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El Científico Oculto: La Venganza de la Esposa Traicionada

Capítulo 8 

Palabras:1024    |    Actualizado en: 22/12/2025

estudiante de posgrado. No podría ser directora, ni una Dra. Montemayor, ni lo que sea que estés divagando. Clar

ra, con todo respeto, la Dra. Montemayor le dejó un mensaje. Dijo... dijo que le di

¿Qué tiene en contra de Kiara? ¿Por qué siempre tiene que hacer todo sobre ella misma? -Paseó por el laboratorio vacío, su ira hirviendo-.

ado lejos, Elisa. ¿Crees que no sé que estás detrás de esto? Te lo advierto. Si n

en el directorio del personal, su rostro completamente desprovisto de color. En el tablero, bajo la sección de

a. -¡Gerardo, cariño! ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas esperando a Elisa en el hotel. -Intentó alejarlo, su voz ligera,

mpre había descartado a Elisa como una mujer débil y discreta. Una sustituta. Un peón. ¿Pero una directora? ¿Una Montemayor? Las implicaciones era

o su "investigación" en el extranjero, ajeno a la verdad. Recordó haber elaborado minuciosamente su nueva personalidad: la científi

guntó Kiara, forzando un to

lamar a Elisa de nuevo, pero fue directamen

staba con un hombre. La estaba tocando. Se veían muy... íntimos. -Le apretó el

ed. Se hizo añicos. No dudó de Kiara ni por un segundo. Su mente, ya envenenada por sus mentiras, se aferró a esta nueva acusación. Elisa era una tram

cargada de una furia posesiva-. Ella no es nada. Tú lo eres todo. Empezarás en el instit

í, cariño. Por supuesto. Mañana. -Se apoyó en él, enterrando su rostro en su pecho. Sus

upado por mi condición, por la cura. Pero con tu genio, Kiara, sé que todo es

Tenía que mantener a Gerardo convencido. Tenía que aseg

datos modificados? La Dra. Montemayor advirtió específicamente en contra. Dijo que están incompletos, plagados de errores. ¡Dijo que si se usan, podrían acelerar su condición, no curarl

tigador-. ¡Estás en connivencia con Elisa, verdad? ¡Tratando de sabotearnos! ¡Te haré perder tu trabajo! ¡A todos ustede

garró el brazo, sus ojos muy abiertos. -Gerardo, cariño, ¿quiz

oración ciega. -¿Crees que no confío en ti

protestó ella, su voz ca

luego miró al investigador, una sonrisa triunfante en su rostro-. Ahí tienes. Ahora, lárgate. Y dile a Elisa que su

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