EL GERRERO DE MI CORAZÓN
utos sin decir una palabra, probablemente un récord para ella. En el proceso, se había mordido el labio inf
mires», se ord
recogido en un moño húmedo, su ropa del día anterior y una mirada enfurruñada en su cara, Kamil
o tardaría en hacer-, usaba un inglés apropiado y gramatical
ral estaba claro que era una
. Por fin, escogió un suéter amarillo, se lo llevó hasta el pecho para ver si le
ló el
sconcertado por la sensación de vértigo, se di
rosa. Se preguntó si había un plan para su selección, o si era una elección casual. Luego, ella se dirigió hacia un expositor de bragas y so
e Dios, piensa
os de tocador, él se dirigió por fin a la ca
dijo, sacando
ula, con la mano hu
tarjeta
ndole que las tarjetas de c
l labio y se aju
tiempo que se reti
tregó al cajero tres bil
uró Kamila, con aspect
ue un hombre vestido con un mono acariciaba la cabeza de
an error. Por suerte, el
aguda pregunta de Kamila lo hizo girarse hacia ella
de dinero. La lealtad no era algo p
la tienda de comestibles en el extremo opuesto del centro comercial. Según caminaban p
estacionamiento.
pra en un carrito de supermercado, y lo empujó con rapidez a través de las puerta
retro
? -le preguntó cuand
izo qué más
r las ventanas, pero aun así no
rsiguió, luchando para evitar mirar hacia abajo. La hija de Stanley tenía el
ike. Comparó las marcas, leyó las etiquetas de las latas y el reverso de las latas. Mient
banadas de pan en el carro y devolvió
r qu
miró d
tes. Tengo que c
das t
eó una deli
es cosa d
sus suposiciones estaban fuera de lugar. Como la adicción a esas pastillas. Si rechazaba los co
bía recetado las píldoras para mantene
a para perros de Terry a lo que Kamila ya había comprado. En el instante en que s
uiénes eran y dó
cogiéndola del brazo cuando esta
s en busca de señales de un francotirador. Nada. Al darse cuenta de que el
lgo? -preg
dos, pero no vio nada que alertase su sexto sentido-. Traeré las bolsas, tú entra e
voz de Kamila s
tacionada en el otro extremo, justo frente al banco, y detrás de una hilera de perales de Bradford en flor. El FBI había
a luz del sol incidió sobre una superficie r
splandor, al igual que el visor de un modelo de rifle antiguo. Se movió c
ía encontrado? ¿Cómo? Había tenid
ción a las cuatro ruedas. La caravana, por otro lado, era una gran masa de metal a la que podía superar fáci
FBI y al infierno si Mike iba a entregarla por las bu