EL GERRERO DE MI CORAZÓN
da con un rictus. Sabía que debían haber traído el Taurus, mucho men
jó los binoculares y le dir
uien dejó su asiento para comp
hacia la salida-. Deja que se vaya. Nos super
tarde», pen
s como platos tras s
n es e
ículos Motorizados de Virginia-. Y la matrícula lo confirma: Isaac Thackery Calhoun. Hebert, llévalo al Servicio de Investig
ección por donde había
de un animal salvaje. Ningún terrorista se va a acerc
e Kurt se volv
Y si no considero que sea el adecuado,
s malas. Los hombres como Isaac Calhoun eran fantasmas. En la guerra, no podías oírlos
leró a fondo. «No me sigas», rezó, c
tros y la carav
e calmó. La caravana se había qu
a y medi
tido. Tal vez no eran los federales. Tal vez se trataba de una vie
tes de doblar a la derecha en Red Brush Road, donde solo había granjas, iglesias y ganado doméstico, todo ello rodeado p
tras mes, podría haberle afectado la cabeza. No había ninguna posibilidad de que el FBI lo hu
Mi
r, donde la mirada de Kamila
á siguien
a mis
lo ha
lor de decirl
stamos
a, él no iba a tener más rem
palabras tranquilizadoras, ella notó un cambio en su actitud desde el
es en el mostrador de la cocina-. Ve a g
expresión inescrutable para intenta
or
antes de encontra
ar un disposit
reció dar vuelta
ue nadie n
a y enterró su cabez
ría estar s
Ella asintió, subió corriendo a su habitación y guardó
los armarios. Al verla,
la m
o. Tenía más bolsillos y recovecos que las cuevas del Hindu Kush. Bajó la cremallera
creciente montón de envoltorios, bolígrafos, maquillaje, clips y tarjetas de crédito. Tal vez era hora d
el agente especial Michael Maddox. Es
ndo exactamente?
stico. Puede ser circular o rectangular, de unos dos centímetros y medi¿verdad? Entonces, ¿po
están siguiendo
ró de un m
, que te la cambies -rectificó. Su cuello
a, que no reparó en la ver
n escondido al
u piel. ¿Tienes a
erta y agitó la cabeza sin decir
de nuevo con un
tu ropa
rebajado a pegarle implantes bajo la piel, Kamila v
Nada sospechoso llamó su atención: ninguna incisión extraña, sol
daba a sí misma que tenía que devolverle el dinero. Se probó los
siado holgados. Pero, ¿qué podía esperar al comprar en el Dollar Gene
a las costuras y los bolsillos de sus tejanos. Después, inspeccionó su ropa interior y la camiseta y, por último, cogió su sostén negro. En las manos ásperas y
l, soltando el sostén c
sforzó por
o usarlo todo de
-respon
por la sala con una r
avas aqu
clavándole sus bril
r bromeando co
, en las rocas? - Esperaba p
a comisura d
lgún probl
abeza y adoptó un
to montañés-. Una vez que haya hecho la colada, rastrill
que a ella le provocó una sens
n del dialecto local-. Pero no antes de que cocines a
se echó
lo bien qu
areció del rostro de Mike, perforand
mirada haci
levo aquí bas
ella, a la vez que trataba de record
sa de pienso y llamó a Terry. Cuando este acudió, Mike sa
enerse y agacharse frente a Terry. El sol proy
rdenar, y el perro
a un entrenamiento de obediencia? Le deseó b
os resentido con ella de