Cien Veces Me Rompiste, Una Vez Renací

Cien Veces Me Rompiste, Una Vez Renací

Gavin

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Diez años casada con un magnate, y el aniversario de nuestras bodas era siempre un show de humillación pública. Pero esa noche, Mateo me obligó a despojarme de las perlas que me dio en nuestra boda frente a todos, para luego forzarme a entregar mis Louboutin a su amante, una bailarina de bar con un vestido demasiado corto. Su burla no terminó ahí: me arrinconó en el balcón, y desde allí, impotente, escuché cómo mi teléfono sonaba con la llamada del hospital, una llamada que nunca pude contestar. Más tarde, cuando las cenizas de mi madre, muerta en un trágico accidente, fueron esparcidas y profanadas por su amante Isabella, algo en mí se rompió por completo. Acorralada y sin nada que perder, levanté un candelabro y golpeé a la mujer, solo para ser arrastrada para una transfusión de sangre forzada que la salvaría, mientras Mateo sonreía. Y luego, el golpe final: Isabella, a quien acababa de salvar, desconectó el respirador de mi padre y se libró de mi último lazo de sangre, con la complicidad silenciosa de mi esposo. Con el alma destrozada y el corazón convertido en ceniza, ¿cómo podría encontrar la fuerza para escapar de los horrores que mi vida se había vuelto? Fue entonces cuando la púa de guitarra que un enigmático desconocido me entregó se convirtió en mi último asidero, la promesa de una libertad por la que estaba dispuesta a luchar.

Introducción

Diez años casada con un magnate, y el aniversario de nuestras bodas era siempre un show de humillación pública.

Pero esa noche, Mateo me obligó a despojarme de las perlas que me dio en nuestra boda frente a todos, para luego forzarme a entregar mis Louboutin a su amante, una bailarina de bar con un vestido demasiado corto.

Su burla no terminó ahí: me arrinconó en el balcón, y desde allí, impotente, escuché cómo mi teléfono sonaba con la llamada del hospital, una llamada que nunca pude contestar.

Más tarde, cuando las cenizas de mi madre, muerta en un trágico accidente, fueron esparcidas y profanadas por su amante Isabella, algo en mí se rompió por completo.

Acorralada y sin nada que perder, levanté un candelabro y golpeé a la mujer, solo para ser arrastrada para una transfusión de sangre forzada que la salvaría, mientras Mateo sonreía.

Y luego, el golpe final: Isabella, a quien acababa de salvar, desconectó el respirador de mi padre y se libró de mi último lazo de sangre, con la complicidad silenciosa de mi esposo.

Con el alma destrozada y el corazón convertido en ceniza, ¿cómo podría encontrar la fuerza para escapar de los horrores que mi vida se había vuelto?

Fue entonces cuando la púa de guitarra que un enigmático desconocido me entregó se convirtió en mi último asidero, la promesa de una libertad por la que estaba dispuesta a luchar.

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Tentu, saya akan menambahkan POV (Point of View) ke setiap bab sesuai dengan permintaan Anda, tanpa mengubah format atau konten lainnya. Gabriela POV: Durante cinco años crié al hijo de mi esposo como si fuera mío, pero cuando su ex regresó, el niño me gritó que me odiaba y que prefería a su "tía Estrella". Leandro me dejó tirada y sangrando en un estacionamiento tras un accidente, solo para correr a consolar a su amante por un fingido dolor de cabeza. Entendí que mi tiempo había acabado, así que firmé la renuncia total a la custodia y desaparecí de sus vidas para siempre. Para salvar la imprenta de mi padre, acepté ser la esposa por contrato del magnate Leandro Angulo. Fui su sombra, la madre sustituta perfecta para Yeray y la esposa invisible que mantenía su mansión en orden. Pero bastó que Estrella, la actriz que lo abandonó años atrás, chasqueara los dedos para que ellos me borraran del mapa. Me humillaron en público, me despreciaron en mi propia casa y me hicieron sentir que mis cinco años de amor no valían nada. Incluso cuando Estrella me empujó por las escaleras, Leandro solo tuvo ojos para ella. Harta de ser el sacrificio, les dejé los papeles firmados y me marché sin mirar atrás. Años después, cuando me convertí en una autora famosa y feliz, Leandro vino a suplicar perdón de rodillas. Fue entonces cuando descubrió la verdad que lo destrozaría: nuestro matrimonio nunca fue legal y yo ya no le pertenecía.

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