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Amo de la perversión

Capítulo 3 Carne fresca

Palabras:2690    |    Actualizado en: 07/12/2023

cigarrillo y dejo caer mi espalda contra el espaldar del sillón mientras observo las múltiples pantallas en las que se proyectan las imágenes de las diversas cámaras que están ub

a lista de mis socios más importantes; unos que están dispuestos a pagar mucho dinero para pertenecer a este grupo elitesco y tener el

uy exclusivo y, para disfrutar de sus servicios, tienes que poseer una membresía y estas valen un ojo de la cara. Protegemos la identidad de cada uno de nuestros clientes como un secreto de má

el baile del pequeño objeto

ela

ianza con los gestos de su cara más endurecidos que de costumbre. Su actit

indispuesta ―anuncia Robert. Aquella noticia hace que mi sangre se caliente y que la luz de la habitación se torne de un momento a otro de un rojo muy intenso―. Es la se

que firman y el hecho de que soy muy exigente con la puntualidad. A menos que haya una catástrofe mundial, les está prohibido faltar sin justificaci

tener una noche exclusiva y privada con ella ―aplasto el cigarrillo en el cenicero de cristal y aprieto el puente de mi nariz con ira―, encuentra una sustituta

ella quien escoge a sus clientes. Pocos llegan a tener el honor de ser seleccionados y cuando tienen su oportunidad, deben dejar toda

ra mismo me p

ue salga l

ez que sea necesario―, no quiero dejar esta situación en las manos de una novata, pídele que se presente y haga un dúo con la chica que escojas ―sé que a pesar del contratiempo mi cliente se dará por bie

ho, sale ileso de ello. Me encargaré de hacerle pagar con creces que haya puesto en riesgo todo mi imperio, cerraré todas las puer

iato y la iré a b

principal. Espero que no se haya dejado embrujar por los mismos encantos que hacen que mis clientes vuelvan una y otra vez y paguen altas sumas de dinero, solo para disfrutar de alg

alga de mi oficina―, ¿Vicky no sig

r a las personas, descifrar lo que piensan y sienten antes de que siquiera lo hagan y eso es lo que me permite estar un paso delante de todos y tomar ventaja de mi habilidad. El control y yo, somos como un par de siameses que no pueden funcionar el uno sin el otro. Es la única

, en lo

e. Me mantendré vigilante, no quiero que un coño me trai

mientras me levanto de la silla y aplasto la colilla de cigarrillo en el fondo de

lgún inconveniente, te lo

rme de que mis chicas vacíen los bolsillos de esos malditos arrogantes, destriparlos hasta que no quede nada de ellos,

l descubierto la caja fuerte que está oculta en la parte posterior. En su interior mantengo guardadas mis pertenencias más valiosas e información comprometedora sobre cada uno de mis socios que pued

ocaína que uso como anzuelo para engatusar a cualquiera de mis clientes a la hora que necesite conseguir algún favor de su parte. La droga, el licor y los coños, se convierten en una c

r está por llegar y debo entretenerlo hasta que Vicky aparezca y se haga cargo de la situación. Hay demasiado en

el salón principal. Roto mi cuello y trueno los dedos, antes de abrir las puertas que separa un ambiente silencioso y calmo de

noches

con fuerza para darle cabida a un universo con el que me siento plenamente identificado. La música, las risas, el olor a humo de tabaco, las

os mismos. Sus honorables apellidos, esos que deben resguardar como un tesoro valioso y que les permite mantener un estatus privilegiado en la clase más alta de la sociedad, los obliga a ocultar ese otro lado de sus vidas que no puede quedar al descubierto. Aquí pueden ser ellos mismos, actuar con libertad y disfrutar a

os, de escuchar sus halagos y agradecimientos, me dirijo hasta el

de visita ―le tiendo mi mano para saludarlo―. Espero que su

xclusivamente para él, esté hundida en la champañera para preservar su temperatura ideal, mientras que en su

atisfecho por la elección ―desplaza sus ojos con descaro y hambre sobre el cuerpo de mi bailarina―. Es más que

is bailarinas, es la de entrenarlas y prepararlas para que se conviertan en un arma sexual en potencia. Fue quien dio con ella y la convenció para que trabajara con nosotros. No tengo dudas de que se convertirá en una de las mejores

a camarera y la alzo en honor al trato que acaba de cerrarse―. Salud por la mejor noche de su vida, senador, espero que en algún momento sepa retribuir nuestras bondade

polla tan dura como una vara de acero. Es una maldita diosa de la provocación y, lo que más me complace, es que el senado

ndo Dee-Dee se sienta a horcajadas sobre sus piernas y

arche sobre rueda. Esta será una noche pr

do escucho la voz de Vicky―. ¿Está prepara

cubierto esas hermosas curvas que delinean su cuerpo perfecto y mantiene oculta aquel

s manos de dos de las mejores chicas de nuestro club, como retribución a las molestias ocasion

buscar a Rob para agradecerle en persona que haya resuelto el problema y evitado un inconveniente con unos de nuestros mejores miembros. Camino en dirección hacia los

car

nocencia. Incluso, puedo darme cuenta de que, debajo de ese montón de harapos de baja calidad que viste y que la hacen ver como la digna representante de una congregación religiosa

a tira de las esq

ntes de moverme hacia ella―. Quizás esta noche

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1 Capítulo 1 Prólogo 2 Capítulo 2 Más que amigas3 Capítulo 3 Carne fresca4 Capítulo 4 Lucha de titanes5 Capítulo 5 Premonición6 Capítulo 6 Advertencia7 Capítulo 7 Soy tu dueño8 Capítulo 8 Una lección que nunca olvidará9 Capítulo 9 Manos a la obra10 Capítulo 10 Opciones11 Capítulo 11 Interrupción inesperada12 Capítulo 12 La promesa de un perverso13 Capítulo 13 Mi propio demonio14 Capítulo 14 El reemplazo15 Capítulo 15 Debilidad16 Capítulo 16 El verdadero demonio17 Capítulo 17 Necesidad18 Capítulo 18 Más de lo que había imaginado19 Capítulo 19 Miedo20 Capítulo 20 Mi objetivo21 Capítulo 21 Cuentas pendientes22 Capítulo 22 Poniendo la basura en su lugar23 Capítulo 23 Confesiones24 Capítulo 24 A capa y espada25 Capítulo 25 Suspicacia26 Capítulo 26 El primero27 Capítulo 27 Entre ceja y ceja28 Capítulo 28 El siervo de Dios29 Capítulo 29 Indigna30 Capítulo 30 Con las manos en la masa31 Capítulo 31 La confesión32 Capítulo 32 Mi adversario33 Capítulo 33 Un enemigo en común34 Capítulo 34 Planes concebidos35 Capítulo 35 Aberración36 Capítulo 36 Un hombre, ¿bueno y correcto 37 Capítulo 37 Peligrosa tentación38 Capítulo 38 Una cuestión de principios39 Capítulo 39 Mala semilla40 Capítulo 40 Por las buenas o por las malas41 Capítulo 41 Secreto oculto42 Capítulo 42 Declaración de amor43 Capítulo 43 Una visita sorpresiva44 Capítulo 44 Un hombre sin corazón45 Capítulo 45 En plan acosador46 Capítulo 46 Peligro inminente47 Capítulo 47 La más cruenta de las venganzas48 Capítulo 48 Las fauces del lobo49 Capítulo 49 La mejor experiencia de su vida50 Capítulo 50 Libre albedrío51 Capítulo 51 La otra mujer52 Capítulo 52 Pan comido53 Capítulo 53 El hazmerreír54 Capítulo 54 Su decisión55 Capítulo 55 Otra batalla perdida56 Capítulo 56 Derrotado57 Capítulo 57 Búsqueda frenética58 Capítulo 58 Ajuste de cuentas59 Capítulo 59 A tres metros bajo tierra60 Capítulo 60 Un sentimiento inexplicable61 Capítulo 61 Directo al país de los sueños62 Capítulo 62 Un demonio con sotana63 Capítulo 63 Maleficio vudú64 Capítulo 64 Bruja hechicera65 Capítulo 65 Una extraña e inquietante pesadilla66 Capítulo 66 La solución a todos mis problemas67 Capítulo 67 La decisión68 Capítulo 68 Deseo concedido69 Capítulo 69 Un demonio vestido de ángel70 Capítulo 70 En la palma de su mano71 Capítulo 71 Devoción72 Capítulo 72 El dueño de mi corazón73 Capítulo 73 Lanzándome a una piscina sin fondo74 Capítulo 74 El camino correcto75 Capítulo 75 Nuestra primera aventura76 Capítulo 76 Mi próximo ataque77 Capítulo 77 ¿Quién es esta mujer 78 Capítulo 78 Su perversión79 Capítulo 79 Escape80 Capítulo 80 Sentimientos encontrados81 Capítulo 81 Malestar82 Capítulo 82 El pretendiente83 Capítulo 83 Desde que apareció en mi vida84 Capítulo 84 El discípulo85 Capítulo 85 Confesión inesperada86 Capítulo 86 La prohibición87 Capítulo 87 Huesos polvorientos88 Capítulo 88 Crisis89 Capítulo 89 Un único propósito90 Capítulo 90 Ilusiones robadas91 Capítulo 91 El atentado92 Capítulo 92 Semilla maligna93 Capítulo 93 Un acto de cobardía94 Capítulo 94 Cenizas95 Capítulo 95 Noticias devastadoras96 Capítulo 96 Un hogar feliz y maravilloso97 Capítulo 97 Mi única esperanza98 Capítulo 98 Mi último aliento99 Capítulo 99 Ama de la seducción (Libro 2) Prólogo 100 Capítulo 100 Ama de la seducción (Libro 2) Isabella De Luca