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La Selección

Capítulo 4 .

Palabras:2406    |    Actualizado en: 28/09/2024

sultaba conveniente. Incluso los Ochos -los sin techo, los vagabundos- se buscaban alguna tienda o alguna iglesia donde pudiera

sta noche? -preguntó May, metiéndose una

solicitudes. Probablemente no sepamos nada hasta dentro de dos semanas -r

satisfecha de haber consegu

se me va a hac

a ella? ¡Era mi nombre

una cola bastante larga -intervino papá. Me sorp

icas. No sé por qué van a esperar nueve días más.

squeó la

haciendo cábalas sobr

pondí con sinceridad-. E

asi

arreglada pero natural. ¡Y además, estabas tan guapa, cariño! Si realmente se fijan en el

nto pintalabios que parecía que estaba sangra

as chicas. May no se perdía detalle. Gerad se limitó a sonreír entre bocado y bocado. A veces nos olvidába

erad en el regazo, y yo tirada por el suelo- y pusimos el canal de acceso público de la tele. Era e

pre me había gustado nuestro himno nacional. Er

amilia real. Sobre la tari

ara los enfocó. Parecía que iba a haber varios anuncios aquella noche. A la izquierda de la pantalla estaban sentados la reina y

Ames -anunció May,

Maxon. Supongo que, en c

nes. Eran los colores del verano, lo que supongo que a algunas les resultaría atr

mente perfecto; su traje a medida, demasiado impecable. Parecía más una pint

evara la vida más

n tiesa. Caí en la cuenta de que, a diferencia del rey y del príncipe Maxon, ella no se ha

ablando, pero yo n

, intentando no

¿

ué era? De cast

rió al verme

Cua

bajando en una fábrica o en una tienda, o quizás e

la comida cuando era pequeña. ¿Se habrían puesto celosas sus amigas cuando l

tontería. No m

en las pala

diezmado ligeramente nuestras tropas, pero confiamos en que el nuevo reemplazo del

n que tenía que protegerse de todo el mundo. Si el territ

paso al estado de la deuda, y el jefe del Comité de Infraestructuras anunció que al cabo de dos años esperaban iniciar las obras

l estrado el coord

reo la convocatoria para participar en la Selección. Ya he recibido el primer recuento de solicitudes present

n se agitó un poco en su

ados. ¡Con un poco de suerte, para Año Nuevo estaremos celebrando ya el compromiso de nu

ó. Maxon sonrió, pero parecía incómodo. Cuando

a Selección, por no hablar de programas especiales sobre su vida en palacio. ¡Y quién mejor y

eyenda. Al menos hacía veinte años que trabajaba como comentarista de los desfiles de la Fiesta del

ro alguno de la familia real o a sus fam

erás a Gavril! -excl

ijo May, agitan

ndría casi cincuenta años, y siempre iba impecable. Mientras atravesaba el decorado, la luz incidió en la insig

es un honor para mí formar parte de la Selección. ¡Fijaos

antes de que tenga ocasión de conocer a esas señoritas encantadoras, una de las cuales será nuestr

, como si no estuviera lo suficientemente acicalado. Le dio la mano a Gavril, se sentó frente a él y cogió un micrófono. La silla era lo bastant

verle de nu

diada como su aspecto. Irradiaba formalidad. Arrugué la nariz ante

es, treinta y cinco muje

parece

n se

Me imagino que con tantas invitadas habrá

obre cómo lo hizo él para conquistar a una

os enfocó para que viéramos cómo se miraban, sonrientes y cogi

empeorado últimamente, y los dos nos hemos dedicado más a lo

n. Supongo que lo e

mpo, así que querría ha

ue será para usted

bía pillado desprevenido. No podría estar

datas iguales: ni en imagen ni en gustos o disposición. Y conociéndolas y hablando con ellas

creo que hablo por toda Illéa cuan

dió la mano p

s -repu

iraba a sus padres, para ver si había dicho lo correcto. El siguiente plano

iempo. Gracias por ver el Illéa Capital

s títulos de cré

parejita de moda... -

e la idea me hacía reír. Maxon era tan remilgado que resultaba

la habitación para estar sola. La simple idea de estar cerca de Maxon Schreave me ponía incómod

cuando fui plenamente consciente intenté escrutar mi habitac

tap

en, sonriéndome. Me levanté de la cama y fui hasta

omento en que Aspen estuvo a mi lado, me entró una ol

-susurré, sonriend

tirando de mí hasta que quedamos tumbados uno junto al o

simo que con

guien nos oye, se nos caerá

ó a pasarme la nariz por el cuello y por el pelo. Y entonces sus manos se deslizaron por la curva de mi cintura,

itarlo. Sus besos recorrieron mi barbilla y me taparon la boca, silenciando mis jadeos. Me agarré a

nto robado

soluto predispuesta a parar. Pero teníamos que ser sensatos. Si íbam

el mundo se casaba joven:

a irme

bios estaban junto a su oreja. Per

en que te despierte con mis besos cada mañana. Eso, y mucho más -me mordí el labio de

le solté.

iero,

iero,

ido elegida, todo el trabajo que tendría que hacer para ayudar a Aspen a ahorrar, el cataclismo que me esperaba cuando le pidiera a papá

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