Novia del Señor Millonario
Cariño, déjalo y ven conmigo
El regreso de la esposa no deseada
Yo soy tuya y tú eres mío
Tesoro de CEO
La segunda oportunidad en el amor
Mi encuentro con un misterioso magnate
La venganza de la heredera genio oculta bajo la máscara
Mimada por el despiadado jefe clandestino
No me dejes, mi querida mentirosa
En un pasillo poco iluminado, Thea Russell estaba borracha mientras se apoyaba contra la fría pared y observaba a un hombre que se acercaba.
Era alto y delgado, con una cintura estrecha y un encantador trasero. Luego, la chica vio su rostro.
¡Qué atractivo!
Los acompañantes de ese club eran famosos por su apariencia y él no era la excepción.
¡Siendo un hombre de unos treinta años, era increíblemente guapo!
Thea no pudo resistirse y se lanzó a sus brazos. Su familia la había obligado a tener un matrimonio arreglado con un viejo, así que, ¿por qué no gastar dinero para disfrutar de la compañía de un apuesto hombre primero?
"Mil dólares", sosteniéndolo, Thea alzó la cabeza y dio un precio, sin dejar de observarlo.
Colton Reynolds, que había estado buscando a alguien, de repente se vio envuelto por el abrazo de una joven mujer. Su calidez y el olor a alcohol en su aliento hicieron que frunciera el ceño. Justo cuando estaba por alejarla, vio su rostro y se dio cuenta de que le resultaba muy familiar.
Hacía un par de semanas, Talia Reynolds, su madre, lo había bombardeado con fotografías de posibles novias de familias adineradas, exigiéndole que eligiera una.
Fue entonces cuando llamó su atención una chica con un encanto tranquilo y cautivador.
Después de hacer su elección, regresó a Akarough por un asunto urgente y envió a alguien a la casa de la familia Russell para que formalizara el acuerdo. Pero no esperaba encontrarse con la misma chica que había elegido en ese club.
Al ver que el hombre seguía en silencio, Thea se armó de valor y aumentó su oferta. "¡Mil quinientos dólares!".
Colton siguió mirando a la mujer en sus brazos. Su rostro enrojecido y el desconcierto en sus ojos sugerían que había consumido mucho alcohol.
"Déjame llevarte a casa...".
Antes de que Colton pudiera terminar de hablar, Thea se puso de puntillas para besar sus labios.
El beso fue suave y dulce, y lo tomó por sorpresa.
Thea no pudo resistirse más, lo empujó contra la pared y se abalanzó para darle otro beso.
"¡Dos mil dólares! ¡Es mi oferta final!".
Le faltaba dinero, así que no podía pagar más.