Su Amor Imprudente, Su Amargo Final
pujando a Sofía a un lad
So
sala de espera. Un dolor agudo y punzante le recorrió la parte baja de la esp
. Ya estaba en el suelo, acu
. Dijo que yo era una cualquiera, que el bebé no era tuyo. ¡Y luego me pegó! -Se agarró el
Ximena, se convirtió en piedra al mirar a Sofía. Dejó a Ximena suaveme
a y, sin una pala
al patio del orfanato, viendo a un joven Santiago, con los puños magullados y ensangrentados, después de haber peleado con niños
en registrar que la persona que acababa de golpearla era ese
escozor en su mejilla. Lentamente levantó la
de dolor. Su mano, levantada para un segundo golpe, se congeló en el aire mie
gemido de dolor desde el sue
nuevo. Todo rastro de suavidad desapar
uñó-. Si algo le pasa a e
lo. Al pasar, Ximena, acurrucada en sus brazos, giró la cabez
e impulsó con los brazos, solo para volver a caer sobre el frío suelo de
sillo comenzaba a
Santia
én es? Se v
. Una acosadora loca que intenta
. El peso de su juicio era sofocante. Sofía se tapó los oídos
te construidos alrededor de su corazón se derrumbaron, y se vino ab
aron de los brazos, con un agarre rudo e impersonal, y la a
al en uno de los restaurantes propiedad de los Garza. La pue
enfriarte -dijo uno de los g
só en Santiago, el chico que una vez había dejado su trabajo de medio tiempo y había conseguido dos más solo para que ella pudiera
a fuente de tod
ta fueron demasiado. Su cuerpo finalmente s
ital. Se estaba convirtiendo en u
ctor era aún más
erado el proceso. Además de eso, su espalda está gravemente herida. -La miró con lás
nadie en el mundo quería que sobreviviera. Ni
durante una semana. Santia
irando su teléfono. Levantó la vista cuando ella entró, sus ojos escaneando su figura d
recía m
a semana -dijo, su voz casual, como si estuviera
mente luchando por comprende
ono sin dejar lugar a discusión-, y t