Cuando era apenas una niña, sufrí mucho y no por personas desconocidas oh claro que no, fue de mi propia familia que me despreciaron y abandonaron como a un animal.
Tengo una hermana melliza que ella es el orgullo de mi familia bueno ah la vista de mis padre y yo soy la defectuosa y oveja negra, bueno eso sí todavía me consideran su familia.
Me encerraban, me hacían arrodillar afuera de mi casa en el suelo duro por horas y muchas cosas más, tengo varias cicatrices en mi cuerpo que gracias a las palizas que me daba mi padre.
Por el simple hecho de que era bisexual, que me gustaran las mujeres y también los hombres, me golpeaba para que se me saliera el demonio que decía mi madre que tenía dentro.
Lo que ellos no saben es que yo soy el demonio.
Un niño llegaba a mi casa a joder me la vida más de lo que ya la tenía, me hacía bromas muy feas y si estaba herida por los golpes en mi cuerpo el causaba heridas en mi corazón.
El me gustaba mucho pero me trataba mal muy mal pero eso no quitaba el echo de que me gustaran las niñas también.
Pude respirar tranquila cuando me mandaron al el internado para deshacerse de mi ya que no sabían más que hacer conmigo pero eso fue lo mejor que me pasó en toda mi vida.
Ahí conocí a mis ángeles ya que así nos llamamos entres si, ellas a pesar de que cada una vivía un infierno distinto me hacían mis días felices, me apoyaron y animaron a amar la vida incluso estando en la mierda.
Cuando les dije de mi orientación sexual aunque con miedo, ellas jamás me despreciaron y ahí supe lo que es realmente el amor de familia ya que para mi eso son ellas mi única familia.