Amo de la perversión
cigarrillo y dejo caer mi espalda contra el espaldar del sillón mientras observo las múltiples pantallas en las que se proyectan las imágenes de las diversas cámaras que están ub
a lista de mis socios más importantes; unos que están dispuestos a pagar mucho dinero para pertenecer a este grupo elitesco y tener el
uy exclusivo y, para disfrutar de sus servicios, tienes que poseer una membresía y estas valen un ojo de la cara. Protegemos la identidad de cada uno de nuestros clientes como un secreto de má
el baile del pequeño objeto
ela
ianza con los gestos de su cara más endurecidos que de costumbre. Su actit
indispuesta ―anuncia Robert. Aquella noticia hace que mi sangre se caliente y que la luz de la habitación se torne de un momento a otro de un rojo muy intenso―. Es la se
que firman y el hecho de que soy muy exigente con la puntualidad. A menos que haya una catástrofe mundial, les está prohibido faltar sin justificaci
tener una noche exclusiva y privada con ella ―aplasto el cigarrillo en el cenicero de cristal y aprieto el puente de mi nariz con ira―, encuentra una sustituta
ella quien escoge a sus clientes. Pocos llegan a tener el honor de ser seleccionados y cuando tienen su oportunidad, deben dejar toda
ra mismo me p
ue salga l
ez que sea necesario―, no quiero dejar esta situación en las manos de una novata, pídele que se presente y haga un dúo con la chica que escojas ―sé que a pesar del contratiempo mi cliente se dará por bie
o, sale ileso de ello. Me encargaré de hacerle pagar con creces que haya puesto en riesgo todo mi imperio, cerraré todas las puerta
iato y la iré a b
principal. Espero que no se haya dejado embrujar por los mismos encantos que hacen que mis clientes vuelvan una y otra vez y paguen altas sumas de dinero, solo para disfrutar de alg
alga de mi oficina―, ¿Vicky no sig
r a las personas, descifrar lo que piensan y sienten antes de que siquiera lo hagan y eso es lo que me permite estar un paso delante de todos y tomar ventaja de mi habilidad. El control y yo, somos como un par de siameses que no pueden funcionar el uno sin el otro. Es la única
, en lo
e. Me mantendré vigilante, no quiero que un coño me trai
mientras me levanto de la silla y aplasto la colilla de cigarrillo en el fondo de
lgún inconveniente, te lo
rme de que mis chicas vacíen los bolsillos de esos malditos arrogantes, destriparlos hasta que no quede nada de ellos,
l descubierto la caja fuerte que está oculta en la parte posterior. En su interior mantengo guardadas mis pertenencias más valiosas e información comprometedora sobre cada uno de mis socios que pued
ocaína que uso como anzuelo para engatusar a cualquiera de mis clientes a la hora que necesite conseguir algún favor de su parte. La droga, el licor y los coños, se convierten en una c
r está por llegar y debo entretenerlo hasta que Vicky aparezca y se haga cargo de la situación. Hay demasiado en
el salón principal. Roto mi cuello y trueno los dedos, antes de abrir las puertas que separa un ambiente silencioso y calmo de
noches
con fuerza para darle cabida a un universo con el que me siento plenamente identificado. La música, las risas, el olor a humo de tabaco, las
os mismos. Sus honorables apellidos, esos que deben resguardar como un tesoro valioso y que les permite mantener un estatus privilegiado en la clase más alta de la sociedad, los obliga a ocultar ese otro lado de sus vidas que no puede quedar al descubierto. Aquí pueden ser ellos mismos, actuar con libertad y disfrutar a
os, de escuchar sus halagos y agradecimientos, me dirijo hasta el
de visita ―le tiendo mi mano para saludarlo―. Espero que su
xclusivamente para él, esté hundida en la champañera para preservar su temperatura ideal, mientras que en su
atisfecho por la elección ―desplaza sus ojos con descaro y hambre sobre el cuerpo de mi bailarina―. Es más que
is bailarinas, es la de entrenarlas y prepararlas para que se conviertan en un arma sexual en potencia. Fue quien dio con ella y la convenció para que trabajara con nosotros. No tengo dudas de que se convertirá en una de las mejores
a camarera y la alzo en honor al trato que acaba de cerrarse―. Salud por la mejor noche de su vida, senador, espero que en algún momento sepa retribuir nuestras bondade
polla tan dura como una vara de acero. Es una maldita diosa de la provocación y, lo que más me complace, es que el senado
ndo Dee-Dee se sienta a horcajadas sobre sus piernas y
arche sobre rueda. Esta será una noche pr
do escucho la voz de Vicky―. ¿Está prepara
cubierto esas hermosas curvas que delinean su cuerpo perfecto y mantiene oculta aquel
s manos de dos de las mejores chicas de nuestro club, como retribución a las molestias ocasion
buscar a Rob para agradecerle en persona que haya resuelto el problema y evitado un inconveniente con unos de nuestros mejores miembros. Camino en dirección hacia los
car
nocencia. Incluso, puedo darme cuenta de que, debajo de ese montón de harapos de baja calidad que viste y que la hacen ver como la digna representante de una congregación religiosa
a tira de las esq
ntes de moverme hacia ella―. Quizás esta noche