icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

El Científico Oculto: La Venganza de la Esposa Traicionada

Capítulo 4 

Palabras:1450    |    Actualizado en: 22/12/2025

rciopelo en la otra. Intentó ofrecerme una sonrisa apaciguadora, pero no llegó a sus ojos.

Presentó la caja de terciopelo. Dentro, un colgante de diamantes, brillan

rostro era una máscara de sinceridad forzada. -No

asintió. -Por supuesto.

cado. Kiara. Estaba apoyada en el capó, desplazándose casualmente en una tablet. Sus ojos, sin embargo, estaban fijos en m

z cortando el tenso silencio en el coche-

ocupación. -Querida, no tengo idea de lo que estás habla

organizar algunos archivos. -Metió la mano en mi bolso, sacando otra pequeña y pesada caja de terciopel

saber dónde están. Si algo les pasa, los demandaré a ambos. Por robo de propiedad intelectual, por mala conduc

nes alguna posibilidad? Eres una don nadie. Y además -se volvió hacia Gerardo, su voz goteando dulzur

Estaba claramente dividido, pero su lealtad, como siempre, se inclinaba hacia la muj

ió, su voz baja y peligrosa

l proteger el trabajo de mi vida? ¿Es irracional exigir resp

hock exagerado. -¿De qué está hablando, Gerardo?

máscara de rabia. Dio otro paso hacia mí, sus ojos ardiendo-. ¡

spiración. -¿De q

tel, con Carlos. Mi mano estaba en su hombro, un gesto tierno e inocente. Pero el ángulo, el encuadre, torcía la imagen en

nos de shock, rápidamente se transformaron en una furia aterradora. -¿Tú... me engañaste? -Su voz era un gru

endo de tono-. ¡Carlos es familia! ¡Es el hij

abe cómo funcionan estas relaciones 'familiares' en sus círculos de élite! ¡Se ha estado aco

puro odio. Se abalanzó sobre mí, su mano salió disparada. La bofetada resonó en la calle silenciosa, un crujido agudo

¡Mentiste! ¡Engañaste! ¡Te di mi nombre, mi casa, mi futuro, y lo tiraste todo por una aventura ilícita! -Me arrastró

ras arrancándose de mi garganta-.

del día en que te cruzaste en mi camino. -Me empujó a la sala, hacia el pequeño y oscuro cuartito de s

, oscura y sofocante. El aire estaba cargado del olor a polvo y desuso. Mi cuerpo dolía, mi c

¡probablemente nos está grabando en secreto ahí dentro! ¡Siempre ha sido tan calc

confesó! ¡Dijo que sabía exactamente cómo modificar los algoritmos, cómo hacer que pareciera que mis datos eran los defectuosos! ¡Dijo que se aseguraría de que lo perdie

dedos buscaron a tientas el pequeño, casi invisible dispositivo de grabación que siempre guardaba en mi sostén. Un hábito de mis

e pan seco y una botella de agua a través de una pequeña ranura en la puerta, pero nunca hablaba

staba allí, su rostro sombrío. -¿Vas a admitir tus

dmitir -dije, mi voz

ome fuera del cuartito de servicio y subiendo las escaleras. -Enton

campo de batalla. El aroma del perfume de Kiara era abrumador aquí, mezclándose con el olor per

ola de asco me invadió. -Aléjate

ra lo que perdiste! ¡Mira lo que tiraste! -Se rió, un sonido áspero y sin alegría-. ¿Crees qu

ro desprecio corriendo por mi cara-. ¡E

ban fríos, desprovistos de cualquier calidez. -Solías roga

me quitaras todo. Antes de que asesinaras a mi hijo. No te atrevas a

última palabra, el do

Obtenga su bonus en la App

Abrir