EL GERRERO DE MI CORAZÓN
ga, saltó detrás del volante y los alejó de Silver Spring con una eficiencia que la hizo buscar a tientas su cinturón de segurida
. Solo Mike y quizá su padre sabían dónde estaba ahora mismo. La idea la ayudó a calmar sus nervios deshilachados. Con alivio, sintió q
ensamiento ralentizó su co
a más tarde. Él seguía rígido frente al volante, y todavía le temblaba la mandíbula. De vez en cuando, l
rina con frecuencia y afecto. Incluso le había enviado fotos digitales de un guerrero barb
l volante apenas se parecía al Amer Len que su padre conocía. Si no fuera por los ojos verdes como la
a, un número de bajas. Su padre había sido impreciso en los detalles, ya que estos giraban en torno a las Operacione
ado, revelando las manos que habían estado expuestas a los elementos. Uno
ntas pugnaban por salir de su boca, pero su lengua se sintió repentinamente inmóvil. Sus pensami
llamada casa segura del FBI. Ahora estaba en buenas manos. Su padre, que probablemente se había can
el asiento mientras suspiraba aliviada. El aliento caliente de Terry le abanicó la mejilla. Podría estar mue
, mientras él, Michael y Hebert se inclinaban sobre una capt
ces cuando se dieron cuenta de que la cámara tres de la puerta trasera había sido saboteada y no había grabado la salida de Kamila. Solo la cámara cuatro hab
ichael al observar al sospechoso veci
as revelaron que el dentista retirado Hal Houston disfrutaba de unas vacaciones en Florida, y es
era una nariz recta, labios apretados y una mandíbula firme. Era tre
, regañándose a sí mismo con más
de que tenía uno de los cristales rotos. El hombre presentaba una fea contusió
lo es -murm
egas frunci
o otra vez, Michae
o que hablo -insistió Michael-. Y
os brazos so
con mesurada paciencia-.
nviado por McClellan para recuper
curvó, pero no parecía tan in
osión? ¿También ha s
acosando a su oficina de campo respecto a su hija. Había escuchado al director Bloomberg decirle a Kurt que McClellan se estaba convirtiendo en un verdadero grano en el culo. El comandante quería que su hija fuer
bre de UPS como sospechoso. O se martirizó por Alá, o estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. Hebert, ponte en contacto con
salió corriendo de
iento facial. El software tomó medidas y las comparó con decenas de miles de imágenes archivadas. Kurt le dirigió a Michael una mirada ind
-murmu
al habría elegido McClellan para el trabajo. No solo había llegado a tiempo, sino que además habí
a bomba-. ¿Cómo encontraron los terroristas la casa segura? De
han seguido. Filtramos la direcció
gundos, Michael
r qué? -cons
ró con imp
lo que pasaría si no damos ejemplo con estos bastardos. Esta es la Nueva Cara del Terror de la que la CIA nos ha estado advirtiendo: Atacar
jo Michael- ¡Pod
está, ¿
tó, aturdido y
de una bomba y, pronto, un albarán. Vamos a encontrar a estos malditos, Michael. Y vamos a reaccionar de tal manera qu
ael había aplastado l
uponía era un secreto muy bien guardado, tenía el mismo olor