La revancha del dragón

ual

r no querer darme el dinero que me corresponde por herencia. Carajo, así como él tuvo todo el derecho de reclamar su cuenta

ra tan cuantiosa como para no hacer nada toda mi vida, pero era lo suficientemente grande co

—digo a través del teléfono—. Necesito el

asta que estés limpia. No voy a permitir que con el d

les pasar la peor vergüenza de la historia según ellos, yo casi esperaba que nos dejaran a nuestra suerte. Pe

este preciso momento—. Y el dinero l

lemne—. Si no te alcanza siempre puedes v

e dan la comida de forma que me he acostumbrado a solo tomar dos comidas al día: Una financiada por mí y la otra financiada por el trabajo de mesera

era el proceso, no esperaba que tuviera el estúpido bicho adentro. Al principio quise dejar que tomara su curso y esperar la muerte gusto

gusto de terminar una licenciatura, así no fuera con las mejores notas. Y eso me ayudaría a ver si realmente merecía continuar e

ue él me gritara y amenazara con olvidarse de mí para siempre y que ya no le importaría lo que ocurriera conmigo, sé que es mentira. V

va a

e vivir sin estar desvelándose por preguntarse qué mierda hago con mi vida, no puedo. Peor aún, no q

, yo soy un demonio, una mala persona que marchita

rque no obtengo comida gratis, lo que sí obtengo es un rato de autoflagelación mental y recuerdos que he luchado arduamente por enterrar hasta

vos —Jossy aparece arrastrando l

a rebanada en un gesto de salud y

lamenta—. Mi jefe es un explotador d

ía prometiendo que absolutamente todo el dinero será bien gastado, antes que todo está la sincerid

ndo empieza

bebe un largo trago de leche—.

spondo esp

fiesta, solo hay que esperar a que el sol se ponga

diar con clientes borrachos, burdos e imbéciles o con chicas que solo por haberle gustado a su novio te querían romper la cara. Yo jamás coqueteé con un solo hijo de puta, siempre me incliné a ser una persona cero entr

jor para mí, pero solo funcionó para hacerme más pobre, pu

era que cada vez que iba, tenía barra libre

legrarte, mi amor —Tico voltea y alza la mano a modo

po trabajando en Selix y mi santa Claus en cualquier época del año. Con una sonrisa ancha se acerca c

permite disfrutar de la mejor manera que quieras. Puedes moverte a tu antojo y medida, puedes reír, g

canción me hace sentir única, me hace revivir. Bebo como si no hubiera un maldito mañana, como si fuera u

que empiece e

ión. Acto seguido, la imito. Es éxtasis, es felicidad artificial, es risa y es descontrol. Por un momento todo es bello, todo

mento pasa. Es h

s desenfocadas. Me sostengo de paredes para evitar caer, avanzo a trompicones intentado esquivar a la gente que baila, que faja,

an elegante, tan vacío. Unas chicas se maquillan frente al espejo, hablan entre sí de alguna mierda e

debo entrar en pánico; el suelo no se mueve bajo mis pies, mi cabeza no está dando vueltas, solo estoy drogada, ebria y maldita sea, tengo una enferme

ofunda me pide no hacerlo, me pide solo levantarme, lavarme las manos y tomar camino a casa. Pero la voz es muy tenue, me quiere engañar, quiere que me hunda en la más profund

pón es ligeramente doloroso, pero es supla

uiero hablar o gritar, pero es como si no fuera yo. Oh, mierda, oh, infierno ¿Qué está pasando? Sé que sigo respirando solo

do estará bien, solo necesito hacer

sanando, se ve mucho mejor, pero le falta un par de días para cicatrizar por completo. Necesito deshacerme de esta sensación que me va

uerte. Y ver la mía es aún peor. El dolor me ayuda a dejar de lado la s

iones son duras como un motor. La cabeza me sigue

rada muerta está mucho peor, mis ojeras remarcan mis ojos apagados y mi cabello está hech

pero no van a caer, nunca lo han hecho y nunca lo harán. Me lleno de la música mie

o en mi hombro me sobresalt

usto en la barra. Llego tambaleante e intento poner mi mejor sonrisa, la cual se borra cuando reconozco al hij

olvía a ver —balbuce

r mis mejores golpes, pero alguien m