La Heredera Oculta
a que la calma era solo una ilusión. Desde que vio la noticia del regreso de
ría donde trabajaba. El aroma a café recién hecho y pan dulce llenaba el pequeñ
amiga y dueña del lugar, al verla
detrás del mostrador
ormí
ras llenaba dos tazas de café. Le te
no es solo falta d
ró. No podía
ha v
Sofía se tens
eon
y sintió un nudo
icias anoche. Ha
onas que conocía toda la historia, desde la intensa relación que Valeria tuvo
que te
que existimos -respondió Valeria,
parecía c
Si ha regresado, tarde
endo a Emiliano, construyendo una vida lejos del poder y la in
u investigador había sido eficiente. Había encontrado la guarderí
jo ex
o sabía, nada
que entremos? -preguntó Rod
negó con
lo quie
ras los niños salían al patio de juegos. Su
el cabello ne
os o
versión en mini
e hacía mucho tiempo. Había visto a ese niño solo en fotograf
h
ómo había sido capaz de ocultarle algo así? ¿Cómo hab
ía per
perm
dirección -orde
tió sin hace
gro estaba acost
no sería la
sensación de peligro que la acechaba. Cada vez que la campanilla de la puerta sonaba, su cuerp
do Mon
no porque todavía recordaba lo que sentía cuando estaba a su lado. Esa pasión arrebatadora, la forma
nca l
Había visto cómo trataba a las mujeres en su círculo: adornos, trofeos que e
ya no era
un escalofrío recorrerle la espalda.
do est
os miel fijos en ella con una intensidad que la dejó sin aliento
orazón martilleaba en su pecho, y por un momento
campanilla sonó, pero
e lo había caracterizado. Se detuvo frente al mostrador
ler
nda resonó e
trolar su respiración. No podía
oz firme, aunque por dentr
cabeza, como
do las manos en el mostrador
ó los puños b
haberte dicho algo. Nu
rdo se curvaron en
erdo haber estado
decidió irse, Leonardo la había buscado por todos lados, pero ella ya estaba lejos. Había
o volvía a ponerlo
, cruzando los brazos en un
Leonardo se
cánd
so. Valeria sintió que
ir entre nosotros -respondió, trat
arecía dispu
có con frialdad-. Hay much
ron como un puña
sab
de Emi
r la calma, pero su cuerpo ya habí
el mostrador, su mirada atrapá
que nunca m
el mundo se derrumb