La rosa y el asesino
las últimas horas. Desde que salió de la ciudad, cada paso que daba junto a Alexander la llevaba más y más lejos de la vida que había conocido. La periodista que
más grande que ellos. Pero Valeria no podía dejar de sentir que había algo que no le estaba diciendo, algo que ocultaba y que, de alguna man
os, creando una especie de túnel natural que parecía aislado del resto del mundo. Valeria miró por la ventana, buscando algo, cualquier cosa que le indicara que la situación n
lzando la voz para ser escuch
Alexander, sin girarse. Su t
subiendo en su pecho-. ¿Puedes dejar de tratarme como si
ueña cabaña oculta entre los árboles. El lugar parecía abandonado, pero Valeria reconoció las señales de que alguien había estado ahí re
de mando no deja
paraba para lo peor. Estaba claro que su relación con él seguía siendo una cuerda floja
er la verdad -dijo ella, for
rándose hacia ella co
ar no lo vas a tomar a la ligera, y tal vez, no quieras saberlo. Pero te l
abras fueran las que finalmente arrojaran a
s. Fue la chispa que encendió un fuego que ha estado latente durante años. Lo que descubriste no tiene que ver solo con el gobierno. Hay
te comenzando a conectar las
on? ¿Qué qu
do no logren hacerte callar, querrán destruir todo lo que has h
si el aire se le esc
? -preguntó, su voz
spuesta inmediata. Solo los ojos de un h
os problemas requieren un enfoque más... directo. Otros, como el tuyo, requieren d
l la protegía. Todo en su naturaleza le decía que debía desco
ra matado? ¿Por
or un instante, antes de vo
ecuado. No para ellos, ni para mí. Pero ya l
abía desmoronado en cuestión de días. Ya no sabía en quién confiar. Y Alexander, el hombre que la h
qué no me han dejado en paz? -preguntó
encio unos segundos, observándola. Finalmente, se ba
opción, Valeria. Ningu
realidad. Estaba atrapada en un juego peligroso,
ueño refugio la hizo sentirse más segura. A lo lejos, las luces de París ya no podían
un suave clic, asegurándose de
e horas. Tenemos que movernos rápido. -Su
a todo lo que estaba sucediendo, sabía que si quería s
s? -preguntó,
los que están detrás de todo esto. No quiero que
a de qué la esperaba. Lo único que sabía era que estaba en la cuerda fl