La apuesta del CEO
ión, comenzó a notar que, a pesar de sus esfuerzos por seguir adelante con su trabajo y sus rutinas, algo había cambiado. Sebastián estaba presente en cada rincón de su m
? ¿De verdad había un cambio en Sebastián, o estaba simplemente jugando un juego más? La duda era su compañero const
ba por su escritorio, sus ojos buscaban los de ella. Aunque mantenían las formalidades de siempre, había algo en el a
Aunque sentía una atracción innegable, sabía que su corazón había sido herido demasiado por la vida como para permiti
, Sebastián se acercó a su escritorio, sin previo aviso. Ella levantó la mirada, encontrá
naba más suave de lo normal, casi
su presencia, asintió con caut
s vacía a un lado del departamento. "No quiero hacer esto aq
strarlo. Caminó junto a él hasta la sala de reuniones, donde el ambi
siento frente a ella, pero no habló de inmediato. Por un momento, permanecieron en silen
ue es difícil, y sé que me has visto actuar de una manera que no refleja lo que realmente soy. Pero estoy aquí po
darse cuenta. "Sebastián, no se trata solo de tus palabras. Se trata
que hice. Lo único que quiero es que veas quién soy ahora. Y que, aunque todo empezó de una manera equivocada, lo que estoy si
más evidente mientras miraba a Sebastián. "Es difícil confiar en alguien que te ha mentido desde el principio, Sebastián. No es solo la ap
verdad de lo que había hecho. "No quiero que todo esto termine con más mentiras, Emma. Quiero que me
vadían. "Es demasiado tarde, Sebastián. No sé si puedo seguir adelante con esto. No sé s
itud de lo que ella le estaba diciendo. Sus ojos reflejaban una mezcla de desesperación y arrepentim
po que necesites. Solo te pido una cosa: no me cierres la puerta completamente. No te pido que confíes en mí d
n llena de dudas. "Lo pensaré, Sebastián. Pero n
o lo que puedo pedir, Emma. Solo necesito s
ón no había resuelto nada. Sebastián le había pedido tiempo, sí, pero ella sabía que el tiempo no l
mantenerse firme, que no debía permitir que el pasado determinara su futuro. Pero el amor, o lo que sea que sentía por él, s
trado respuestas. No sabía si el riesgo de darle una oportunidad a Sebastián valía la