Milkaina L.
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LA CHICA
YorickoP "La chica": ella era una habitante de la calle, analfabeta, sin apellidos, cabello rubio, ojos con evidente heterocromía, muy delgada, sucia, con la ropa raída y edad incierta.
Un día fue atropellada por el auto super lujoso de un hombre serio, calculador, amargado y despiadado que tuvo que detener su camino porque había muchos testigos alrededor y con sus teléfonos listos grabando todo, así que le ordenó a su chofer que saliera y se hiciera cargo de lo que fuera que hubieran golpeado.
Al tenerla en el automóvil el olor nauseabundo que desprendía ella, lo asqueaba, pero solo fue una primera impresión, el tiempo lo hará desearla, anhelarla y buscarla con desesperación.
Un Matrimonio Por Contrato Con Mi Jefe
Anna Shannel Lin Un matrimonio ligado por un contrato, y ella estaba obligada a aceptarlo. Él era su jefe y ella su secretaria.
Ella le dio todo lo que él quería, pero su amor fue desatendido, pero cuando ella decidió irse, él le ofreció un contrato de matrimonio para que se quedara. Pero alguien ocupaba su corazón y no podía ofrecerle nada excepto su talento en la cama.
Después de su matrimonio, soportó el dolor, pero esquema tras esquema destruyó su tolerancia. Finalmente, estaba lista para dejarlo, pero de repente él se negó a dejarla ir.
Charles pareció sentir su dolor, la abrazó de repente y susurró: "Sarah, puedes confiar en mí. Nunca estaré con ella. Eres diferente de todas esas otras mujeres. Realmente quiero estar contigo. Si no lo hubiera hecho, entonces no habría cortado las relaciones con todas las demás mujeres. ¿No me crees ahora?
Sarah sollozó suavemente: "Si has aceptado que se acabó con ella, ¿por qué todavía tienes su foto en tu billetera? ¿Por qué todavía la extrañas? ¿No ves cómo me duele?
Charles la miró, "¡Ella es solo otra mujer de mi pasado!"
La atmósfera entre ellos se volvió sofocante y Charles dijo en voz baja: "Sarah, ¿te dije que podías irte? Recuerda, soy tu jefe. ¡Eres mi secretaria y mi esposa!
Enfadado, Charles volvió a gritar: "¡Sarah, soy tu hombre!".
"¿Oh? ¿Mi hombre?" Sarah se rió y lo miró fijamente. Las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, "¿Eres tú, mi hombre? ¡Señor presidente, solo soy una mera posesión suya y nunca me convertiré en su esposa! ¡Libérame, te lo ruego!
Mi vecino, mi tormento
Miri Baustian Ellos eran vecinos, sus casas estaban pagadas.
Emanuel era engreído y hasta déspota en su manera de actuar, y le molestaba bastante que su vecinita prescindiera de su saludo y que con su hermano fuera pura simpatía.
Hasta que coincidieron una madrugada, a la salida de una discoteca y terminaron teniendo relaciones sexuales.
Al día siguiente él la humilló apenas la vio, es que estaba acompañado por su futura esposa y evitó problemas.
Solange sintió que el mundo se le venía abajo, la noche anterior le había entregado su virginidad y creyó que habían comenzado una relación.
Las consecuencias llegaron al mes siguiente, cuando a Solange le faltó la regla, ella, con odio hacia Emanuel, por las humillaciones recibidas, nunca confesó de quién era el bebé.
Sus padres estaban avergonzados de que su hija adolescente estuviera embarazada y la enviaron a Italia, con una tía que nunca pudo tener hijos.
La vida cambió para Solange, porque fue recibida con verdadero cariño.
Años después, al fallecer su tía, ella se convirtió en la dueña de un imperio económico.
Sus caminos se cruzaron nuevamente al tener negocios en común, en dónde ella tenía el poder.
La vida para Emanuel, en el plano personal, había cambiado, descubrió que su esposa lo había engañado, que el que creía su hijo, no lo era y que el interés de la mujer que tenía a su lado, era lo que regía su vida.
Sin embargo, él seguía siendo el arrogante como siempre.
La atracción que sentía por Solange era tan fuerte, que se convirtió en una obsesión, pero al no reconocerlo, solamente planeaba hacerla pasar malos ratos, desatando momentos desopilantes, porque Sol siempre lograba dar vuelta la situación y dejarlo mal parado.
Hasta que descubrió que tenían un hijo en común y dejó de lado su infantil comportamiento, dando paso a un amor pocas veces visto.
Mi Juez Pervertido
AutoraBetaniaVicente Mi nombre es Dominique Ferreira y soy el nuevo secretario de nada menos que Su Excelencia, el Juez Nicolás Ruiz. Está caliente como el infierno, solo hay un problema: ¡no me nota como mujer! Después de todo, ¿por qué un hombre como él me notaría? Solo soy una simple secretaria, que también es gordita.
¿Qué pasaría si accidentalmente le enviara un mensaje de texto diciéndole que iría a una fiesta vestida como Devassa y que me darían un látigo? Se suponía que era una simple broma, pero en lugar de enviárselo a un amigo, ¡terminé enviándoselo a cierto juez pervertido!
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Soy conocido como el juez despiadado, siempre doy sentencias con mano de hierro. Nunca fui un hombre que mezclara el trabajo con el placer, hasta el día en que mi nueva secretaria comenzó a trabajar conmigo. Siempre me han gustado las mujeres más llenas. Lástima que no puedo follarme a Dominique, ¿o sí?
Un día, recibo un correo electrónico interesante y decido que es hora de tomar una buena decisión. La acusada no sería otra, nada menos que mi bella y lasciva secretaria. ¿A ver si la castigan o la absuelven?
Ven y descubre una nueva historia de un juez pervertido y su secretaria lasciva.