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Amor o Travesuras

Amor o Travesuras

Rosy Green

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21
Capítulo

La historia, un poco biográfica y un poco no; narra las vivencias de 4 chicas, tras su llegada a la universidad. Un camino difícil, en el cual, se convertirán en mujeres a través de un largo proceso de aceptación personal. Aunque todas sueñan con enamorarse, una serie de evento termina por hacer de sus vidas, un verdadero desafío sexual. Las chicas, se escudarán tras el sexo sin compromiso y los rollos ardientes de una noche para escapar, en cierto modo, de los demonios que las acechan. Todos aquellos que decidan a leerla, podrán vivir en primera persona, las fantasías más locas e impensables, realizadas por Ava, Emily, Isla y Hope, 4 chicas que no tiene miedo a dar todo de sí mismas, en la vida, y en la cama.

Capítulo 1 Ava Wilson...

Ava

Hablar de Ava Wilson, era lo mismo que hablar de alegría. La joven de 18 años, provenía de una familia de clase media y debido a sus excelentes notas y actividades extracurriculares, había sido seleccionada por una de las mejores universidades del país.

Para su familia, Ava era una mina de oro, pues, sería ella, con sus muchos talentos e inteligencia, quien los ayudaría a dar el salto de clase media a ricos, o por qué no, a millonarios.

Pero la joven, era una chica tan simple y tan servicial, que a pesar de no anhelar una fortuna con la misma firmeza que sus padres, se esforzaba cada día por hacer esos sueños realidad.

Ava trabajaba arduamente y sin descanso. Se despertaba temprano para ir a la escuela y así obtener créditos extras, luego impartía clases privadas a chicos menos inteligentes, y en la noche trabajaba en una pizzería para reunir dinero para su viaje de fin de curso con sus amigos.

¿Crees que estas son horas de llegar jovencita? dijo su madre señalando al reloj que marcaba las 11:30 de la noche.

Tuve que doblar turno porque una de las dependientes se puso mal y se fue. respondió ella.

En solo un mes iras a la universidad de tus sueños, y algún día seras alguien muy importante, no entiendo cómo puedes perder el tiempo en un lugar como ese. le dijo la madre, utilizando un tono, un poco agresivo.

¿Sabes con qué dinero compré la mochila que uso para cargar mis libros de la escuela? le preguntó Ava molesta. ¿Sabes con qué dinero pago mi almuerzo desde que tengo 13 años? O ¿cómo logré comprarme esa ropa tan bonita y de marca que tanto te gusta? ¿Acaso lo sabes mama?

Hija, yo balbuceó la madre.

No lo sabes, porque no lo quieres saber. ¡Hace más de 5 años que no les pido paga ni a ti ni a papá, y te atreves a decirme que estoy perdiendo el tiempo en ese lugar! Reacciona mamá, no somos ricos, tu no trabajas y papá se mata el día entero en la construcción para darte algunos de esos lujos que tanto deseas. Has depositado en mí, todas tus esperanzas, en lugar de conseguirte un trabajo. De ese modo, si no lo logro, si no cumplo con tus expectativas no será culpa tuya seguir siendo clase media, cuando la realidad es que tú nunca te has esforzado o has luchado por nada de lo que tienes.

¡Tuve que salirme de la universidad por ti! gritó su madre fuera de control. Si tu no hubieses nacido yo lo hubiese tenido todo, pero tuve que quedarme en casa cuidándote a ti y luego cuidando a tus hermanos. Si hubiese seguido estudiando ahora sería una mujer exitosa, pero en lugar de elegir mi futuro, elegí ser buena madre para ti y para tus hermanos. Tanto esfuerzo y tanto sacrificio para que fuesen a una escuela muy por encima de nuestras posibilidades, para que ahora tú de la nada digas que nunca luché por nada en mi vida.

Perdóname si mis palabras te hirieron. dijo Ava bajado el tono de su voz. Pero cada vez estoy más cansada de luchar por vivir la vida que tu planeaste para mí y de luchar por tus sueños, dejando de lado los míos.

Su madre ni siquiera pudo hablar. Ava esperó por unos segundos a que le respondiera algo, pero finalmente se dio por vencida y subió a su habitación. Se metió a la ducha, y luego se acostó a dormir, pues tenía que levantarse bien temprano en la mañana.

Mientras tanto, su madre permaneció en la sala, llorando y maldiciendo cada decisión que había tomado en su vida desde el momento exacto en que conoció a su esposo.

A la mañana siguiente, la madre les preparó un delicioso desayuno familiar, y como siempre hacia, actuó como si nada hubiese ocurrido.

Espero que les guste. dijo a su familia. Lo preparé con muchísimo amor.

Este desayuno sabe increíble cariño. dijo su esposo. No sé qué hice para merecerte.

Ni yo misma lo sé. respondió ella y rio. Pero la realidad detrás de su broma, era más profunda de lo que ninguno de los que estaba sentado en esa mesa sería capaz de entender.

Eva, que así se llamaba la madre, era verdaderamente la chica más bella, inteligente e increíble de toda la universidad. Todos sus profesores le pronosticaban un gran futuro y todos a su alrededor confiaban en que sería la mejor graduada de su clase de negocios.

Pero un día, cuando aún cursaba el segundo año de la carrera universitaria, rompió con su novio de toda la vida tras atraparlo engañándola con su mejor amiga. Esa misma noche se fue a un bar con el objetivo de beber hasta olvidar su nombre, y terminó conociendo al hombre que cambiaría su vida para siempre. Era unos años mayor que ella, pero muy atractivo. Se le notaba por encima de la ropa que era pudiente y seductor, y con solo invitarla a un trago ya la tenía entre sus manos.

Te acompañaré a casa. dijo él después de invitarla a la quinta copa. Noto que no estás bien, no deberías quedarte sola aquí.

Tienes razón. dijo ella. No estoy bien, pero tampoco estoy sola.

Dicho esto, se abalanzó hacia él y lo besó en los labios. El hombre rápidamente pidió la cuenta, y se llevó hasta su carro.

¿Estás segura de que quieres continuar con esto? preguntó él.

¿Acaso quieres detenerlo? respondió ella mientras metía la mano por su pantalón en busca de su sexo.

Él ni siquiera respondió. La metió en la parte de atrás de su auto y le ordenó a su chofer conducir hasta el hotel, donde supuestamente se estaba quedando.

Al llegar, llevó a Eva hasta la habitación sin parar de besarla. Tan caliente estaba la situación, que cuando el elevador se detuvo en el segundo piso, los que aguardaban ni siquiera se subieron, ruborizados con tanto descaro.

Una vez en el cuarto, la chica se desnudó rápidamente y lo ayudó a quitarse la ropa.

Estás loca. le dijo él.

Tienes suerte de que esté loca. afirmó ella. De lo contrario no tendrías ninguna oportunidad con una chica como yo.

Al escuchar esto, él se enfureció, tomó las riendas de la situación y se la folló con rabia. Decir que no lo disfrutó sería mentir, aun en la actualidad, Eva lo recuerda como el mejor sexo de su vida. Pero lo que vino después, acabó con ella.

¿Volveremos a vernos? le preguntó ella en la mañana.

¿En serio crees, que, sin el ambiente de un bar, una chica como tú tendría oportunidad con un hombre como yo? respondió él, en venganza por lo que le había dicho ella la noche anterior. Ahora recoge tus cosas y vete. Tengo negocios que atender.

Eva salió de ese cuarto de hotel con la moral destruida y una nueva vida creciendo en su vientre. Cuando finalmente lo notó, intentó contactar con él, pero jamás lo volvió a ver.

Con 4 meses de embarazo se reencontró con Hall, su mejor amigo de la infancia, quien siempre la había amado en secreto. Llevaban años sin verse, porque él se había apuntado al ejército, y luego perdieron el contacto. Con el dinero de su retiro había empezado una constructora, y el negocio apuntaba bien alto.

¿Eres consciente de que siempre te amé? dijo nervioso.

No lo sabía. dijo fingiendo no saber, pero la verdad es que siempre supo que se moría por ella.

Estuve enamorado de ti toda la secundaria, pero eras tan increíble y yo un perdedor, nunca me hubieses mirado. dijo él. Incluso me uní al ejército para olvidarte, pero no funcionó.

Ella sin saber que decir, sonrió.

Pero ahora soy un mejor hombre. agregó él. Ahora si soy digno de ti, o al menos creo serlo.

Lo que dices me alaga Hall. respondió ella. Pero no podemos estar juntos, yo estoy embarazada.

Hall se quedó tan sorprendido, que no supo que decir, así que soltó lo primero que le vino a la cabeza.

El padre del niño debe estar muy contento.

El padre no lo sabe. respondió ella. Y nunca lo sabrá.

Entonces, ¿planeas criarlo sola? preguntó él.

No tengo más remedio. Mis padres ni siquiera lo saben aún, no he reunido el valor necesario para decirles que su amada hija tendrá que dejar la universidad para convertirse en una madre desempleada y soltera.

No tiene que ser así. dijo él rápidamente.

¿Qué otra cosa puedo hacer? respondió ella. Estoy sola.

No tienes por qué estarlo. dijo Hall. Si quieres, si me eliges, yo puedo ser el padre de ese niño que está por venir al mundo. Yo enfrentaré contigo a tus padres, y seremos una familia. La más hermosa que jamás haya existido.

Al escuchar esto, su corazón se derritió. Había amado por muchos años a su antiguo novio, y no había obtenido nada más que mentiras, así que, por esta vez, decidió dejarse amar.

Unos días después de contarle a sus padres, se casaron y se fueron a vivir juntos. Hall fue el mejor padre que Ava pudo tener, cariñoso y atento, siempre cumpliéndole sus caprichos de pequeña y dándole los mejores consejos en su adolescencia. Luego tuvieron gemelos, una niña y un niño. Juntos, eran la familia perfecta, todos eran felices, menos Eva, que cada vez sentía más el peso de sus errores del pasado.

Y con este recuerdo en mente, Eva acompañó a sus hijos hasta la parada del autobús como lo hacía cada día, y como cada día despidió a su esposo con un beso y un abrazo, y luego regresó a la casa para ponerse a trabajar y así evitar pensar en la pena que le daba su vida.

Eva entró a la casa, tan distraída con sus recuerdos, que ni si quiera notó que su hija aún estaba ahí.

Quería asegurarme de que estabas bien antes de irme al colegio. le dijo Ava. Lamento haber sido demasiado áspera contigo anoche.

No te preocupes. respondió su madre. Es mi culpa por exigirte tanto, habiendo hecho tan poco con mi vida.

Sé que tus intenciones son las mejores. dijo Ava. Pero a veces necesito un poco de espacio. No soy tonta, y tengo bien definidas mis prioridades. Solo necesito que te eches un poco hacia atrás, y me dejes respirar. Papá lo entiende, si tan solo pudieras entenderlo tú.

A partir de hoy trataré de ser una mejor madre. agregó Eva. Seré más paciente con tus hermanos, y más comprensiva contigo. A fin de cuentas, es mi único trabajo, no puedo fracasar en él también.

¿También? repitió Ava sorprendida. ¿En qué más sientes que has fracasado mamá?

En la vida hija mía, en la vida. respondió justo antes de echarse a llorar. Tenía tantos planes, tantos sueños.

Siento ser la causa de tus desgracias. dijo Ava llorando.

No lo sientas, porque no lo eres. respondió su madre. Yo elegí traerte a este mundo, sabiendo lo que eso significaría en mi vida, son otras decisiones las que lamento. Ahora vete, que se te va a hacer tarde. le dijo mientras la empujaba fuera de la casa. Te quiero mucho corazón.

Yo también te quiero mucho, mamá.

Ava caminó hacia la escuela pensando sobre qué sería lo que arruinó los planes de su madre, pero olvidó rápidamente el tema al encontrarse con su mejor amiga.

Ya lo tengo todo planeado para nuestro viaje de fin de semana. le dijo Stacy mostrándole los boletos de tren. ¡La playa nos espera!

Solo piensas en el viaje. respondió Ava riendo. Deberías preocuparte más por aprobar el examen final del viernes, y por tomar tus pruebas de admisión nuevamente.

¿Sabes lo que entendí de todo lo que acabas de decir? preguntó Stacy irónicamente. ¡Aburrido, aburrido, aburrido!

Eva rio al escuchar las tonterías de su amiga, pero al notar que Maxi se acercaba a ellas, paró de reír inmediatamente y se escondió tras la taquilla.

Escuché que van al viaje de fin de curso. les dijo corriendo la puerta de la taquilla de Ava para verla.

Escuchaste bien. respondió Stacy.

Me alegra que vayan. dijo el chico. Especialmente tu Ava, nos vemos en la playa.

Dicho esto, le guiñó un ojo y se alejó de ellas.

¡No puedo creerlo! exclamó Stacy mientras saltaba de la emoción. ¡Maxi quiere verte en la playa! ¡Maxi quiere verte en la playa!

¿Qué significa que quiera verme en la playa? preguntó Ava con ingenuidad.

Es obvio que se quiere acostar contigo. respondió su amiga.

¿Acostarse conmigo? repitió Ava. Pero, Maxi es el chico más guapo de todo el instituto, ¿Por qué motivo se fijaría en mí?

Tu eres guapa y lista. dijo Stacy. Ya con solo eso le llevas ventaja. ¡Oh por dios! Definitivamente este fin de semana será el más increíble de nuestras vidas.

Por ese segundo, Ava se sintió emocionada. Después de todo Maxi era muy guapo, y siempre le había llamado la atención. Además, perder la virginidad era una de las cosas que definitivamente quería hacer antes de entrar a la universidad.

El resto de esa semana pasó volando, antes de que pudieran notarlo, ya era viernes y estaban preparando sus maletas y ultimando detalles unas horas antes de salir para la estación de trenes.

Deberías llevar más bikinis. le dijo su madre a Ava.

Es solo un fin de semana. respondió ella volviendo sus ojos en blanco. No quiero exagerar con el equipaje.

Hazme caso hija. insistió Eva. Lleva, tan solo dos más. Te prometo que te acordarás de mí.

Que conste que solo lo hago porque me dejes en paz. murmuró Ava mientras guardaba dos bikinis más en su maleta. Creo que ya está todo. agregó.

¿Llevas condones? preguntó Eva, y su hija ruborizada gritó:

¡Mamá! ¿Cómo tienes el valor de preguntarme algo así?

¿Olvidas que un día tuve tu edad? respondió tranquilamente. Intento cuidarte, solo eso.

Pues no, no llevo condones porque no pienso tener sexo. respondió Ava y se volteó rápidamente para que su madre no pudiese notar su cara de culpable.

La cara de culpable, era según su padre, la cara que ponía al mentir. Sus mejillas se ruborizaban y sus pupilas se dilataban, por lo que era extremadamente fácil atraparla cada vez que ocultaba algo.

No sé por qué no seguiste tiñendo tu cabello. dijo la madre para cambiar el tema. Me gustaba más rubio, con ese cabello rojo y siempre despeinada, pareces una loca,

Ava era de cabello rojizo, casi que naranja como su madre. Desde que cumplió 16 años se tiñó de rubio, y continuó haciéndolo hasta unos meses atrás, cuando decidió que era el momento de retomar su estilo natural.

Me gusta mi cabello tal y como es. respondió la chica. Ya estoy harta de retocarme las raíces todas las semanas, además, ahora se lleva este estilo despreocupado.

Su madre refunfuñó, y la dejó por incorregible. Luego la ayudó a bajar las maletas y se subieron juntas al auto. Hicieron una parada en la constructora, para que Ava se despidiese de Hall y retomaron su camino unos 15 minutos después.

Fueron las primeras en llegar a la estación de trenes, su madre quería acompañarla hasta que llegase alguien más, pero Ava insistió en que lo mejor era que se fuera.

Un rato después de la partida de su madre, llegó Maxi y se sentó a su lado.

Parece que somos los primeros en llegar. dijo él. Debe ser una señal del destino.

¿Cómo así? preguntó ella.

El destino conspira para que estemos solos. respondió Maxi. Por eso fuimos los primeros en llegar, y por eso muchas aventuras nos aguardan este fin de semana.

Creo que el destino tiene mejores cosas que hacer que conspirar para que nos quedemos a solas. agregó Ava.

No seas tan cruel conmigo. dijo él. Podrías romper mi pobre corazón.

Ava rio al escucharlo, y se recostó al banco agradeciendo en silencio por el rumbo que había tomado su vida.

No sabía que estabas tan interesado en mí. le dijo después de unos segundos sin hablar.

Nunca lo preguntaste. respondió él.

Ava estaba desconcertada por el repentino interés de Maxi. Una voz en su interior le decía que no perdiera el tiempo con él, que no era el tipo de chico para amar, pero otra, aún más fuerte, le imploraba que por primera vez en la vida se dejara llevar.

¿Por qué te gusto? le preguntó.

Eres mi guapa y lista. dijo Maxi. Eres diferente a todas las chicas con las que he estado.

¿Cómo sabes que soy diferente? preguntó ella interrumpiéndolo. Nunca he demostrado interés en conocerte.

Precisamente por eso. respondió él. Eres la única chica en todo el instituto que vale la pena conquistar.

Una vez dijo esto, se levantó a saludar a uno de sus amigos que recién llegaba y la dejó con la palabra en la boca. Ella se quedó allí esperando a que Stacy llegara, pero cuando lo hizo, decidió no contarle sobre su conversación con Maxi.

De camino al hotel, Ava no dijo una sola palabra. Quería meditar, como siempre hacía, sus siguientes movimientos. Acostarse con Maxi era algo que no descartaba del todo, pero aún tenía dudas. Deseaba perder la virginidad antes de entrar a la universidad, pero siempre prefirió a un extraño. No quería que a los dos segundos toda su clase supiera donde lo había hecho, y con quien. Finalmente decidió seguir conversando con Maxi, sería su chico de repuesto si no conocía a un soltero encantador al llegar a la playa.

¿En qué piensas? le preguntó Stacy unos minutos antes de bajarse del tren.

En sexo. le respondió y las dos se echaron a reír.

La habitación del hotel no estaba para nada mal, se encontraba cerca de la piscina, y con vista a la playa. Nunca antes estuvo tan orgullosa de haber trabajado por meses en la pizzería, pues gracias a eso se pudo permitir rentar una de las mejores habitaciones.

Podíamos haber elegido una habitación doble. le dijo Ava a Stacy mientras desempacaban.

Planeo tener mucho sexo este fin de semana. respondió Stacy. Sería incómodo para ti.

Si no te conociese pensaría que bromeas. dijo Ava riendo.

Luego de esta conversación, las chicas se pusieron sus bikinis y salieron para la piscina. Allí se habían reunido todos los de su clase, incluyendo a Maxi, quien, por algún motivo lucía aún más guapo a 100 millas de casa. Era alto y rubio, con ojos verdes y piel suave y brillante. El típico niño de mami y papi que todas se morían tener, y se había fijado en Ava.

Creo que si lo haré. dijo Ava a Stacy.

¿Qué harás? preguntó la otra.

Me acostaré con Maxi.

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