Solo me interesas tú
Autor: Gingersnap
GéneroRomance
Solo me interesas tú
En el pasado, Heaven fue infiltrado por espías. Por esa razón, los hackers se habían vuelto más cautelosos al entablar amistad entre sí.
Aunque Maria hablaba con ellos de vez en cuando, lo cierto es que no los consideraba verdaderos amigos.
A excepción de sus viejos conocidos en el negocio, solo charlaba con Night en contadas ocasiones.
Incluso entonces, solo hablaban de técnicas de jaqueo. Cualquier otra información personal y anécdotas eran temas de conversación prohibidos.
"¿Creerías que yo también estoy en Sheffield?".
Cuando apareció otro mensaje de Night en su pantalla, una sonrisa se dibujó en el rostro de ella.
"Ya veo. Qué casualidad".
En las pocas ocasiones en que entabló una conversación con Night, dio la sensación de que tenían un entendimiento tácito. Incluso tenían estilos de conversación similares.
Unos segundos más tarde, comprobó la hora y pensó que era momento de volver, así que le envió otro mensaje.
"Buenas noches".
Las dos palabras que recibió hicieron que el apuesto hombre en silla de ruedas mirara la pantalla de su teléfono con una sonrisa en la cara. Entonces borró las palabras que ya había escrito y decidió no responder.
"¿Por qué no nos encontramos alguna vez? Estamos en Sheffield de todos modos".
Cuando Maria volvió a la villa, vio el BMW aparcado delante de la casa y se imaginó que la familia Jenkins ya había vuelto.
"¿Por qué ha estado fuera tanto tiempo?", le dijo Lily con una cara larga y con las manos firmemente en la cintura.
Sin terminar de regañar, la espetó: "Todos han vuelto ya del concierto y usted sigue fuera dando vueltas como esos gamberros. Esta casa se rige por normas. ¡Ahora que es parte de la familia Jenkins, será mejor que mire cómo se comporta!".
Aunque lo hizo como si estuviera reprendiendo a la chica por haber salido hasta tarde, en realidad estaba bastante enfadada porque no le contó el secreto de la receta de los fideos.
Y como consideraba las tácticas suaves no funcionarían con Maria, decidió intimidarla. Después de todo, aún era una adolescente. La mujer creía que podría hacerla soltar la receta secreta fácilmente.
Pero Maria mantuvo la calma todo el tiempo. Ni se inmutó cuando la regañaba.
"¿Entonces dar un paseo por el barrio me convierte en un gamberro? ¿Y qué pasa con la gente que vive en este barrio entonces? ¿Cómo los llamas, ah?".
Al escucharla, la criada se quedó sin palabras.
Creía que Maria se iba a disculpar enseguida y que podría manipularla fácilmente. Pero estaba completamente equivocada. No esperaba que la chica se atreviera a responder y que no se viera afectada para nada.
Al ver que Lily estaba demasiado aturdida para decir algo más, Maria consideró que ya era libre de volver a su dormitorio.
Sin embargo, cuando esta dio un paso, la mujer recuperó repentinamente sus sentidos, y se apresuró a ponerse delante de ella para impedirle el paso, e inesperadamente, forzó una sonrisa.
"Maria... Quiero decir, señorita Jenkins. Recordé que quería preguntarle algo. ¿Cómo ha cocinado los fideos que ha comido? Ya sabe, soy el tipo de persona a la que le gusta estudiar diferentes recetas. Así que me preguntaba si podría decirme cómo hizo ese plato. Así, la próxima vez que quiera comerlo, puedo cocinárselo yo. ¿Qué opina?".
Como si no le hubiera gritado a Maria hacía un momento y la hubiera matado de hambre a propósito antes, Lily actuó como si fueran las mejores amigas.
Pero la chica no se dejaría convencer por sonrisas falsas y palabras bonitas.
"No, gracias. Puedo hacerlo yo". Ella se negó sin dudarlo. Luego, sin permitirle a la criada responder, pasó rápidamente junto a ella y regresó a su habitación.
Al ver cómo esta la rechazaba, su rostro se volvió lívido de ira. ¿Cómo se atrevía esa chica nueva a ignorarla sin pensárselo dos veces?
Era solo una chica del campo. ¿Ya se comportaba como una rica arrogante en su primer día en la casa de la familia Jenkins?
Lily apretó los dientes, pensando que esto no podía seguir así. Antes de que Maria fuese más engreída, tenía que darle una lección y hacerle conocer su lugar. Llevaba muchos años trabajando como criada en esta familia rica y tenía un as bajo la manga. Con una sonrisa siniestra, decidió hacerle saber que vivir en esta casa no iba a ser un paseo.
Al día siguiente, temprano en la mañana, un grito fuerte resonó en la sala de estar.
"¡Ah! ¿Dónde está? ¡Jadee! ¡No lo encuentro!".
Era la hora del desayuno cuando Vivian empezó a gritar presa del pánico.
Sostenía en las manos su nuevo bolso Louis Vuitton con la cremallera abierta. Sus cosméticos, el celular, los pañuelos y los auriculares estaban esparcidos por la mesa de café. Al parecer, había sacado todo lo que había dentro de su bolso para encontrar algo.
Al oír la fuerte voz de Vivian, Bill y Julie no pudieron evitar acercarse de inmediato. Al fin y al cabo, creyeron que algo malo le había pasado a su hija.
"¿Por qué gritas?", le preguntó Bill con rostro confundido, sin entender qué era lo que estaba ocurriendo.
Lily le susurró: "Señor Jenkins, la jade favorita de la señorita Vivian parece haber desaparecido. La ha estado buscando toda la mañana".
"¡Juro que anoche puse a Jadee en mi bolso!". La chica se veía muy ansiosa y furiosa.
Le tenía un cariño increíble a esta preciosa pieza y siempre la llevaba consigo todos los días. Y como le gustaba mucho, hasta le había puesto nombre.
Además, ella recordaba claramente que, antes de irse a la cama la noche anterior, metió a Jadee en su bolso, que dejó en el sofá del salón.
Después de escuchar la conmoción, el rostro arrogante de Julie se frunció.
"Bill, ¿se refiere tu hija al regalo de cumpleaños que le hiciste y que compraste en una subasta hace seis meses? ¿Ese en el que te gastaste más de un millón de dólares?".