El Científico Oculto: La Venganza de la Esposa Traicionada
estás inventando eso para lastimarme, ¿verdad? Siempre la víctima. Siempre manipulando. -Se burló, retrocediendo-.
e en mi piel. -¿Sabes? Kiara tenía razón. No eres más que un fraude. -Me empujó contra la pared, mi cabeza golpea
caba de ser aceptado por *Nature*! ¡Voy a ser famosa! -Prácticamente entró saltando en la habitación, ajena a mi forma arrugada en el suelo-. Ah, y sabes, mi equipo de r
jos, por un segundo fugaz, contuvieron un destello de algo parecido a la preocupación. -¿Elis
tá siendo dramática. Otra vez. Ya sabes cómo se pone. Probablemente fingiendo para dar lástima. Sol
rada insistente de Kiara y mi rostro magullado. -Se ve
a, cariño. Se le pasará cuando se dé cuenta de que nadie le está prestando atención. -Tiró
sacara de la habitación. Mientras se iban, me lanzó una última mirada fría. -Quédate aq
o. El dolor en mi cabeza palpitaba al ritmo de mi cuerpo dolorido. Mi
. Estaba en un pequeño y acogedor dormitorio de invitados, la luz del sol entrando a raudales por las cort
us movimientos rígidos. -Elisa -dijo, su voz más suave de lo que había estado en días-. Estás desp
recía genuina, por un momento. Pero luego recordé la voz de Kiara, sus
egunté, apartando la bandeja.
e destrozado. Te pedí uno nuevo, por supuesto. Llegará mañana. -Extendió la mano, su
u tacto se sentía como una violación. -Mis datos, Gerardo.
la terapia génica. Estamos en camino para los ensayos en humanos el próximo trimestre. -Sonrió, una sonrisa de autosatisfacción-. Todo es gracias
Había sido un chivo expiatorio, otra
finalmente podremos empezar a pensar en nuestro futuro. Un futuro real. Una familia. -Alcanzó mi man
uestro hijo como un producto de mi imaginación? ¿Después de que se había queda
ogante. Cree que lo sabe todo. No se da cuenta de que los verdaderos cerebros están trabajando
erto mi verdadera identidad, permitiéndome trabajar en secreto mientras buscaba la cura para Gerardo. Gerardo, en
ertido en su cura. Mi identidad, mi familia, mi futuro, todo en pausa por él. Y él no veía
epetí, mi voz plana, h
de investigación. ¡Te compré un teléfono nuevo! Es mejor que el viejo de todos modos. -Sacó un dispositivo
ensó que las posesiones materiales podrían aplacarme. Tomé el teléfono, mis
fiesta a la que prepararnos esta noche. Una celebración del éxito de Kiara. Es un evento m
esta? ¿Para Kiara? -La amargu
apoyarla. Y tú, querida, necesitas estar a mi lado. Es importante para las apariencias. -Hizo una pausa, sus ojos e
léfono pesado en mi mano. Una resolución fría y dura se solidificó en mi corazón. ¿U
escondida en la parte de atrás. Dentro, un vestido negro simple y elegante. Era una pieza clásica, atemporal, no llamativa, pero impecablemente confeccionada. Era el
e de usar algo apropiado. Algo elegante". Sonreí, una cu
verde esmeralda. -Ten, Elisa -dijo, su voz brillante-. Escog
a se amplió, fría y peligrosa. -No, gr
simple vestido negro. -¿Eso? Pero es tan... simple. Este
lo -dije, mi voz dulce como el v
elegancia discreta puede ser encantador. Ciertamente hará que Kiara destaque aún más. -Me dio una palmadita en la cabeza-. Siempre fuiste tan terca. Pero es bueno, demuestra que t
ó que me había quebrado. No ten