Una esposa para mi hermano
Yo soy tuya y tú eres mío
El camino a reparar tu corázon
Vuelve conmigo, amor mío
El regreso de la heredera adorada
La segunda oportunidad en el amor
Tener hijo con mi mejor amigo
Enamorarme de ella después del divorcio
El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
¿Quién se atreve a cortejar a mi reina encantadora?
El teléfono que estaba sobre la mesita de noche era lo único que se escuchaba dentro de la enorme habitación, el sonido constante del dispositivo irritó de sobre manera a Anne Luo.
Ella luchó por agarrar las sábanas mientras chasqueaba sus dientes e intentaba despertar al hombre a su lado. Pero antes de que pudiera pronunciar palabra alguna Kevin Fu se colocó encima de ella en un rápido movimiento, haciéndole gemir de placer.
Quedó tan extasiada que solo tenía fuerzas para apretar la mandíbula.
Su cuerpo estaba completamente inmóvil debajo de su esposo.
Luego de recomponerse, el hombre se quitó de encima del cuerpo de Anne y, sonriendo perezosamente, extendió la mano hacia el celular para atender finalmente la llamada.
"Cariño, llegaré pronto. ¿Me estás esperando en la sala?". Luego de una breve pausa asintió diciendo: "Dame 5 minutos para darme una ducha primero, ¿de acuerdo? Te amo".
El hombre era increíblemente alto y corpulento, sus fuertes y tonificados músculos le hacían lucir encantador y sexy al mismo tiempo, especialmente con el sudor corriendo por toda su piel. Sin embargo, había algo de calidez y ternura en sus ojos, lo que no daba lugar a dudas de todo el amor y cariño que guardaba.
Pese a ello, Anne sabía muy bien que esa mirada amorosa no era por ella.
Su ternura le pertenecía solamente a una persona.
Escuchar su voz tan dulce hizo que se recompusiera al instante.
Completamente sumida en sus pensamientos, la mujer tomó la manta que había caído al suelo y se envolvió en ella, mientras Kevin Fu entraba al baño para darse una ducha.
Debido a que el hombre dejó la puerta abierta, ella podía escuchar desde la cama el sonido del agua cayendo en las baldosas.
Mientras tanto, ella recorrió la habitación con su mirada dándose cuenta de que todo lo que había dentro de la misma era importado, lo cual quería decir que cada uno de los artículos habían costado una fortuna.
Anne había estado en muchos hoteles cinco estrellas y, realmente, no encontraba diferencias entre aquellas habitaciones y las que formaban parte de la villa de la familia Fu.
"Necesito que bajes y tomes unas fotos para mí", le ordenó Kevin saliendo del baño e interrumpiendo sus pensamientos.
Su tono de voz volvió a ser frío y cortante, tratándola como un objeto más de su colección.
Era más que evidente el desprecio que sentía por ella, pese a que era su esposa, no existía amor alguno entre ellos.
Hacía mucho tiempo que su matrimonio había pasado a ser solo una obligación. Es por esto que todas las noches se acostaban juntos de manera automática, ya que, la cláusula más importante del contrato establecía que ella debía quedar embarazada de él antes de finalizar el año.
De no cumplir con ello, se especificaba que le serían arrebatadas sus acciones del Grupo AN y, en consecuencia, sería expulsada inmediatamente de la ciudad.
No existía otra empresa que pudiera compararse con el Grupo AN que encabezaba la lista de la revista Forbes.
En cuanto a cerrar tratos exitosamente, su presidente: Kevin Fu, era el mejor que había. Siendo solo un adolescente de diecisiete años logró duplicar el valor de la empresa y aumentar las acciones de esta, llevándola a ser la número uno de Forbes.
Se ganó el lugar del 'Esposo perfecto' por tres años consecutivos, todas las mujeres deseaban casarse con él. Además, se ganó el título de 'El hombre más legendario a través del mundo'.
Con tan solo escucharlo hablar, Anne supo que su querida novia ya estaba esperándolo abajo.
"No soy una fotógrafa profesional", dijo con sinceridad.
"Te di una orden y debes cumplirla, así que baja y toma las fotos", expresó Kevin mientras la miraba fijamente. Su mirada era tan fría y oscura como la noche. "¿Realmente eres tan estúpida como para no saber cómo usar un teléfono? De ser así, tal vez no deberías tener el cargo de vicepresidente en el Grupo AN".
"¡Tú...!", comenzó a decir Anne, pero se contuvo. El odio y la ira subieron como lava ardiente dentro de ella, pero lo único que pudo hacer fue apretar la mandíbula.
El hombre caminó hacia la puerta de la habitación con aires de superioridad y, sin voltear a mirarla, le dijo: "No olvides que esta noche tienes que asistir a la cena en el restaurante del hotel 'Nube y Cielo'. Si llegas tarde y llega a haber alguna pérdida por tu culpa, tendrás que compensarlo todo".
Anne lo miró fijamente y apretando los puños mientras salía del lugar, la rabia que sentía era tan fuerte que por poco le salía fuego por los ojos. Para él, no existía nada más importante que su querida novia.
Tratando de calmarse un poco, aflojó sus manos y se dirigió hacia su armario para buscar la ropa que usaría durante la velada.
Para poder conservar sus acciones en la empresa, debía soportar los desplantes y malos tratos, pero ¿era ese realmente su único objetivo? Su corazón se estremeció al pensarlo.
Sus ojos brillaban de pura tristeza.
Luego de un largo rato divagando en sus pensamientos, finalmente decidió usar un vestido largo. Al pasar la prenda por su cuerpo notó una incomodidad en su zona íntima, Kevin siempre era muy brusco al tener relaciones sexuales con ella, más allá de eso, no tenía ninguna marca o algo visible.
La menospreciaba cada vez que lo hacían.
Él ni siquiera la miraría de no existir un contrato de por medio.
Tratando de ocultar el dolor en sus genitales, bajó las escaleras hacia la sala.
Kevin ya se encontraba tomándose fotos con su amada Cherry Ye al momento en que Anne terminó de bajar.
El vestido que usaba Cherry era tan blanco como la nieve, este remarcaba su figura a la perfección y realzaba la belleza de su rostro.
Daban la impresión de ser una pareja creada por los mismísimos dioses.
El hombre por fin se percató de la presencia de su esposa.
Rápidamente, la sonrisa en su rostro se esfumó. "¿Por qué te tardaste tanto?", dijo con irritación.
Una vez más, Anne intentó cubrir su ira con una respiración profunda. En ese momento, su único pensamiento era estrellar la cara del hombre contra la pared.
Mientras Cherry Ye se encontraba acurrucada en los brazos de su amado, le dirigió una mirada a su prima Anne y le sonrío a manera de disculpa a la vez que le expresaba: "Fue Kevin quien insistió mucho en la idea de publicar una foto de los dos juntos en nuestras redes sociales. Quiere que ese sea uno de mis regalos de cumpleaños y dijo que lo haría cada año".
Sin prestarle atención a la explicación de su prima, Anne extendió la mano hacia su esposo, "Dame tu teléfono", dijo secamente.
Al tiempo que le sonreía a Cherry con cariño, prácticamente le lanzó el celular a su esposa.