Las gemelas del Ceo de Alev

Era nuestro cumpleaños número veinte, había pasado casi quince años desde que nos habíamos reencontrado con nuestro padre, y tanto mi madre y él se habían casado, su historia es un tanto complicada y no es el momento de contarlas, mi nombre es Isabella Grayson, estudio en Harvard, me falta un año para graduarme, quiero postularme para la escuela de medicina, quiero ser médico como mi padre, ¿Por qué al principio hablo en plural?, la razón es que tengo una hermana gemela de nombre Rose, ella siempre ha sido delicada de salud, lo cual ha hecho que siempre sea la favorita de la mayoría de las per

sonas.  

Este día era nuestra fiesta de cumpleaños, como siempre había cosas al gusto de las dos, solo que ahora al parecer Rose, había ganado con respecto la comida, era una extraña mezcla de barra de sushi con cosas asadas, y demás cosas extrañas, yo quería algo más sencillo, pizza y hamburguesas al carbón. 

En los enormes jardines de la mansión que pertenecía a mi familia, había mesas, y sillas, los invitados caminaban, tomaban y se reían por todos lados, algunos traían platos con comida, unos vasos, el ambiente se encontraba cargado de alegría. 

Yo miraba a todos lados, al parecer todo marchaba a la perfección, mi abuelo se acercó, llevaba una copa en las manos, su rostro ya lleno de arrugas iba enmarcado con una sonrisa. 

—, Veo que estas aquí apartada de todas las personas mi pequeña, Bella —el señor Grayson se acercó a su nieta — ¿Qué sucede? —, 

Suspire en tono cansado, en verdad la universidad en los últimos meses se estaba volviendo un poco cansada, su hermana había tomado algo mucho más fácil, y por lo que se miraba, ella no iba a tomar ninguna especialidad, ni maestría. 

—es solo cansancio abuelo — hablo la joven Isabella —además que siempre —miro a su alrededor —casi siempre, todo es a gusto de Rose — miro a su abuelo — ¿Por qué la quieren más a ella?, mis papás siempre la protegen, la cuidan, siempre se encuentran al pendiente de Rose, y parece que yo no existo —, su voz se escuchaba un poco triste —, 

El hombre mayor paso un brazo alrededor del hombro de su nieta, y le dio un beso en la frente — anda pon una sonrisa, muchos de tus amigos se encuentran llegando, y quiero que el día de hoy sonrías —Edmond Grayson le pellizco la mejilla a su nieta. 

Bella miro a su abuelo y le regalo la primera sonrisa de la noche — tienes razón, abuelo, creo que es hora de comenzar a divertirme, pero en verdad la comida es asquerosa —admitió de manera sincera a su abuelo — 

— De la comida no te preocupes, yo igual me encargue que hubiera un rico bufete de pizzas y que pusieran asadores para hamburguesas —el hombre le comento a su nieta — así ambas tendrán algo que les guste — el hombre soltó el hombro de su nieta — anda ve con tus amigos.