La Sorpresa del CEO Arrogante
la intensidad de lo ocurrido horas antes. Victoria se despertó, sintiendo una ligera presión en el pecho. Por un momento, permaneció quieta, con los ojos cerrados, sin querer
la sabía que na
ado en su memoria. Había entregado algo más que su cuerpo. Había dejado escapar sus muros, había dejado que la fragilidad del momento la envolv
espués. Esa vulnerabilidad que él había logrado sacar de ella. Esa sensación de estar perdiendo el control. Y, lo peor de todo, no quer
que la había dejado a ella. El deseo se había ido transformando en algo mucho más complejo que simple atracción. Victoria sabía que
no abrió los ojos, permaneciendo en un estado intermedio entre el sueño y la vigilia. Victoria se levantó con cuidado, recogiendo la bata de seda qu
lá de lo físico. Lo sentía en su pecho, en su estómago. El miedo estaba allí, pero también lo estaba la necesidad
e de la cama. Sus ojos, aún somnolientos, la miraron con una intensidad que no pudo ignorar. Era como si él también estu
ero la intensidad de la palabra la hizo sentir que estaba dicien
table. ¿Cómo explicar algo que ni ella misma entendía? ¿Cómo se enfrentaba a la verdad de lo que había empezado entre ellos? Había comenzado com
ándose lentamente, con una mirada que
a consigo misma. No podía mentir sobre lo que había sucedido entre ellos, y tampoco podía seguir actuan
su cuerpo estuviera tratando de evitar el impacto de lo que estaba a punto de decir. -Lo que pasó anoche
taban tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo, la fuerza de su presencia. Victoria levantó la vista, encontrando sus ojos con
ldad que ella había llegado a esperar de él. -Pero lo que sé es que no podemos seguir
parte de ella, una que no podía dejar de pensar en lo que acababa de ocurrir. La pasión que había compartido con él no era solo un escape, no era
alguna respuesta en la lluvia que seguía cayendo. Finalmente, su
esperación. No sabía si quería una respuesta o simplem
n aún más. Se acercó, esta vez con más lentitud, y pu
también cargada de algo más. -Lo que quiero es estar contigo. Sin que tenga
ista para dar ese paso, para aceptar que, en algún momento, había comenzado a sentir algo por él que iba mucho más allá de l
ente mientras lo miraba a los ojos.
expresión firme, pe
. Sé que no será sencillo para ninguno de los dos. Pero estoy
do. Había algo entre ellos que ya no podían ocultar, algo que no podía simplemente ignorarse. Y aun
por primera vez, Victoria no se sentí