icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

La esposa desechada, reconstruida

Capítulo 9 

Palabras:913    |    Actualizado en: Hoy, a las 14:47

vista d

traído de vuelta por amabilidad. Me había traído aquí para mantenerme bajo su control, para asegurarse de que no pudiera sana

dientes, me había permitido una habitación, una pequeña habitación de invitados sin usar al final del pasillo. "Puedes quedarte aquí", había dicho, su voz fría, "siempre y c

por las esquinas, sus ojos muy abiertos y curiosos. En la cena, me observaba sutilmente desde el otro lado de la mesa, su pequeña frente fr

muro que Carla había construido a su alrededor. Una

apola? ¿Los que tienen azúcar crujiente encima? -Sus ojos estaban llenos de u

a vulnerabilidad potencial, una oportunidad para observar desde adentro. Horneé los muffins. Sin emoción. Mis manos se movieron con facili

ugaz. Y Carla siempr

e". Sus ojos, cuando se encontraron con los míos, estaban llenos de una rabia escalofriante y posesiva. No podía soportarlo. Cualquier grieta en su fachada

ó en el caos. Gritos. Sirenas. Emilio, mi hijo, fue llevado de urgencia a la sala de emergencias, co

os, su rostro una máscara de furia primitiva. Me agarró del brazo, sus dedos cla

sin adulterar-. ¡Perra venenosa! ¡¿Cómo pudi

acíos. Encontré su mirada furiosa sin pestañear. Sus acu

e él, sus ojos enrojecido

o Eben... dijo que ella le dio los muffins. Oh, Amelia, ¿cómo pudiste? -Me miró, sus

a escalofriantemente tranquila-.

ente, mi mirada

ana, firme-. Si crees que envenené a nuestro

a la policía. No podía exponer a Carla. No podía exponer su pro

uñó, su voz un

oportunista, dio

onal. Conozco un centro privado. Se especializan en... casos difíciles. Ne

se en mi rostro vendado, en el vací

importa a dónde vaya, solo asegúrate

euro-rehabilitación? ¿Centro privado? Sonaba omin

nos desiertos, cada vez más lejos de las luces de la ciudad. Nos detuvimos frente a una fábrica en ruinas y abandonada en med

sombras. Su rostro era un mosaico de cicatrices grotescas,

l mundo se tambaleó de nuevo.

Obtenga su bonus en la App

Abrir