La apuesta del CEO
n en su oficina, había decidido mantenerse firme en su postura. No iba a dejarse arrastrar por las palabras dulces ni por la mirada intensa que Sebastián le había dirig
omodara a su favor. Sin embargo, también había visto algo más: una vulnerabilidad, aunque fugaz, que lo hacía parecer... humano. Y eso era lo q
eció en su puerta, esta vez sin previo aviso. Su presencia, como siempre, llenó la habitación,
lo que ella esperaba, como si estuviera tomando en
a ceja, pero sin levantarse
oyando las manos sobre el borde. "Necesito tu opinión sobre un asunto import
azar su solicitud, aunque la incomodidad
gias que Emma no estaba segura de comprender por completo. La sala era grande, con paredes de vidrio que ofrecían una vista impresionan
Pero Emma no podía concentrarse en los números. Su mente seguía dando vueltas a lo que había ocurrido entre ellos esa m
interrumpió sus pensamient
eo que esto podría funcionar, pero necesitaríamos más detalles s
cambiado en su actitud. Ya no estaba tan seguro, ni tan confiado como antes. En cambio, p
de lo que Emma había escuchado en mucho tiempo. "Lo que quiero decir es que, más allá
lación, Sebastián, pero si esperas que te ayude a ganar más dinero, no soy la persona
no saber cómo reaccionar. Pero, en lugar de defenderse o desviar la conversación, se
uiero saber de ti es si alguna vez me verás como algo más
o hacer. ¿Podía ver a Sebastián como algo más que un hombre que había jugado con ella, que había intenta
n suspiro. "No sé si puedo confi
o a Emma con una intensidad que la hacía s
so no cambia el hecho de que empezaste todo esto
cción de segundo, un instante donde Emma vio que detrás de la fachada de arrogante mult
que podría... ganar. Creí que no me importaría, que podría seguir adelante como siempr
guía jugando. Pero no encontró nada. Solo vio a un hombre que, por primera ve
e hiciste," le recor
"Y me arrepiento. Pero te prometo que te demostraré que lo
e, tan seguro de sí mismo, tan implacable en los negocios, parecía estar dispuesto a hacer todo por ella. Y, por alguna razón, ella no po
or ahora," dijo Emma, alzando
ino, que hizo que el aire entr
partir de hoy, las regla