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La Selección

Capítulo 3 .

Palabras:3368    |    Actualizado en: 28/09/2024

o no había nadie a nuestro alrededor. Estábamos solos, pero no echábamos de menos a nadi

nó mamá, sacándo

n momento. Me llevé las manos a los

ca. Tengo una pro

: poco m{s de las siete. Así q

dejarme dormir

. Tengo algo serio q

las sábanas hechas un ovi

otra vez, como si con aquell

a. Necesito qu

é. Dos

é qu

la Selección. Creo que se

o temprano p

le había prometido a Aspen la noche anterior: que al menos lo intentaría

he pensado que podía proponerte un

la atención. ¿Qué

piano tan bien como yo y, si practicas un poco más, prácticamente no cometerás errores a

aún algo

, mamá.

algo que me atrajera especialmente. N

ra ir sola... y puedes quedarte la mitad de lo que

me abriero

te presentas a

supongo que se esperaba algo más de resistencia. Pero ¿cómo iba a resistirme?

do hacer yo es firmar, ¿verdad

ero vale la p

ún sorprendida-. De acuerdo, rellenaré el imp

cuenta. Y te irá bien tener que hacerte responsable de tu dinero. E

e, con todo lo que me riñes? -le guiñé un o

cuatro horas. ¡Solo con rellenar un impreso conseguiría la aprobación de mi familia, harí

fiestecita con nuestras familias tras la boda, aunque fuera pequeña. Yo me imaginaba que no tardaríamos demasiado en ahorrar lo necesario en cuanto

erde. Tenía algunos vestidos más bonitos para cuando trabajábamos, pero estaban irremediablemente confinados en el fondo del armario. Así eran las cosas. Los Seises y los Sietes vestían casi siempre con ropa

riar, pero siempre dándole a sus modelos un aire especial. Como si no fuera bastante con q

ás sugerentes que tenía- y repasé mi aspecto en el espejo antes de dirigirme al salón. Me

tarareando. Ambos levantaron la vista y me miraron un

no igual, grueso y con una fina textura. Por un momento su peso me impresionó y me recor

ella idea y me pu

y de la piel. Me pude dar el lujo de escribir que hablaba tres idiomas. La mayoría hablaba al menos dos, pero mi madre insistió en que aprendiéramos francés y

tes iban a colegios públicos y seguían una educación estructurada en cursos propiamente dichos. Yo ya casi había co

a cuenta como habilidad especial? -le pregunté a

que puedes acabarte una comida entera

comer tan rápido que parec

¿por qué no pones que eres una pobre plebe

mal humor; al fin y al cabo, estaba c

apá con

oyó en el respaldo de la silla, tomándose un respiro antes d

o nunca te enfad

emos ideas diferentes de lo que es

aspecto como por la tendencia a hacer comentario

le daba mejor contenerse cuando era realmente necesari

n Seis o incluso con un Siete, y

tenté no desvelar nada con mi expresión. El suspir

e casaras con él. Pero deberías saber que el amor

por no ser capaz de ocuparse de ti. Y si no puedes cuidar bien a tus hijos, la

mía, atrayendo mi mirada. In

n. Te lo mereces. Y espero que algún día te

me casaría por amor y no por un número-, pe

ias,

enta hacer lo correcto -me besó

tir como si mi familia no pensara que yo tuviera derecho alguno a desear algo p

ujo de satisfacer nuestros d

hacía sus deberes a la sombra de la casa del árbol. Aspen solía quejarse de lo estrictos que eran los profesores en los c

ho? -preguntó May, lev

la

e has cambia

era evidente que ella no se avergonzaba en absoluto de su chantaje

ozó una

s cosas y vamos. Quiero que tu s

l llegar a la habitación de Gerad. Estaba mirando fi

abía más que ver la vieja pelota de fútbol en una esquina, o el microscopio de segunda mano que

rado, ¿eh? -pregunté, co

con la

ir, como Kota. Tienes muy buenas ma

ar, ni tocar el piano. Yo quiero jugar al fútbo

nes que encontrar una disciplina artística que se te d

-protestó, con

por qué.

lo y levantó unas motas de polvo visibles a la luz que entraba por la venta

ada persona según lo mucho o poco que hubieran podido ayudar sus antepasados

ongo que era el único modo que tuvieron en aqu

el lienzo. Lo coloqué en su sitio. Su vida e

querrás poder ayudar a mamá y papá, crecer y casart

n un gesto de asco

el otro extremo del pasillo-.

hacia Gerad-. Sé que es duro, peque

estaba de acuerdo.

A veces tomábamos el autobús si íbamos muy le

Ya nos miraban bastante mal de por sí. Pero hací

solicitud enseguida. Cuando llegamos, la calle frente a la Oficina

cola tenía una anchura de unas cuatro personas y daba casi media vuelta a la manzana. Todas

-exclam

nos volvimos a

ercaban, con la madre de

vaban sus mejores galas y t

con cualquier cosa, igual que Aspen. Kamber y Celia tenían e

en cuando, pero siempre había sido muy amable conmigo. Y sabía que no era porque yo estuviera una casta por encim

, Celia, ¿cómo está

ieron alegrement

, colocándole un mechón a

guapas para la fo

Fo

trados. Este sorteo no tiene mucho de sorteo. Por eso toman fotografías y piden tanta

ero pensé que toda aquella inform

trado un poco; mirad alrededor: muchas

ían y las que no. Justo detrás de nosotras vimos a una chica, obviamente una Siete, que había venido con su

ba puesto el cinturón de herramientas. Lo mejor que

que le enmarcaban el rostro. La chica que tenía al lado, evidentemente una Dos, a juzgar por su ropa, daba la impresión de que quer

Al igual que aquellas Sietes, no me había preparado pa

en la situación y reo

as de por sí, y estaban aún más guapas con aquel leve rastro de maquillaje. Si Kamber o Celia ganaban, toda la familia de Aspen ascendería de categoría. Seguro que a

ida para asistir a una fiesta de Navidad -se rió, pero me di cuenta

America. Está guapísima. Me alegro de que no ha

coger a mí, pudiendo elegir a Kamber o a Cel

tar debatiéndose sobre si debíamos quedarnos en la

s de ayudar a tu hermano, siempre me habla del talento y

encanto! -respondió

o podría pedir un hijo mejor. Nos

que solo seguía la conversación a medias mientras valor

hó una mirada rápi

quedar entre nosotras, creo que

hacer algún comentario, o si cual

aquel momento en que estaba planeando mi boda con un p

una suposición mía, pero creo que está viéndose con alguien,

viéndonos casi dos años.

-interv

én canta -añ

a? -ex

espondieron

ose con alguien! -decidió mi m

ses ha estado trabajando duro, más de lo habitual. Y ha estado ahor

soltar un gri

o atribuyeron a la emoci

que aún no nos haya dicho quién es la afortunada, y

en ha cargado con un gran peso sobre la espalda. Cualq

Tu Aspen es un chico fa

r a final de mes, y él estaba ahorrando para mí! No sabía si soltarle

a pedirme que m

confirmar que todo lo que había puesto en el impreso era cierto y me hice la foto. Me senté en l

todo Illéa pudiera haber so

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