La Selección
sultaba conveniente. Incluso los Ochos -los sin techo, los vagabundos- se buscaban alguna tienda o alguna iglesia donde pudiera
sta noche? -preguntó May, metiéndose una
solicitudes. Probablemente no sepamos nada hasta dentro de dos semanas -r
satisfecha de haber consegu
se me va a hac
a ella? ¡Era mi nombre
una cola bastante larga -intervino papá. Me sorp
icas. No sé por qué van a esperar nueve días más.
squeó la
haciendo cábalas sobr
pondí con sinceridad-. E
asi
arreglada pero natural. ¡Y además, estabas tan guapa, cariño! Si realmente se fijan en el
nto pintalabios que parecía que estaba sangra
as chicas. May no se perdía detalle. Gerad se limitó a sonreír entre bocado y bocado. A veces nos olvidába
erad en el regazo, y yo tirada por el suelo- y pusimos el canal de acceso público de la tele. Era e
pre me había gustado nuestro himno nacional. Er
amilia real. Sobre la tari
ara los enfocó. Parecía que iba a haber varios anuncios aquella noche. A la izquierda de la pantalla estaban sentados la reina y
Ames -anunció May,
Maxon. Supongo que, en c
nes. Eran los colores del verano, lo que supongo que a algunas les resultaría atr
mente perfecto; su traje a medida, demasiado impecable. Parecía más una pint
evara la vida más
n tiesa. Caí en la cuenta de que, a diferencia del rey y del príncipe Maxon, ella no se ha
ablando, pero yo n
, intentando no
¿
ué era? De cast
rió al verme
Cua
bajando en una fábrica o en una tienda, o quizás e
la comida cuando era pequeña. ¿Se habrían puesto celosas sus amigas cuando l
tontería. No m
en las pala
diezmado ligeramente nuestras tropas, pero confiamos en que el nuevo reemplazo del
n que tenía que protegerse de todo el mundo. Si el territ
paso al estado de la deuda, y el jefe del Comité de Infraestructuras anunció que al cabo de dos años esperaban iniciar las obras
l estrado el coord
reo la convocatoria para participar en la Selección. Ya he recibido el primer recuento de solicitudes present
n se agitó un poco en su
ados. ¡Con un poco de suerte, para Año Nuevo estaremos celebrando ya el compromiso de nu
ó. Maxon sonrió, pero parecía incómodo. Cuando
a Selección, por no hablar de programas especiales sobre su vida en palacio. ¡Y quién mejor y
eyenda. Al menos hacía veinte años que trabajaba como comentarista de los desfiles de la Fiesta del
ro alguno de la familia real o a sus fam
erás a Gavril! -excl
ijo May, agitan
ndría casi cincuenta años, y siempre iba impecable. Mientras atravesaba el decorado, la luz incidió en la insig
es un honor para mí formar parte de la Selección. ¡Fijaos
antes de que tenga ocasión de conocer a esas señoritas encantadoras, una de las cuales será nuestr
, como si no estuviera lo suficientemente acicalado. Le dio la mano a Gavril, se sentó frente a él y cogió un micrófono. La silla era lo bastant
verle de nu
diada como su aspecto. Irradiaba formalidad. Arrugué la nariz ante
es, treinta y cinco muje
parece
n se
Me imagino que con tantas invitadas habrá
obre cómo lo hizo él para conquistar a una
os enfocó para que viéramos cómo se miraban, sonrientes y cogi
empeorado últimamente, y los dos nos hemos dedicado más a lo
n. Supongo que lo e
mpo, así que querría ha
ue será para usted
bía pillado desprevenido. No podría estar
datas iguales: ni en imagen ni en gustos o disposición. Y conociéndolas y hablando con ellas
creo que hablo por toda Illéa cuan
dió la mano p
s -repu
iraba a sus padres, para ver si había dicho lo correcto. El siguiente plano
iempo. Gracias por ver el Illéa Capital
s títulos de cré
parejita de moda... -
e la idea me hacía reír. Maxon era tan remilgado que resultaba
la habitación para estar sola. La simple idea de estar cerca de Maxon Schreave me ponía incómod
cuando fui plenamente consciente intenté escrutar mi habitac
tap
en, sonriéndome. Me levanté de la cama y fui hasta
omento en que Aspen estuvo a mi lado, me entró una ol
-susurré, sonriend
tirando de mí hasta que quedamos tumbados uno junto al o
simo que con
guien nos oye, se nos caerá
ó a pasarme la nariz por el cuello y por el pelo. Y entonces sus manos se deslizaron por la curva de mi cintura,
itarlo. Sus besos recorrieron mi barbilla y me taparon la boca, silenciando mis jadeos. Me agarré a
nto robado
soluto predispuesta a parar. Pero teníamos que ser sensatos. Si íbam
el mundo se casaba joven:
a irme
bios estaban junto a su oreja. Per
en que te despierte con mis besos cada mañana. Eso, y mucho más -me mordí el labio de
le solté.
iero,
iero,
ido elegida, todo el trabajo que tendría que hacer para ayudar a Aspen a ahorrar, el cataclismo que me esperaba cuando le pidiera a papá