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El Misterio de Adeleine

Capítulo 4 Nani

Palabras:3804    |    Actualizado en: 28/12/2022

lei

¡A

o despeinado y alborotado es lo primero que veo. Es Nani con sus mejillas sonrosadas, es lo que más resa

to de la cama y vo

¡Llego, llego! —la agita efu

stiran y recuperan su forma, sus ojos cerrados con fuerza por la emoción, me uno a ella

uí, así podemos estar juntas. Pero la otra parte de mi le grita que huya, que corra lejos de este puebl

, lo haré ya tengo un trabajo como ayudante de una imprenta pequeña en la Gran Ciudad, mi

desesperada, me quedo en silencio. No se que de

? —la observo pacientemente, quizás

. Léela. —me la extiende y la to

n algo que te gusta, espero puedas venir pronto para reunirte c

Capital,

¡es perfecto, Nani! —la obse

Se arregla el vestido con más tranquilidad, se quita las za

s cartas? —inquiero mientras dejo la car

lejos este momento, y nunca pensé

feo, pero es necesario. Allá será mucho m

porque no estarás para cui

en s

solo vas a extrañarme por eso, te juro que voy a g

irme y no volverte a ver, necesito irme y afrontar está nueva etapa en mi vida. —

nosotros mismos. —me estire y tome su mano. Ofreciendo el consuelo de que la apoyo a pe

lla me devuelve el apretón. — ¿Quieres

pedírmelo, lo

o lo nuevo que se puede conseguir. Recorro las tiendas que tantas veces he visitado, algunas son nuevas, hay otras que renuevan

ntinúa vendiendo lo mismo. Dulces. Los más ricos y deliciosos de toda la ciudad, son los mejores que he probado. Ahí se permanece

rtante que lo haga. Esto tenía mucho tiempo de planifi

mi amiga se irá, de que por fin hará lo que quiere y desea. Esto le da

mi deber es empujarla y apoyarla, y no demostrar lo

de la carnicería donde trabaja mi padre se hace presente. Abanico mis ojos para ahuyentar el des

apá, el hombre que me crío, el dueño del carácter,

ta perfectamente recortada. Me observa desde y sonríe, sabe que

n un trozo de carne algo grande, lo cubr

regunta mientras termin

ras ojeo todo lo que hay, desde cuchillos largos y de todo tip

envuelto en el mostrador. —Su

adre trabajo para el cuándo era mucho más joven. Luego por alguna

—hago una mu

—se pega con sus antebrazos al lugar de las carnes. —Sobre todo una niña como ella, aú

pongo en mi canasta. Veo desde cerca su delantal que debería ser

tablemente optar por otro trabajo requiere tiempo, este es un pueblo grande pero las oportunidades son muy pequeñas. G

s se escuchan, pero ya sabes. Desde aquí tan lejos es i

on rumores, papá. ¿La familia real se molesta en lo que dice e

e existe por él. —dice fuerte, lo suficiente com

uramente, hago mi camino de regreso a casa, no sin antes detenerme a admirar todo

o de las telas y la lavo con abundante agua. Con un cuchillo, mi cuchillo favorito, uno fino y afilado corto trozos de un dedo de grosor y los acomodo en un plato. Continuo hasta hacerlo con toda

picante. Los arboles de pinos se baten con el viento, y hacen un s

del bosque es por mí, los senderos hechos a partir de huellas y huecos raros son mi obra. Le he invertido mucho tiempo a estar aquí, es m

y letras marcan lugares, todas hecho por y Nani e incluso mi hermana Mith. Cada uno representa algo, alguno

e hace más presente, plantas de flores o de bayas venenosas son abundantes y peligros

s, pero aquí es donde nace. Sale desde una montaña algo grande que ya escalé una vez hace tiempo, cae de manera que cada uno de los chorros de agua se abre como una cortina y crea un abanico de agua que termina sobre la pied

les de pino rodean todo el lugar menos uno, que por extraño que sea se encuentra casi a la mitad

hace que se vea transparente por encima. Pequeñas olas se hacen de manera i

red está la enredadera de hojas verdes oscuras es la entrada a este, mi lugar favorito. Paso entre la pared de enredaderas y lianas, me da la bienvenida mi peque

dra, mi nombre escrito con fuerza, el de mis hermanas y el de mi amiga.

nudo que sostenga lo que llevo puesto. Me siento en el piso

todo tirado en una pila y sin necesidad de to

lamente y vuelvo a sumergirme. El agua recorre mi cuerpo desnudo y empiezo a sentirme limpia, masajeo mi cuer

de tus responsabilidades, deberes, sentimientos e incluso de ti misma. Lo he utili

aquí y lo expongo a la naturaleza, ella no m

equeña, las piedras diminuta

OTA

quiere decir…lo que quiere decir

ón en la espalda, una presión terrible. Se me hace eterna la distancia, pero por fin está cerca,

y ahí, debajo de mí, la espalda anch

odo lo saben, ayuden a está pobre a

figura emerge del agua a una distancia prudente de mí. El agua se

a de

ue yo también lo estoy. ¡

aunque estoy segura que ya me vio hasta el alma, me doy la vuelta y empi

r por aire, siento como me empiezan a arder los pulmones. Cu

r aire, pero la cortina de pelo no ayuda. El contacto de su piel con la mía no due

a a obligarme a hacer algo. Lagrimas empiezan a salir, pero se difuminan y mezcla

detallo, solo espero q

ambién actúe. Inconscientemente empiezo a alejarme con temor a que agarre por la cabeza y

e

, pero no responde. Gira su rostro como analiz

. —apunta hacia la

suspiro,

irle a nadie lo que paso. —no ap

o que le vas a contar a todos. —se

er, si no me haces nada, no voy a cont

e desagrado. —No pl

,

te punto mi corazón empieza a relajarse, por alguna

gar. —me apunt

. Y no prometo que no le diré

dice mientras se encoge de hombros, su voz es fuer

niego. —Ya te dije que

tiene una cicatriz en el ojo y algo de barba que recié

í. Si quieres dinero por mantener el secreto, perfecto. Lo

gan donde lo vieron? —mi mejor cara d

presión cambia a entendimiento. —¿No sabes quién soy

evo mi cabello hacia el frente, este hace su trabajo y me cubre los pechos,

n con la mía se ve gigante. Aún con las manos unidas d

uedo recordar aquella vez cuando vi al visitan

rabajas a

to, ¿cuál es la necesidad de asustarme de esa manera? Y aún más importante: ¿cómo carajos

lo que digo y como lo digo. Solo hace un gesto de desinter

. Capto su mentira al instante. —Llegar aquí atravesand

vemente. —Camine cu

día, me tengo que ir. Nado hasta pasar de él, evitando a

la cascada. Subo por las piedras con la dignidad por el suelo, ya que, si me está

e se hacen en la cascada. Salgo por la puerta de lianas y camino por la orilla, obse

gua se escurre de su cuerpo y empapa su ropa, estoy segura de que debió

n dirección contraria a la mía, pero se queda

a alza para que pueda oírlo. Sigo mi camino sin mirar

Volteo para encararlo, pero se ha dado la vuelt

e a nadie por ahí! —grit

sta que lo veo desaparecer entre los árboles del bosque. Su cu

me ha visto desnuda quedaré arruinada para la eternidad. Ya de por si no tengo buena fama

sta dentro de mis botas, y siento

erde suficiente, siempre hay algo más por per

justo cuando entre en la cueva de la cascada, es la úni

desastre, pateo una piedra hasta llegar a la casa, el sol de medio día se ha ido y el de la tarde empieza a pi

e, el frío se aloja en mi cuerpo, la ropa mojada me pesa, el cabello gote

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