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Me desperté con el incesante murmullo de la televisión y la voz de mi suegra, Doña Carmen, quejándose de la leche. No era un sueño; el calendario marcaba la misma fecha fatídica en que mi vida se había desmoronado. Este día, esta escena, ya la había vivido, hasta la humillación de la maceta robada y el insoportable Jorge defendiendo a su madre ladrona. Cinco años en prisión, abandonada y traicionada por el hombre que amaba, todo por la cleptomanía de mi suegra, una enfermedad que mi familia política se negaba a ver como tal, mientras yo perdía mi vida. Pero esta vez, al mirarme en el espejo, supe que no sería la víctima; la que iría a la cárcel sería ella, lo juro.
Me desperté con el incesante murmullo de la televisión y la voz de mi suegra, Doña Carmen, quejándose de la leche.
No era un sueño; el calendario marcaba la misma fecha fatídica en que mi vida se había desmoronado.
Este día, esta escena, ya la había vivido, hasta la humillación de la maceta robada y el insoportable Jorge defendiendo a su madre ladrona.
Cinco años en prisión, abandonada y traicionada por el hombre que amaba, todo por la cleptomanía de mi suegra, una enfermedad que mi familia política se negaba a ver como tal, mientras yo perdía mi vida.
Pero esta vez, al mirarme en el espejo, supe que no sería la víctima; la que iría a la cárcel sería ella, lo juro.
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Romance
Eli Vargas, la discreta esposa secreta del magnate del tequila Ricardo Montoya, lleva tres años de matrimonio invisible, consumida por la indiferencia de un hombre obsesionado con su exnovia, Sofía de la Garza. En su propio cumpleaños, Ricardo la deja plantada, corriendo a consolar a Sofía, su "amor de juventud", recién llegada de París, como si Eli nunca hubiera existido. Humillada y con el corazón destrozado, Eli decide que es hora de escapar de esa jaula dorada y poner fin al suplicio, planeando vengarse sutilmente de la arrogante Sofía para facilitar el divorcio. Pero justo cuando la libertad parece un soplo cercano, la vida le lanza una cruel e inesperada bofetada: un embarazo no deseado, la condena a perpetuar su propia miseria en una nueva vida. ¿Cómo podría traer un hijo al mundo de un hombre que ignora su existencia, condenándolo a una vida de desamor y abandono como la suya? Eli toma la decisión más dolorosa y valiente de su vida: elige su libertad y la dignidad de un futuro sin el lastre de un amor no correspondido, aunque eso signifique borrar una parte de sí misma. Ahora, con su venganza y un secreto devastador en mano, Eli está lista para un nuevo comienzo, pero el destino le tiene preparada una última jugada familiar... una que convertirá el "amor verdadero" de Ricardo en el mayor escándalo de la jet set mexicana.
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Urban romance
La tarde en que Ricardo regresó, el sol implacable bañaba los impecables jardines de la mansión Vargas, casi tan cegador como el traje de lino blanco que él vestía. Un deportivo, escandaloso y ostentoso como su dueño, derrapó sobre la grava, soltando a una mujer pálida y frágil, aferrada a él como si su vida dependiera de ello: Camila Soto, la influencer desaparecida. Los vi entrar por el ventanal, sin invitación, como si la casa aún les perteneciera, ignorando a una Lupe que intentaba detenerlos. "Vengo a verla a ella," dijo él, su sonrisa torcida, esa misma sonrisa de hace tres años cuando me dejó plantada en el altar, diciendo que buscaba su «espíritu» en un rancho. "Sofía," espetó, su voz cargada de una autoridad inexistente, "veo que sigues aquí, como una buena perra fiel esperando a su amo." Luego, Ricardo se desplomó en el sofá de cuero de Alejandro, su padre, y dijo: "Hemos vuelto para quedarnos." Mi corazón no tembló, solo una fría calma, la calma de quien espera una tormenta anunciada, porque sabía que él no era el rey, y yo ya no era la ingenua que él había abandonado. Él no sabía que, con Alejandro, había encontrado dignidad, un hogar y un amor profundo que sanó las heridas de su traición. Me di la vuelta para ir a la cocina, con sus miradas clavadas en mi espalda, pensando que yo seguía siendo la misma Sofía. Pero justo en ese momento, una pequeña figura se lanzó hacia mí, riendo a carcajadas. "¡Mami, te encontré!" Un niño de dos años, con el cabello oscuro y los ojos brillantes de Alejandro, se abrazó a mi pierna, ajeno a la gélida tensión que se cernió sobre el salón. "Mami," preguntó con su vocecita clara, "¿Quiénes son?"
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Urban romance
Estaba allí, por centésima vez, un anillo en mi bolsillo y la esperanza en mi mirada, listo para sellar siete años de amor y paciencia con Sofía, la reina de los bienes raíces. Pero mi mundo perfecto se derrumbó con una vibración en mi teléfono: la vi, en la pantalla, en un festival masivo, besando apasionadamente a otro en un video que ya era viral. La humillación no fue privada; se volvió un espectáculo público, el entretenimiento de la tarde para millones, mientras las notificaciones zumbaban y las miradas de lástima me taladraban el alma. ¿Cómo pudo hacerme esto? ¿Cómo la mujer por la que lo di todo, me expuso a la burla más cruel imaginada? ¿Acaso mi lealtad era solo un chiste para ella? Apagué el teléfono, y con la dignidad hecha jirones, me levanté y supe que era el momento de dejar de esperar por ella y empezar a vivir para mí.
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Romance
Mi esposo, Mateo Vargas, me ha pedido el divorcio siete veces. Cada vez, la misma excusa: "Valentina ha regresado a México y la necesito" . Y cada vez, yo, Sofía Romero, su "esposa" que él desechaba como un pañuelo usado, firmaba los papeles. Siete humillaciones públicas, siete rondas de susurros a mis espaldas, siete colecciones de actas de divorcio que ya parecían cromos. Sacrifiqué mi carrera como diseñadora, mis sueños, mi dignidad, todo por ser la esposa perfecta que él nunca valoró. Pero esta octava vez, mientras él me sonreía perezosamente y prometía regresar en tres meses para volver a casarse, algo cambió dentro de mí. ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Tan desesperada por una migaja de su amor que no veía la toxicidad? La risa que solté fue amarga, sin alegría, como la historia de mi vida con él. "No te preocupes", le dije, mi voz con un filo helado que nunca antes había usado. "Esta vez, haré las cosas diferente yo también." No hubo lágrimas, no hubo gritos, solo una calma aterradora que lo descolocó por completo. "Cuando vuelvas, ya no estaré." Se que se siente aliviado, pensando que no habrá drama esta vez. Pero lo que no sabe es que esta vez, el juego ha cambiado. Porque en mi mente, un plan completamente diferente ya estaba en marcha, uno que no incluía ninguna boda, ninguna reconciliación. Uno que no lo incluía a él. Y esta vez, Sofía Romero no solo se irá, se levantará, se transformará. La venganza es un plato que se sirve frío, y yo sé esperar.
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Urban romance
Mi esposo, Adrián, me llamó por teléfono. Para salvar la carrera de su amante, la famosa actriz Liliana Requena, me pidió que fingiera mi propio secuestro y me echara la culpa para desviar la atención de los medios. Pero eso no fue todo. Con una frialdad que me heló la sangre, me exigió que abortara a nuestro bebé. "Liliana no puede soportar más estrés" , me dijo. Me negué a perder a mi hijo, pero él, para proteger a su amada, me empujó con una fuerza brutal. Mientras yo sangraba en el suelo, él se fue con ella sin mirar atrás. Su madre fue aún más lejos: me encerró en una hacienda bajo un sol infernal hasta que perdí a mi bebé. Mientras me desangraba sola, recibí un mensaje suyo: "Lo siento, mi amor. Te lo compensaré" . Con el corazón hecho pedazos y el alma vacía, tomé mi teléfono y marqué un número que me había prohibido a mí misma durante años. La voz que respondió era la de mi padre, Augusto Sierra, el dueño del Grupo Sierra.
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Moderno
Hace cinco años, mi propia familia me destruyó. Mi hermana adoptiva, Calista, atropelló a una persona estando borracha, y mis padres me suplicaron que yo asumiera la culpa por ella. Al negarme, ellos mismos me entregaron a la policía. Hoy, después de cinco años en prisión, por fin soy libre. Afuera me espera mi prometido, Leonardo, el hombre que juró casarse conmigo en cuanto saliera. Pero su actitud es fría. Me abandona en la puerta de la cárcel para correr al lado de Calista, quien supuestamente sufre otra crisis depresiva. Mis padres, que tampoco vinieron a recogerme, le organizan una fiesta de "bienvenida", mientras a mí me alojan en un diminuto cuarto de servicio sin ventanas. El golpe final llega cuando anuncian que Leonardo se casará con Calista para "darle la estabilidad que necesita para sanar". Él lo justifica diciendo que le debe la vida a Calista porque ella le donó un riñón. Pero la donante fui yo. No solo me robaron mi libertad, mi futuro y a mi prometido, sino también el sacrificio más grande que hice por amor. En la oscuridad de mi habitación, encuentro un correo electrónico: la oferta para unirme a un proyecto de investigación en el extranjero ha sido reactivada. Tengo diez días. No solo me iré, desapareceré. Pero antes, les dejaré un regalo: un diario y los expedientes médicos que revelarán cada una de sus mentiras.
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Yo era el ancla de mi esposo, Kilian, el multimillonario genio de la tecnología. La única persona capaz de ponerle los pies en la tierra a su alma caótica. Pero cuando mi hermano estaba muriendo, Kilian le dio los fondos que podrían haberlo salvado a su amante para construir un santuario multimillonario para gatos. Después de que mi hermano murió, me dejó desangrándome en un accidente de auto para salvarla a ella. La traición final llegó cuando intenté solicitar el divorcio y descubrí que todo nuestro matrimonio era una mentira. El acta, una falsificación cuidadosamente elaborada. Había construido mi mundo sobre cimientos de engaño para asegurarse de que nunca pudiera dejarlo, de que nunca tuviera nada propio. Así que llamé al único hombre que había rechazado años atrás y comencé mi plan para quemar su imperio hasta los cimientos.
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Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
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Después de que Ellie recuperara su verdadera identidad, se encontró en un inesperado matrimonio con el Sr. Thorpe, un hombre lisiado que era despreciado por todos. Su exnovio infiel aguardaba su arrepentimiento, mientras los demás la miraban con sorna. Sin embargo, para Ellie, su aclamado bar no era más que un proyecto secundario. Su vasta colección de joyas parecía trivial. Los mejores diseñadores estaban a su disposición. Poseía autos de lujo, grandes mansiones e incluso islas privadas. Tenía el poder de ganar prestigiosos premios y vengarse de su infiel ex y de la amante descarada de este. No obstante, para los extraños, su vida parecía aburrida, ensombrecida por la discapacidad de su marido. Un día, el Sr. Thorpe se levantó de su silla de ruedas, incapaz de mantener la fachada por más tiempo. "Ya no puedo seguir fingiendo. Mi mujer es demasiado extraordinaria", declaró. Ellie, con las manos en la cintura y los dientes apretados, se enfrentó a él: "¿Y el divorcio que prometiste?". Tocándole suavemente el vientre ligeramente abultado, el Sr. Thorpe respondió en voz baja: "¡En tus sueños!".
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"Tú necesitas una novia y yo un novio. ¿Por qué no nos casamos?". Abandonados ambos en el altar, Elyse decidió casarse con el desconocido discapacitado del local de al lado. Compadecida de su estado, la chica prometió mimarlo una vez casados, pero no sabía que en realidad era un poderoso magnate. Jayden pensaba que Elyse se había casado con él solo por su dinero, por eso planeaba divorciarse cuando ya no le fuera útil. Sin embargo, tras convertirse en su marido, él se enfrentó a un nuevo dilema: "Ella sigue pidiéndome el divorcio, ¡pero yo no quiero! ¿Qué debo hacer?".
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Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
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Kaelyn dedicó tres años a cuidar de su esposo tras un terrible accidente. Pero una vez recuperado del todo, él la dejó de lado y trajo a su primer amor del extranjero. Devastada, Kaelyn decidió divorciarse mientras la gente se burlaba de ella por haber sido desechada. Después se reinventó, convirtiéndose en una cotizada doctora, una campeona de carreras de auto y una diseñadora arquitectónica de fama internacional. Incluso entonces, los traidores se burlaban con desdén, creyendo que ningún hombre iba a aceptar a Kaelyn. Pero entonces el tío de su exesposo, un poderoso caudillo militar, regresó con su ejército para pedir la mano de Kaelyn en matrimonio.


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