Agosto 2, 2005.
Tener las mejores vacaciones de tu vida y encontrar a la única persona capaz de entenderte es algo que no tiene precio, perderlo por azares del destino es algo inevitable; en especial si tu familia, tus propios padres, fueron quiénes hicieron lo posible para que se conocieran; y duele más cuando son ellos los que ahora los separan.
"Es el destino, hija mía". Fueron las palabras de mi padre al decirnos que era momento de regresar y lo entendía, de verdad lo entendía, pero eso no quitaba el hecho de saber que mis hermanos, hermanas y yo quedáramos destrozados.
Siempre hemos estado rodeados de un mar de lujos, todo lo que queremos nos lo dan, no éramos caprichosos; el destino si lo era. Fuimos educados en los mejores colegios, hemos mantenido el nombre de nuestra familia en alto, sin que los medios nos descubran, saben de nuestra existencia, pero nuestros padres son muy reservados y nos tienen en una pequeña burbuja hermética que nadie había logrado pasar y si lo han hecho, ellos han encontrado la forma de evitar que salgamos a la luz.