el
ente la pantalla lisa de su teléfono. Las luces rojas y azules de los co
uerpo flácido, pero incluso entonces, su mano estaba enredada en el cabello de Sofía,
a final e irrefutable. Todos sus sacrifici
do desaparecer la ambulancia, sus sirenas desvanecié
nde, s
l, una enredadera terca y tenaz, finalmente se ma
-. Necesito recoger mi equi
tor, su curiosidad pudo más que él-. Ese tipo
unos silenciosos. Pensó en la forma en que había sangrado por So
y vacía-. Es solo un ant
erderse su propia boda por un hom
nte. La investigación fue rápida. Los secuestradores fueron atrapados, el disco d
ba. Sentía un malestar que no podía nombrar, un persistent
o había
secuestro. Ella había estado allí, en la sala, tratando de d
r qué no había venido? La pregunta lo carcomía.
asistiría a la boda de una amiga. Sintió una
ue viera lo herido que estaba, para provocar la
deollamada. No
je de texto. `
asi instantánea. `
scribió un largo mensaje, explicando sus heridas,
imple, `Te
un momento despué
o. `¿Por qué? ¿S
o resp
comenzó a martillar contra sus costillas. Buscó a
smitiendo un evento en vivo. Una boda de la alta socie
tecnológica Elena Garza, del brazo d