Su Amor Imprudente, Su Amargo Final
téril a antiséptico llenando sus fosas nasales. Lo
mente -dijo, su voz suave pero firme-. El frío y el estrés
to riesgo que solo una persona en el mundo podía reali
a pagarlo. Pero había u
Leonor
a un susu
cualquier papel que quieras. Dejaré la vida de Santiago para
de la línea, luego la voz fr
sobre este trato. Te irás en s
do había descubierto la verdad años atrás. Pero una chica enferma y lisiada del sistema de orfanatos, incluso una que había salvado la vida de su hijo, todavía no era suficiente par
fía siempre se había negado, creyendo que su amor no tenía precio. Ahora, estaba suplicando p
abrió y Santiago entró. Sosten
cama, su expresión una me
os. Comenzó a frotar la crema sobre su piel amoratada. Su t
rmuró, como si eso excusara todo-
a en carne viva.
susurró-. ¿Qu
do entre ellos, construido ladrillo a ladrillo
habló, su
está dando un hijo. ¿No lo ves? Una vez que nazca el bebé, fi
ían al niño a nombre de Sofía. Luego, él presentaría ofi
ión en su ros
na lisiada de un orfanato. Esta es la ún
mpañera, su alma gemela de veinte años, sino como un caso de
o con una fuerza que no sabía q
a punto de discutir cuando un fuerte trueno
as -dijo, ya moviéndose hacia la
l umbral, mirá
o más, Sofía. Y dej
o se
l accidente donde lo había empujado fuera del camino de un coche, siempre le dolía con la lluvia. Él solía recordarlo. Solía sentarse
asustaban los truenos. Había olvidado
iendo una carpeta con el último ultrasonido del bebé. Estaba radiante, su rostro iluminado con una alegría que Sofía
na que solía darle a ell
ogió. Se dio la vuelta par
isa triunfante. Se acercó, bloqueando el paso de Sof
Sofía-. Pero supongo que es de esperar. La gente de tu clase no envejece bien. -Se palmeó el
propios pies. La cojera. El recordatorio con
lvarle la vida. Este cuerpo, el que encuentras tan asqueroso, le dio un
Ximena, directa
s mantenerlo solo con tu
en un destello de rabia. Levan
nfermeras. Su expresión cambió en un instante. La mano levantada que estaba destina
co, Ximena Valdés se