La Selección
d había quedado atrás, y ahora me enfrentaba a la terrible experiencia de volar. Viajaría con otras tres chic
. Había puesto en práctica esa técnica otras veces, memorizando escalas y curiosidades. Al principio buscaba rostros amables, chicas con las que pudiera c
nica persona con la que trabajaba. Y al irse mis he
Aspe
amigos. Desde el momento en que fui con
cogiendo a otra
soportar llorar delante de las otras chicas. Me d
y ahora no quedaba nada familiar en ella. Un nuevo hogar, una nueva casta, una nueva vida. Y tod
Supuse que todas se sentirían pletóricas. Y al menos tenía que disimular
o a todo lo que dejaba atrás, decidí que haría exactamente eso: dejarlo atrás. El palacio sería mi santuario. No volvería a pensar n
aca
s, A
los míos atravesaron las puertas con sus asistentes, que les llevaban las bolsas. Ambas sonreían
promesa. Respiré hondo y me p
é, animada-. Y
La reconocí inmediatamente como Marlee Tames, de Kent. Una Cuatro. No hizo caso
! -d
de que considerara a todas aquellas chicas enemigas, y su pensamiento agresivo había ido penetrando en mi mente. Así que ahí estaba, esperando co
rlee. Esta
pero mucho más claro que el de Marlee, y unos ojos azules de aspecto delicado q
no y sonrió, pero eso fue todo. Yo no estaba segura de si era porque era tímida o porque ya esta
ra sido pelirroja de nacimiento. Te da mucha vida. He
vaba, Marlee hablaba con tal desp
uy mal humor a veces, pero mi hermana también es
calma. A Marlee le gustaban las películas, y a mí también, aunque raramente tenía ocasión de ir al cine. Hablamos de
ero nada más. Si le hacíamos alguna pregunta directa, d
ente hablamos más de media hora, el tiempo se nos pasó volando. No habríamos dejado de hablar de no haber sido por el claro sonido de unos taco
da de rojo para que hiciera juego con su pintalabios. Contoneaba las caderas al andar, y sus tacon
entrada. Había estudiado su entrada para intimidarnos. Y funcion
una Dos, no me preocupaba. Ella suponía que luchábamos por el mismo
e, intentando mostrarse amistosa, pese a aquella puesta en
os vamos?
in el más mínimo miedo-. Te
dio un repaso con la mirada. Lo
e mí. No pude evitarlo -dijo, mostrando una gran sonrisa
odeada de chicas c
momento, por una puerta a nuest
atro chicas seleccionada
spondió Celeste
o, se le veía en los ojos. Vay
una breve pausa
eren seguir, las llevaremos
duró unas horas. Nos ofrecieron películas y comida, pero lo único que yo quería era mirar
egable y ya estaba escribiendo cartas sobre su aventura. Bien pensado, lo de llevar papel. Estaba segura
usurró Marlee, indicando
a parte delantera del pequeño avión-. Desde el primer momento, ha si
r al final, pero no derrotando a las demás. Simplemente has de ser tú
lo quedó
a alguien. Es de lo más amable. Y también guapa -asentí, y Marlee baj
s ojos y men
s una hora y ya estoy de
la boca para
y agresiva. Y eso que aún no hemos visto s
-. Las chicas así se eliminan
rlee, con un suspiro
Qu
ieran una idea de lo que se siente cuando
ngo que nuestra situación era similar. Si no eras una Dos o una Tres, lo único
lo suyo, pero Ashley y tú habéis sido muy amables. A lo mejor al final
enía motivo para rechazar a Marlee ni para ser maleducada
ión y la terminal flanqueadas por unos guardias. Pero cuando se abrieron las
ada de postes y una cuerda a juego. Por la alfombra, a intervalos regulares, había guardias que echaban nerviosas miradas
era la respuesta correcta, no la de encogerse. Y como las cámaras estaban ahí para ca
te que tendríamos máscerca, y todos estaban impaci
as sería algú
n mi nombre. Estaba atónita. Allí ya había gente -gente que no era ni de mi casta ni de mi provincia- que esperaba q
oce años. En las manos llevaba un cartel que decía: «¡Las pelirrojas molan!». Yo sabía que era
llá alguien deseaba darme la mano, y así fue todo el camino; también tuve que
mente, es probable que me hubiera entretenido aún más si no fuera porque estaba a punto de llegar
a adaptado a algo que tanto me asustaba solo un momento antes. Había superado las despedidas, había conocido a las primeras
y me imaginé a mi familia viendo por televisión mi