La revancha del dragón

, Karim tiene un brillo extraño en la mirada, algo está ocultando. Lo que sea que hayan planeado, no puede ser bueno porque Lucas no es alguien de fia

. Pero debo llegar a la escuela de mierda, tengo examen

tono empieza a irritar

, a pesar de que me exigía en exceso algo que ningún padre le desearía a su hija. Siempre he pensado que ser hijo de monteros es una mierda porque no

su hija durante tanto tiempo del mundo de sangre en el que estuve metida desde que tengo memoria. Por todos los santos, es cóm

las consecuencias, es otro asunto. Pero

ión para la familia y una vergüenza —un nudo aparece en mi garganta—. Pude haber muerto, tú mismo lo has dicho, Karim. Mi situación es deplorable y es solo un maldito milagro que siga viva. Y así mi cadáver se estuviera p

o, sé que se irá para darme privacidad,

tivo—. Y vamos a ir. No podrás escapar de esto. Ya después h

o ganas de ver monteros otra vez y menos aún de ver a Siena. Sin embargo, sé que escabullirse no será tan fácil, pues Lucas no se va sin lograr el

otección en dado caso de que un místico nos atacara, me temo que será su

quí. Su silencio es tan incómodo que da pena, ellos realmente nunca tuvieron mucho d

n, detiene la tarea y me mira fijamente. Después es el tur

aces, V

gura—. Me cansé de que me

no venenoso, que debí dispararle en ese momento—

tu puta cara ni la de Siena ni la de mo

eta—. Estaremos los dos juntos, ni si

ucas no despega su mirada de la mía—. Era obv

un quejido de dolor, pues esta lo rozó. No pierdo el tiempo y vuelvo a disparar, pero mi puntería ha decrecido increíblemente, le doy al g

nte con el arma en la frente. Su quejido es casi música para mis oídos. Suelto una risa que no sé de dón

se pierden conforme más me alejo. Me centro en correr, en pedirle a mis piernas que avancen lo más rápido posible, no puedo dejar que me alca

ogadicta, era bueno para conseguir marihuana de cierta calidad por un precio considerable. Y, sobre