La apuesta del CEO
e no fuera fácil para él. Los días pasaron y, con cada uno, Emma trataba de centrarse en su trabajo, tratando de hacer caso omiso a la creciente sensación de inqui
había solicitado, pero, de alguna manera, eso solo la hacía sentir más incómoda. Algo había cambiado en él. Su presencia ya no era solo una amenaza a su
Si seguía ignorando la conexión que sentía con Sebastián, podría perder la oportunidad de algo que podría ser real. Pero si le daba
ebastián se acercó a ella, como si hubiera esperado el momento adecuado. Ella
o por su nombre de una manera que le hizo sentir que n
us lentes, esperando que él hablara primero. No quería iniciar la
insistió Sebastián, su
ue no podía seguir evadiéndolo. "De ac
n entre nosotros, que todo esto se resolverá por sí solo. Sé que te he fallado, y sé que no puedo pedirte que me perdones d
orma en que se estaba exponiendo, que la hizo dudar. Sebastián siempre había sido seguro,
ve de lo que había planeado. "¿Qué quieres que haga, Sebastián? ¿
y pidiendo que olvides. Solo quiero una oportunidad. Una oportunidad para d
lo que podía poner en palabras. Y, aunque su orgullo la empujaba a rechazarlo, s
ta, todo lo que sucedió, no fue solo una broma para mí. Tú jugaste con mis sentimi
o que veas la verdad en lo que te estoy diciendo. No quiero perderte, Emma. No quiero que esta apuesta sea todo lo que qu
deseos. Parte de ella quería creerle, porque algo dentro de ella, un susurro profundo en su alma, le de
levemente. "No soy tonta, Sebastián. Lo que me has hecho no se puede arreglar
estoy pidiendo que me perdones ahora. Solo te estoy pidiendo que me des un
verdad en sus ojos. Pero no era tan fácil. Ella había sido herida, y las heridas no sanaban de la noche a la mañana. Sebastián no entendí
erminación que sorprendió incluso a
y una tenue esperanza. "Eso es todo lo que puedo pedir, Emma. Solo te pido
u corazón seguían luchando por en
na encrucijada emocional. Sabía que no podía seguir ignorando lo que sentía, pero también sabía que no podía permitir que
tre la posibilidad de un nuevo comienzo y el miedo al fracaso. Todo lo que podía hacer ahora era es