Errores imperdonables, deudas impagas
su cuerpo irradiando un
élt
, un pago. Por los siete años que mi hermano se pudrió e
o -dijo Kael,
mbre
Toda. Los datos centrales de tu nuevo pro
to Quimera. Era el trabajo de la vida de Kael, la culminación de siete años de esfuerzo implacable. E
l sin un moment
lencio atónito cómo Kael hacía una llamada. En veinte minutos, un asistente de asp
éltala -d
, una sonrisa cr
umillaste a mi hermano. Quiero verte sangrar. Un corte por cada
sobre el borde de un muelle de carga que caí
haría. Por Sofía, h
ontra su propio brazo y trazó una línea larga y profunda.
n
o
r
ra de piedra. El único sonido en el almacén eran los sollozos aterrorizad
aba su teléfono. Sus dedos estaban e
bajo y constante mientras daba la dirección-. Un hombre
ienzo de líneas carmesí. Se tambaleaba, pero su mano estaba firme. Estaba en el cor
el suelo de concreto. Miró al secuestrador,
fecho?