Ni Bill ni Maria esperaban que Anthony aceptara de buen grado este compromiso.

Por supuesto, Bill estaba encantado. Después de todo, le preocupaba que esto no terminara bien, pero el resultado fue incluso mucho mejor de lo que esperaba.

Con este trato hecho, el compromiso no se cancelaría y las relaciones entre las dos familias tampoco se deteriorarían. Además, aunque Maria no era la hija biológica de Bill, de todos modos él podía convertirse en pariente político de los Wilson, y ni siquiera tenía que sacrificar a su propia hija. Simplemente no podía imaginar una situación más perfecta que esta.

Aun cuando Anthony estuviera privado del derecho a la herencia de su familia, Bill seguía sintiéndose muy afortunado. A fin de cuentas, el mero hecho de ser llamado suegro de uno de los Wilson era una gran hazaña.

"De todos modos, señor Jenkins, ¿puedo hablar con la señorita Maria a solas, por favor?".