EXILIADO:La sangre del monarca
r el rabillo del ojo y vio el resplandor de la hebilla de oro con forma de flor. Evito hacer una mueca cuando la sintió p
a señorita. -
ntesto la castaña soltando una ligera sonrisa. Tomó
y hasta irreconocible a sus ojos. Llevaba una falda que jamás h
on Hwa es mu
que esto no cause problemas. Aún sigo perteneciendo a la selección, no tengo la cara para caminar en
supo qu
ella también estaba inquieta
que Bon Hwa había llegado, y tras un último s
.
ng. Tras largos días sin descansó para planear la misión –porque no se podría considerar de otra forma– habían decidido que un paseo mañanero po
si
tro lado, haría la investigación desde las sombras. Él estaba más interesado en la orden de la serpiente, habían estado años desapare
rpiente negra, fue tras su desaparición. Y no era para menos,
ecor
nombre, y no era la primera vez que lo veía, lo vio rondar una tarde por su pabellón, con un libro en su mano. Era un regalo de cumpleaños - su último cumpleaños allí-, ese día dijo ser un mensajero de su hermano e iba vestido como
nte, y se sentía más inquieto por el hecho de que en tan solo unos escasos días su hermano sería Rey. Y todos saben lo que es
del siguiente día. Descansarí
que MinJoon detuviera el paso. Un tumulto d
el paseo. Sin embargo, al girar la cabeza se encontró estando solo en medio de la calle. Frunció el ceño,
ró comprando unas manzanas en una tienda de frutas. Había estado tan absort
lta al
ró hacia su cen
enderse, los adolescentes siempre tenían problemas entre ellos, que más grave o no
. El pelaje brillante del caballo, las vestiduras impecables de tela cara, y la insignia pulida y resplandeciente enga
nhwa sal. MinJoon esquivó su dirección y se escabullo en un estrecho callejón. Se metió por ahí, doblando por el angosto pasillo ha
runcido esperando una respuesta. Uno de sus hom
venido a reclamarle pero alega que no ha tenid
a blusa de un muchachito pelinegro, y envío hacia detrás de su espalda. Una risa corta brotó por los labios de Bae Jung al observar esa acción, le r
azo a torcer por aquellos fracasados ¿O sí? Hacerlo sería cometer una injusticia c
roto las palmas de sus manos
o deme tres semanas más. Se lo suplico
divertía con el sufrimiento y la humillación que provocaba. MinJoon pensaba fervientemente que ninguna vida –ni hasta la que má
nto al encargado habían ido a reclamar el dinero, y formado el disturbio con sus amenazas. El hombre dio un paso al frente con
, sué
dos hombres y arrastrado por la calle de tierra como si fuera una pluma. El muchacho
a peligrar la vida de sus hijos para salvar al niño de otro. Un hombre de larga barba, suspiró cabizbajo, y ensimismado
recía una batalla perdida, el niño ya no luchaba, solo lloraba. MinJoon decidió no perder más tiempo, y enfren
con incertidumbre al joven vestido de negro, otros con temor y rápidamente se alejaron. Bae Jung se dio
obscuro, se posicionó delante del caballo, haciéndole frente, Bae Jung aplastó sus
é? - Escup
la cabeza tratando de ver su rostro, pero solo vio un
diota y sal de mi camino. - E
de espalda al suelo, y corrieron a su llamado. MinJoon alzó la cabeza finalmente, dejando ver la mitad de la cara cubierta por una máscara puli
espadas dio por comienzo una pelea de la que nadie quería ser parte, y la ronda s
y desestabilizando al hombre, le dio un empujón con el
con el arma. Era un hombre grande, que lo dejaba al pelinegro como una ramita débil. Pero se repuso y volvió a atacar, está vez, alzó un poco más la espada e
atentaba contra MinJoon. De reojo el pelinegro vio la sombra del hombre saltar contra él, y con velocidad inclinó su cuerpo hacia abajo, y se corrió al lado, está vez dejando vacío el espacio entre
cuerpo de su aliado caer al suelo s
encontraba, y levantó la espada contra su cuello, repo
rdenó atacar. Los dos titubearon, eran solo bárbaros que se dedicaban a asustar a los indefensos, pero en ese instante se veían a sí mis
ortunidad de defenderse. Sin embargo el hombre estaba consumi
s lanzaban golpes a diestra y a siniestra, pronto iban a cansarse, y MinJoon aprovecho eso a su favor, y no gasto
sus pies hacia delante para empujarlos hacia atrás. El cansancio los hizo bajar los
e. MinJoon le propino una patada en el pecho y cayó a la tierra. Al otro, lo hirió en un gir
omo si recién hubiera empezado. El hombre pateó su tobillo y lo despistó. Con eso a su fav
su antebrazo. El hombre frunció el ceño molesto con su deliberada acción, que parecía burlarse de él. Con un grito se
le había metido a la boca. Intento levantarse, pero el joven lo empu
esto a vengarse se acercó lentamente por detrás del pelinegro. Elevó su espada y la dejo caer con fuerza a la cabeza
s para ver a un muchacho alto de cabello negro r
lavar la punta de la espada en el costado de su abdomen. Él hombre cayó hacia a
que haya apareci
hubieras ta